Han pasado más de veinte primaveras. Hace treinta días expiró mi padre y tuve que enterrarlo en el cementerio de la pequeña aldea perdida en el interior de la remota sierra de Ancares donde me crié. Ahora, Virginia me ha hecho regresar. Quien fue mi primer amor, fallecida en la flor de su juventud en un desafortunado accidente. Cayó por un pozo sin señalizar; dicen que su muerte fue lenta y agónica. Un nuevo sepelio.
martes, 17 de enero de 2023
La procesión de las ánimas
Nací un dos de noviembre, día de los muertos. Mi hermano gemelo sobrevivió tan sólo un par
de meses y, sin embargo, recuerdo con detalle su rostro rosáceo mirándome
fijamente. Madre me contó cómo, al bautizarme, el maldito sacerdote confundió
el óleo bautismal con el de difuntos. Mal presagio, murmuran las viejas.
miércoles, 11 de enero de 2023
La última Navidad
Este cuento participó en el VII concurso de cuentos de Navidad de Zendalibros (Zendalibros.com)
A veces sueño que consigo atrapar el tiempo, congelarlo en un instante e impedir que siga mofándose mientras escapa con una sonrisa burlona, dibujando un ayer inexistente, un presente efímero y un futuro inalcanzable. ¿Qué es el tiempo sino recuerdos pasados y anhelos futuros, bits de información que rellenan espacios vacíos entre las oscuras sinapsis de nuestro cerebro? Mas ese sueño irrealizable me tortura. Porque la quimérica posibilidad de materializarlo me obliga a admitir que estas serán las últimas, que no volveré a vivir un tiempo igual. Que ya no habrá jamás otras Navidades.
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