El silencio llena el pasillo del hospital. Un celador con sobrepeso empuja la camilla, encargado de llevar un cadáver desde la morgue hasta la sala de autopsias. El ascensor abre sus puertas y ambos, vivo y muerto, son engullidos en su interior. Una vez a resguardo de miradas inoportunas, el hombre traga saliva, se humedece los labios y pulsa el botón de parada. Nadie lo echará en falta si se demora unos minutos.
Tira ligeramente de la sábana que cubre el cuerpo. El rostro de una muchacha joven asoma, tétrico, flanqueado por una abundante cabellera rubia. Sabrina, reza la tarjeta; es hermosa. Un moratón en la sien izquierda delata su fatal destino. El resto de la faz exhibe un blanco marmóleo, tan solo sus labios carnosos conservan algo de color. La tela vuelve a descender, dos pezones obscenos parecen reclamar al gordo a gritos, incendiándolo de deseo. Alarga una mano hasta tocarle un seno, mientras restriega su entrepierna contra la camilla. Un último tirón y la mirada lasciva se le prende en el vello ralo que siembra el pubis, dejando entrever la vulva todavía sonrosada. Babeando, agacha la cabeza y hunde el morro en aquel cuerpo que aún permanece tibio.
Las puertas
del ascensor se abren. Dos médicos pausan su conversación para dejar
salir una camilla que porta un bulto tapado con una sábana. Quien lo empuja gira la cabeza, sonriéndoles. Viste un uniforme que le queda holgado. A
ambos les sorprende el aparatoso moratón en su sien izquierda.
Saludos Jorge: Tiene mucho peligro Sabrina. Muy buena historia. Bien contada y con un espectacular giro Final Enhorabuena.
ResponderEliminarGracias Ainhoa, me alegra que te haya gustado.
EliminarEl babosose se ahogó en sus babas.
ResponderEliminarMuy buena aportación.
Un abrazo.
Nunca mejor dicho, Chema. Un abrazo.
EliminarMenudo final nos ofreces uff inimaginable.
ResponderEliminarEse uniforme holgado es la respuesta.
Muy buen micro.
Un abrazo Jorge
Puri
El uniforme y el moratón jeje, muchas gracias por comentar Puri. Un abrazo.
EliminarMenudo, final, Jorge. Estoy impactada y no dejo de imaginar qué le ha podido haber hecho el lascivo camillero para merecer ese desenlace.
ResponderEliminarUn beso
Pues eso queda a la imaginación del lector, Ana. Un abrazo.
EliminarUn giro final sorprendente y muy calculado como venganza para un comportamiento que pone los pelos de punta. Un micro fantástico, Jorge. La escena central genera incomodidad y hace sentir la inversión de papeles como un acto de justicia. Muy bien narrado.
ResponderEliminarGracias Marta, provocar sentimientos en los lectores, aunque sean incómodos, es lo que se persigue siempre. Un abrazo.
Eliminar¡Hola, Jorge! ¡Madre mía! Una escena que pasa de sórdida a dejarte con la boca abierta. Sin duda el gordo baboso, pese a su despreciable afición, algún bien parece que hizo. Y Sabrina desde luego supo darle las gracias adecuadamente. Una historia realmente sorprendente y con unos matices que todavía no habían aparecido en el reto que nos está deparando situaciones que jamás hubiera imaginado. Un abrazo!!
ResponderEliminarAlgo habrá hecho el gordo si, aunque eso queda a vuestra imaginación. Sin duda el reto está dejando relatos de lo más imaginativo. Un abrazo, David.
EliminarCaray con Sabrina y qué bien hizo en vengarse de semejante elemento. Aunque el "pobre" elemento era más digno de atención psiquiátrica que de venganzas.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Un beso.
Gracias Rosa, el hombre no debe estar mucho en sus cabales, no. Un abrazo.
EliminarMenudo tipejo, deleznable. Muy bueno ese giro final que me ha dejado perpleja. Estupendo micro! Saludos!
ResponderEliminarMe alegra que te haya sorprendido el giro final, Mayte. Saludos.
EliminarUn micro cojonudo que , sin duda, daba para relato. El final es perfecto, ese desviado no merecía menos, que pague y si sigue vivo que Sabrina lo remate despacio, jejeje. Desde el principio, nos hemos subido a esa camilla, hemos entrado en ese ascensor y disfrutado de la magnifica escena que has construido, Jorge. Ese es el verdadero merito de los que juntamos palabras, hacer que quien nos lee , se meta dentro de nuestra historia. Y en este caso , lo has logrado con muy pocas palabras y mucha calidad. Un abrazo y buen fin de semana.
ResponderEliminarGracias Pedro, efectivamente quienes escribimos tratamos de crear un mundo paralelo en el que los lectores podais sumergiros. Un abrazo.
EliminarMe gustó mucho, el micro da para varias interpretaciones. Se me ocurre que de algún modo la chica muerta,en plan zombi se venga del gordo cachondo. La otra que lo que el gordo hizo revivió a la chica y que al final se fugan juntos. (Me decanto por la primera). Un micro muy bien contado con detalles sensuales que contrastan con la idea de la muerte y la venganza. Saludos.
ResponderEliminarNo se me había ocurrido ese final alternativo, pero bien podría ser. Gracias Ana, saludos.
EliminarMe recuerda a The Mary Jane Last Dance, video de Tom Petty and the Hearbreakers.
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=aowSGxim_O8
Pero peor. En comparación, el protagonista del video es un romántico.
Podría ser el tema del cazador cazado, un personaje que por su condición retorcida hace algo que lo lleva al desastre. Y parece que Sabrina se ha aprovechado de eso, para revivir. Y tal vez no es la primera vez que lo hace, siendo como una vampira. Tal vez alguien haya querido detenerla.
Muy bien contado.
Un abrazo.
Las interpretaciones que se deriven del micro ya son cosa de cada uno jeje, gracias por comentar, un abrazo.
EliminarJorge, menudo giro le das al micro, Sabrina, no se anda con chiquitas y regreso desde el más allá a defender sus despojos.
ResponderEliminarBuen micro.
Un saludo.
Gracias Ángel, menuda es Sabrina. Saludos.
Eliminar¡Qué fuerte, Jorge! Desde luego, para escribir hay que dejar el pudor y las tonterías éticas de lado. Has descrito al gordo depredador con eficacia, y el final de traca.
ResponderEliminarMuy bueno, Jorge.
Hola Isabel, obviamente el escritor no se identifica necesariamente con el personaje, se trata de contar de la manera más realista posible, los prejuicios no caben en esto de la literatura. Un abrazo.
Eliminar¡Y vaya colección de merecidos tinteros tienes! :)
ResponderEliminarNi soy el único ni el que más atesora jeje. Merecidos o no, el público siempre tiene la razón.
EliminarGuau, menudo giro final. Yo que estaba poniendo de vuelta y media al celador mientras gesticulaba con repulsión (qué bien lo has descrito, hijo mío) y has conseguido que terminara de leer el micro con una sonrisa en la cara. Un aplauso, Jorge.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo mejor de cualquier historia es que consiga hacer sentir a los lectores lo que se narra, si te ha causado repulsión, bien por ello, porque el personaje no puede causar otra sensación. Un abrazo, Paloma.
EliminarUna venganza en toda regla. Parece como si los "ejercicios" del celador que hubieran devuelto a la vida, je,je. No sé si existe como género literario, pero a este micro lo calficaría como de terror erótico.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues seguramente existirá ya el género de terror erótico, pero si no fuera así igual lo patento. Gracias por comentar Josep, un abrazo.
EliminarSabia yo que los trabajos de la morgue SI son peligrosos, los muertos estan alli para hacernos cosas muy feas.
ResponderEliminarPero deben estar bien pagados, José. Un abrazo.
EliminarImpresionante! Desde el principio nos haces odiar al enfermero. Nos metes en la piel desvalida de Sabrina. Y nos rematas con una inversión de roles que nos devuelve el alma al cuerpo.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Mirna, de eso se trata, de haceros sentir como lectores. Un abrazo.
EliminarHola Jorge, impresionante, me pareció repulsivo el enfermero y su lascivia hacia el cuerpo sin vida de la muchacha, pensé que los médicos los echarían a patadas al descubrirlo, realmente sorpresivo y excelente final, me gustó mucho, saludos, buen domingo, PATRICIA F.
ResponderEliminarLos médicos fueron víctimas del engaño de la muerta. Gracias por comentar, Patricia. Saludos.
EliminarQuién las da las toma, je, je. Qué giro nos planteas tan fantástico. Dudo que alguien lo pudiera haber visto venir. Y es que nos sumergimos en tu magnífica narración y haces de nosotros lo que te apetezca.
ResponderEliminarMagnífico, compañero, muy muy bueno.
Un abrazo!
Yo siempre pienso que los finales que propongo los vais a adivinar antes de tiempo, pero supongo que como escritores nos pasa a todos. Un abrazo, Pepe.
EliminarMuy bueno, Jorge. Nos metes en el ascensor, nos sacudes y nos sorprendes con ese final inesperado. Un relato impactante, sin duda.
ResponderEliminarUn abrazo.
me alegro de haberte sorprendido Carmen, un abrazo.
EliminarHola Jorge, ¡vaya despertar!. A alguien le han jodido el plan, creo, y parecía muerta... Sabes, al leerlo rápido pensé que había ocupado el cuerpo del camillero, pero al ver la bata holgada y la marca en su cara, pues no. Un abrazote.
ResponderEliminarPues si, son pistas que no llevan a equívoco. Un abrazo, Emerencia.
EliminarVaya con la Sabrina. Creo que se le cortó al gordo la lascivia de golpe. Contundente historia.
ResponderEliminarUn abrazo
El gordo no va a tener ganas de más. Un abrazo, Francisco.
EliminarVaya tela, Jorge. Resurrección y venganza en el estrecho espacio de un ascensor. Un giro de tuerca impresionante, compañero. El relato genialmente llevado, como siempre, obligándonos a leerlo sin apenas respirar.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
No se si en tan poco espacio se llega a generar tensión narrativa, es algo que procuro buscar siempre en lo que escribo. Muchas gracias por comentar, Bruno, un abrazo.
Eliminar¡Genial, Jorge!
ResponderEliminarParece que por muy cerdo que fuera el celador algo debió hacer bien puesto que resucitó a la muerta. Me ha encantado lo bien que narras la atmósfera sórdida en el ascensor y la sucia personalidad del gordo baboso. Te ha quedado redondo. ¡Me ha encantado!
Prefiero no pensar lo que hizo bien el celador jeje. Se hace lo que se puede con el espacio reducido que tenemos en estos retos. Un abrazo, Matilde.
EliminarHola Jorge , vaya tela este fue a ponerse tibió y acabo
ResponderEliminarciego , la muerta que no estaba tan muerta , yo no se cómo les pude
dar placer , practicar sexo con un cadáver , muy bueno tu relato.
Te deseo una feliz tarde , saludos de flor.
Hay gente para todo, Flor. Gracias por comentar, un saludo.
EliminarMuy bien narrado, y magnífico final. Muy bien relatada la escena central del baboso. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn saludo Jorge.
Gracias Dakota, me alegra que te gustase. Saludos.
EliminarEse asqeuroso termina como tenía que ser. Pero que el muerto se pueda mover me dejó inquieta, ¿eh?
ResponderEliminarUn abrazo
Hay que tener cuidado con los muertos, que a veces no lo están tanto. Un abrazo, Albada.
Eliminar¡Vaya! Un inesperado cambio de roles. Lascivia y terror mortal combinación. Saludos.
ResponderEliminarMe alegro que te haya resultado inesperado, Guillermo. Saludos.
EliminarHola, Jorge. Justicia tomada por su propia mano de un tipo asqueroso. Lo de, además, gordo parece que lo hace peor. Ha sido un relato sorpresivo en la resolución y magnífico en la narrativa. Un abrazo.
ResponderEliminarBueno, si vas a retratar a un tipo asqueroso, que mejor que dotarlo de alguna caracteristica que unida a su personalidad tienda a hacerlo más repulsivo. Muchas gracias Isan, un abrazo.
EliminarEse tipo asqueroso tuvo su merecida reprimenda. Ugh, sí que me dio repelús.
ResponderEliminarBuen relato.
Un saludo.
Hola Cynthia, si que es un poco repelente el hombre. Un saludo.
EliminarEl giro final ha sido tremendo. Menudos dos personajes los del ascensor. Venganza desde el más allá. Me recuerda una serie que vi el año pasado en que se intercambiaban los espíritus a través de la mirada. Si fue así en tu micro, el gordo se quedó con el cuerpo de la chica, un castigo para él, ser perseguido por tipos asquerosos como él mismo.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola MJ, es una interpretación que no se me había ocurrido, pero puede ser perfectamente plausible. Un saludo.
EliminarHola Jorge. Al parecer la reacción de Sabrina no evidenció la actitud enferma del camillero. Se merece que la muerta, como mínimo, le de el susto de su vida y lo agarre por las "patas" a medianoche. Un abrazo 🐾
ResponderEliminarHola Rosa, el personaje masculino no despierta muchas simpatías. Un abrazo.
EliminarBeautiful blog
ResponderEliminarPlease read my post
ResponderEliminarmmmmmmm
Eliminar¡Hola, Jorge! Reconozco que el personaje del celador me estaba repugnando mucho y el final me ha sorprendido. Me ha gustado, ¡enhorabuena! Un abrazo desde la Buhardilla de Tristán.
ResponderEliminarGracias Javier, se trataba de que fuese repulsivo. Un abrazo.
EliminarQué bueno el final!!!
ResponderEliminarDe ahí puedes continuar con una historia en la que Sabrina se vaya cargando a otros tipos como el asqueroso del celador.
Hola DelaFlor, no sería mala idea convertir a Sabrina en una vengadora. Un saludo.
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