viernes, 24 de febrero de 2017

Mnemotecnia

Primer relato para la edición 2017 del Torneo de Escritores de TR. Reglas: Título: Mnemotecnia. Máximo de palabras: 1000.


Han pasado los años, toda una vida con sus alegrías y sinsabores. Ahora soy una anciana que contempla el paso del tiempo desde la distancia. Atrás quedaron los lustros de una brillante carrera como Magistrada en el Tribunal Supremo.

Conseguí hacerme respetar y lo más importante, que respetasen mis ideas. Siempre me destaqué por defender pensamientos avanzados para la época en que vivía y no me arrepiento. Cuando la opinión mayoritaria defendía la aplicación de la Pena de Muerte como elemento ejemplarizante y, por qué no decirlo, como una suerte de venganza, que no justicia, de la sociedad hacia individuos más o menos indeseables, yo sostuve siempre la postura contraria. Hacerlo siendo mujer y en aquellos tiempos era todavía más difícil. Al final la evolución natural de las sociedades terminó por darme la razón.

Hoy habría cumplido los cuarenta. La vida es cruel en ocasiones y nos quita lo que más queremos. El paso de los años ha levantado un velo nebuloso en torno a mi memoria. Los recuerdos se me escapan, me cuesta retener los hechos y las imágenes del pasado. Pero hay dos cosas que jamás olvidaré. Me he encargado de que así sea. Al menos de que así sea hasta el momento de cumplir al fin mi cometido. Después ya nada importará.

Recurro a métodos para fortalecer la memoria, recursos mnemotécnicos que en la Asociación nos enseñan para no olvidar, al menos para no olvidar demasiado. Ya no me queda nadie de los que compartieron su vida conmigo años atrás. Unos se fueron cuando tocaba, otros antes de tiempo.

Hoy hubiera cumplido los cuarenta. 

Un rostro alargado, la nariz algo torcida, cejas pobladas de espeso pelo, una cicatriz en la barbilla sobresaliendo por debajo de la barba recortada. No olvidar, no debo olvidar, no puedo olvidar, no quiero olvidar. 

¿Me habría dado tal vez algún nieto? Ello ayudaría a mitigar mi soledad, la soledad de mis últimos días en este mundo. ¡Me hubiera gustado tanto verlos corretear bajo un sol de primavera! Hoy cumpliría cuarenta años y a buen seguro que su sonrisa, su imborrable sonrisa, seguiría brillando como entonces. Porque nada podía robarle nunca la sonrisa de los labios, nada excepto aquello, nada salvo lo que fatalmente terminó por ocurrir. Tan sólo la muerte es irreversible. 

Las manos huesudas, el porte atlético, delgado aunque de contornos fibrados, alto, muy alto. No olvidar, no debo olvidar, no puedo olvidar, no quiero olvidar. 

Hoy es el día. He esperado mucho, casi toda una vida. Nunca había hecho esto antes, pero siempre hay una primera vez para todo. O para casi todo. No dudo, no quiero dejar ningún resquicio a la duda. Antaño lo hubiera hecho ante la titánica labor que me espera, pero hoy ya no tengo nada que perder. 

He salido de casa con las últimas luces de la tarde. Hace frío y me arrebujo bajo el abrigo. Llevo calzado plano y ropa cómoda, no deseo llamar la atención. Aún he de caminar un par de kilómetros, pero tengo tiempo. No saldrá hasta las siete. He ensayado el recorrido más veces. Los contactos que aún conservo en la judicatura me han facilitado información valiosa. Incluso sé que nadie irá a buscarlo. Deberá callejear varios cientos de metros hasta la parada de taxi más cercana. 

Por fin llego a mi destino. Allá a lo lejos se recortan las cuatro torres sobre un muro impenetrable. La edificación ofrece una vista desoladora, triste como el lugar que es, triste como los personajes que la habitan. Me aposto en un callejón desde el cual tengo una buena perspectiva, donde comienzan las primeras casas. Por fuerza habrá de pasar por aquí. Al cabo de unos minutos lo veo aparecer tras la puerta en la distancia, puntual como un Lord inglés. Contemplo de nuevo su figura espigada después de tantos años. Ha envejecido también, el tiempo no hace distinciones.

Comienza a caminar en mi dirección. Tan sólo porta un macuto que parece pesarle como si arrastrase sobre las espaldas toda su existencia. Su silueta se define cada vez más nítida bajo la luz mortecina de las farolas que ya han empezado a encenderse. Al fin le contemplo el rostro, la expresión siempre indiferente, desprovista de emociones. Esa cara alargada, de cejas pobladas, la nariz un tanto torcida, una cicatriz asomando bajo la barba ahora desaliñada. 

Ha llegado el momento. Reprimo un ligero temblor en la mano. No dudo, no puedo permitirme hacerlo. Tres tiros a bocajarro son suficientes. El hombre me mira tumbado sobre el asfalto, ensangrentado, sin comprender todavía lo que ha sucedido. Dejo que contemple mi rostro y el terror se le dibuja en la mirada. Por lo visto me ha reconocido, hay cosas que son difíciles de olvidar.

Escucho sirenas en dirección a la Prisión, aquella que mi víctima acaba de abandonar después de cumplir su condena, a buen seguro habrán escuchado los disparos. Pero en mi memoria, en lo que queda de ella, tan sólo hay un pensamiento para Ana, mi pobre niña a la que aquel desalmado asesinó en un portal de una decena de cuchilladas con tan sólo veinte años. ¡Si no eres mía no serás para nadie! el hijo de puta nunca aceptó que lo dejara. Mi niña pagó con su vida semejante osadía. Hoy hubiera cumplido los cuarenta.

Me siento sobre la acera mientras contemplo como la muerte se acerca. Pronto llegará la policía, les contaré toda la verdad. La Sociedad debe hacer justicia, siempre debe ser así. Lo contrario nos convertiría en animales, en seres incivilizados en pleno siglo XXI. Nunca he renegado de esa convicción y jamás hasta mi último aliento renegaré de ella.

Pero yo hoy no he venido buscando justicia, sino venganza.


En recuerdo de Ana Enjamio, asesinada en Vigo el 17/12/2016

22 comentarios:

  1. Lo guardo. Quiero también enterarme de quien fue la víctima "Ana Enjamio"...solo he leído a vuela ojos y así y todo me ha impactado Jorge. Te mereces una lectura calmada. Volveré...

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    1. La historia no es exactamente la de Ana pero si fue ella buena parte de la inspiración. Una historia trágica sin duda.

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  2. Enhorabuena por este relato que me ha dejado literalmente sin palabras. Ando un poco descolgada de TR y, como no me sentía muy animada, no he seguido el Torneo pero no creo que lo tuvieras difícil con esta historia. Te estás haciendo un maestro del suspense. Después de “Buscando a Lorca”, ésta. Y otra vez una mujer culta como protagonista. Impresiona cómo esta madre que, por su trayectoria vital y sus convicciones éticas, está acostumbrada a ser ecuánime y mirar fríamente los hechos, cómo ejercita su memoria para no olvidar nada y llevar a cabo su venganza. Eso sí que es hacer uso de la mnemotecnia para no olvidar: el rostro alargado, la nariz torcida, las cejas pobladas o la cicatriz en la barbilla. Y saltas veinte años en el tiempo para que cumpla su cometido justo el día en que la hija hubiera cumplido cuarenta años. Una joya, Jorge. Mis felicitaciones y un beso

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    1. yo también ando descolgado de TR pero me invitaron al torneo y aunque al principio no estaba muy convencido decidí participar. Se te echa de menos, una de las semifinalistas del año pasado, el torneo ha perdido sin tu concurso. Un beso Ana.

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  3. Impresionante el relato y el tema que tratas, esas vidas arrancadas por alguien que quería poseer y no se resignaba a a amar en libertad. Terrible y demasiado frecuente, imposible olvidar toda esa vida que se ha arrancado, todas esas cosas que podía haber hecho esa hija que nunca hará porque un asesino decide quitarle la vida.
    Tu relato lo transmite perfectamente, todo lo que le quitó y ese tomarse la justicia por su mano.
    Felicidades y muchos éxitos en el concurso.
    Besos

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    1. desgraciadamente es un tema muy de actualidad con el que nos topamos casi a diario. Gracias por tus buenos deseos Conxita. Un beso.

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  4. Jobar, Jorge, me ha recorrido un escalofrío al leerte. Impresionante relato donde la protagonista describe cómo la razón y el sentimiento no siempre van parejos (casi nunca lo hacen) y una cosa es lo que su intelecto y su formación profesional le dictan y otra lo que su corazón le pide.
    La pena de muerte, la ejecución o como quiera llamársele no es justicia, es venganza. Y la venganza es un sentimiento muy humano del que ni las mentes más analíticas pueden sustraerse.
    Genial. Suerte en el concurso.
    Un beso.

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    1. Esa era parte de la idea que quería transmitir con este cuento, esa disociación entre razón y corazón cuando nos tocan en lo que más queremos. Gracias por pasarte, besos.

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  5. Muy bien escrito y relatado, Jorge. Vas llevando al lector por el hilo del suspenso hasta un desenlace que lo golpea y lo deja reflexionando sobre la justicia y la venganza.
    Toda la suerte para el concurso.
    Saludos.

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    1. Si el relato os ha arrancado alguna reflexión es que algo habré hecho bien. Me alegra verte de nuevo por mi blog Mirella. Un saludo.

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  6. Las tramas donde haya suspense se te dan de lujo Jorge.
    Hay dos evidentes contradicciones que has sabido resolver, por un lado la falta de memoria producto de la edad y sin embargo, o pese a ella, la anciana recuerda lo sucedido con total nitidez, y se esfuerza por no olvidar, de ahí su tenacidad, sus juegos de nemoctenia. Por otro su convicción personal de un NO rotundo a la pena de muerte, una dicotomía entre el pensamiento racional y el sentimiento personal.
    Ha funcionado muy bien la repetición de “mnemotecnia” y la de “hoy hubiera (o habría) cumplido los cuarenta”, como un mantra.
    Por desgracia el “la maté porque era mía” es un panorama habitual.
    Te deseo suerte en este relato denuncia compañero.


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    1. Me llama la atención que casi todos los comentarios hagan referencia al suspense, porque yo no había concebido este relato como un cuento de suspense. Si está escrito con velocidad, frases cortas y poco adjetivadas, porque sí quería darle esa agilidad, quizás eso sea lo que transmite esa sensación de premura que induce cierto suspense; aunque al autor, como tú ya sabrás, le es imposible saber exactamente que es lo que transmite lo que escribe (la maldición del escritor, buen título para un relato) . Esa repeticiones a las que aludes pretendían reflejar la obsesión de la protagonista y sus esfuerzos por no olvidar. Ya he pasado la primera ronda así que en cuanto me publiquen el de la segunda lo subiré también al blog. Un saludo Isabel.

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  7. Impresionante Jorge. Con tu característica elegancia en la prosa y con esa cualidad que tienes para crear atmósferas para la intriga y el suspenso nos llevas de la nariz desde el inicio. Sin respiro, machacando en la repetición de frases para que el relato tenga más contundencia, para hacer más creíble la pérdida de memoria que aqueja a tu personaje, de la que es consciente, para afirmar el esfuerzo para no olvidar.
    Así desarrollas la trama hasta llegar al desenlace que ya conmueve al lector porque acompaña ese acto de compensación debido a la barbarie del crimen. Pero te guardas para la última línea la carta que vale oro, la frase que le da el remate, la que le da la mayor eficacia, en mi humilde opinión, al cierre de la historia. En esa contundencia, la que poseen los buenos cuentos, está el valor agregado para esta narración magnífica. Es tan buena la historia y tan bien contada que me llevo la misma sensación que tengo cuando termino la lectura de un buen libro, la de cerrarlo con una sonrisa en la boca.
    Mucha suerte en el concurso, Jorge, magnífico relato.
    Ariel

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    1. En ese primer párrafo resumes muy bien mucha de la intención de la historia, como le comentaba a Isabel quería poner de manifiesto el esfuerzo por no olvidar de la protagonista. te agradezco los cumplidos, eres muy generoso Ariel. Un abrazo.

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  8. Muy buen relato Jorge, veo que no has dado tregua desde tu “Buscando a Lorca” Mejor que mejor.

    Primero, la adaptación a las 1000 palabras, perfecta. Y no es fácil. Ritmo más que correcto. Te he seguido como en todos tus relatos de intriga, haciendo cábalas para que, al final, me las eches todas por tierra, ja, ja. Muy bien jugado el despiste, primero por hacernos pensar que cuando la narradora hablaba de que “cumpliría los cuarenta”, se refería al otro sujeto protagonista de la narración. Eso pasa por creernos siempre que cuando alguien habla de otro, ese otro necesariamente tiene que estar presente. Y segundo por hacernos pensar que su punto de vista sobre la justicia era el mismo al comienzo del relato como debía ser al final… y luego por hacernos pensar justo lo contrario para, en una magistral conclusión final, hacernos ver que la antigua magistrada, en ningún momento ha variado su forma de pensar. Este segundo punto se intuye en el momento en que aparece la cárcel en escena y nos imaginamos que ha ido a buscar a un tipo que, después de su condena, acaba de salir de la misma, pero lo bueno es que no lo relacionamos con el primero, es decir, con el verdadero objeto de su obsesión… que no es el tipo en sí, sino su víctima. Quizás resulte un poco lioso tal como lo he expresado, así que no me hagas mucho caso. Sólo quédate con que me parece magnífica tu narración.

    Y me ha gustado mucho esa idea de la mnemotecnia como método de recuerdo, ante lo que parece alguna enfermedad relacionada con su pérdida (hablas de una asociación), y como recurso para consumar una venganza que, necesariamente, se va a alargar en el tiempo.

    La referencia y homenaje a un caso real, hace que sintamos como propio el grito de impotencia y de dolor con el que la anciana magistrada justifica su acción.

    Gran relato, Jorge. Te felicito y te deseo suerte

    Abrazos

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    1. Como siempre gran parte del éxito de un relato consiste en ocultar el final a ojos de los lectores, pero siempre sin mentirles, sin sacarse un final de la manga que resulte poco creíble o quede descabalgado del resto de la historia. En este caso ya daba una pista al principio "hay dos cosas que me he encargado de no olvidar". Después la protagonista se echa todo el relato hablando de esas dos cosas, o personas, y fíjate que cada vez que habla de una u otra se hace en párrafos separados, para que quede claro que son personas distintas. Es cierto que para quien lee es difícil hilvanar todas las pistas en una conclusión acertada, pero en jugar en ese filo, en ofrecerle datos al lector y a la vez intentar ocultarle la verdad, reside buena parte de la interacción entre escritor y lector y condiciona la impresión final que el lector se lleva de la lectura. Tú has abido verlo muy bien en tu comentario, tan lúcido como siempre Isidoro.
      El caso real ocurrió no hace mucho aquí en Vigo y seguramente lo habréis visto en las noticias, aunque la historia no se ajusta exactamente a lo ocurrido.
      Un abrazo paisano.

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  9. Espero que tengas mucha suerte en el concurso, amigo Jorge, aunque no creo que haga falta pues el relato es tremendo.
    Has sabido sacarle partido a esas 1000 palabras. Yo siempre escribo en base a un límite de 1.200 (salvo cuando participo en un concurso que me dicta otra regla), y sé lo difícil que es contar tanto en tan poco sin que dé la sensación de haber sido mutilado.
    Me ha gustado el recurso de la mnemotecnia, que nos ayuda a conocer un poquito más a nuestra protagonista, una antigua magistrada víctima de una cruel enfermedad que se obliga a no olvidar el rostro del asesino de su hija, haciéndonos partícipes de la férrea voluntad que la mueve. Y también está esa dualidad de justicia-venganza en la que vive... No es un personaje simple, literario, que es o blanco o negro, sino que tiene esa forma de pensar gris que tanto caracteriza a los hombres.
    Hubiera cumplido los cuarenta... Nos has hecho acompañar a nuestra magistrada en su bajada a los infiernos, respirando el mismo aire, hasta quedar sentados junto a ella a la espera de la llegada de la justicia, y no puedo pensar otra cosa que... Magnífico.
    Un abrazo enorme, amigo.

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    1. En este caso no estaba muy inspirado y me apetecía escribir poco, así que me quedé un poco por debajo de las 1000 palabras en el primer intento, cosa que como bien dices no suele ser habitual. En la segunda ronda si que tuve que cortar más de 200 palabras y me costó lo suyo. Muchas gracias por tu comentario Bruno. Un abrazo.

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  10. Magnífico relato. Has hecho una trama que me ha enganchado desde principio al final. Excelente ritmo que nos lleva a consumir su venganza. Suerte en el concurso, pinta ganador. Un abrazo

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    1. Me alegra que el relato te haya enganchado Mari Carmen. Gracias por tu visita al blog. Un abrazo.

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  11. ¡Menudo relato has presentado al torneo!. Justicia o venganza. Es difícil posicionarse cuando es uno mismo el que está involucrado. Magnífico retrato de la anciana que durante años lucha por conservar la memoria y no olvidar al asesino de su hija. Defensora de la abolición de la pena de muerte y abocada a ser el verdugo del asesino. Presentando estos relatos, probablemente repitas podio. Un abrazo

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    1. Espero poder repetir podio contigo Jose, de lo que he leído hasta ahora tu relato era de los mejores, al final creo que estamos ahi los mismos del año pasado, incluso alguno menos. Enhorabuena también por tu clasificación para la segunda ronda. El tema central del relato es precisamente esa dicotomía entre justicia y venganza y como puede cambiar el punto de vista según la implicación de cada uno. Gracias por tu visita y comentario. Un abrazo.

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