domingo, 8 de diciembre de 2019

Memorias de un tiempo convulso


Aquel viaje en tren no fue, no podía ser, como cualquier otro. Sí, contemplaba de nuevo el paisaje esplendoroso, los campos verdes en los que soñaba corretear sobre su hierba mullida y un cielo de agosto limpio de nubes, hiriente a la vista con su azul intenso. Al atardecer, el sol pintaba el horizonte de un encarnado arrogante, acertado símil de lo que acontecía no muy lejos de nosotros. Sin embargo tenía que pelear a cada instante por asomarme a una rendija o cualquier ventanuco de aquel mastodonte de hierro y madera que nos torturaba con su traqueteo interminable. El hacinamiento y el hedor a sudor y excrementos se habían convertido en rutina, y la sed, junto con el hambre, clamaban por el pronto final de aquel viaje tortuoso. Nunca perdí la esperanza, estaba convencida, lo sigo estando, de que al término de este camino nos aguarda la redención.


   Valeria se ajustó los auriculares y sorbió un trago de agua. Acercó el micrófono a los labios, activando el interruptor. Nunca agradecería lo suficiente que la magia de la electrónica le facilitara de ese modo su trabajo. Llevaba ya un buen rato hablando y aquella pausa le había dado un respiro.

—Continuamos. Ya sé que hay quien está deseando pasar directamente a las cámaras —se dejaron oír algunas risas —pero antes vamos a visitar los barracones.

La multitud traspasó el umbral en ordenada hilera. Un niño travieso se adelantó corriendo y empujó a una señora que casi pierde el equilibrio. El tal Juanito se ganó un tirón de orejas de su madre, que lo obligó a reintegrarse a la disciplina del grupo.

—Aunque sé que es innecesario, les recuerdo una vez más el respeto que ha de guardarse en este lugar —la franca sonrisa contrastaba con la seriedad de sus palabras— No se conservan todos los barracones, pero se han restaurado algunos sin modificar la estructura original. Como pueden imaginar, las condiciones de vida eran en extremo complicadas.

Las miradas se concentraron en escrutar los tablones de madera, algunos quebrados por el paso de los años, enfilados en un orden caótico hasta donde se perdía la vista. Por encima de ellos, gruesas vigas sostenían un techo que parecía a punto de derrumbarse en cualquier momento. El niño travieso, aprovechando la inexplicable fascinación que aquellas tablas viejas ejercían sobre los adultos, se escabulló sin ser visto entre las literas.

—Al hambre y el frío se unían las epidemias que, sobre todo en los últimos tiempos, asolaron el Campo.

—¡Juanito, sal de ahí inmediatamente o…! disculpen, este niño no tiene remedio.

—¡Mira mamá, mira lo que he encontrado!

El crío llevaba en su mano unos cartones doblados cubiertos de polvo y alguna telaraña.

—Estaban ahí, escondidos en una rendija de esa pata.

—¿Pero qué es esto? Parece que están escritos.

La guía se acercó torciendo el gesto, tomó el hallazgo con cuidado.

—Parece carboncillo… y los últimos párrafos…

—Es de un tono como encarnado, ¿no?

A Valeria comenzaron a temblarle las manos. Su rostro palideció.



Otra vez el traqueteo martilleante, de nuevo la incertidumbre y el miedo. Afuera todo era desolación, la imagen de un mundo que se derrumba en estos tiempos convulsos que nos ha tocado vivir. Esa vez fueron tres días de viaje. Corrían rumores que no quería creer. Al llegar, una constante columna de humo se elevaba de entre los edificios, el peor presagio que parecía confirmar nuestros temores. Desde el tren acerté a leer una inscripción: “Arbeit macht frei”. Que ironía, hacía ya mucho tiempo que no sabía lo que era la libertad.



Un despacho en la universidad de Varsovia y dos hombres expectantes.

—¿Tenemos ya el resultado, profesor?

—Así es.

—¿Y bien? No me haga esperar más.

—Las pruebas caligráficas han dado positivo.

Por un momento se hizo el silencio, ninguno sabía que decir.

—Es asombroso. ¿Se da cuenta del valor que puede llegar a alcanzar?

—Ciertamente, no se le podría poner un precio.

—¿Cómo haría para esconderlo, y cómo es posible que no se haya encontrado hasta ahora?

—De momento eso entra en el terreno de la especulación, tal vez algún día sepamos más.

—Lo que nunca sabremos es lo que el mundo se ha perdido. Una vocación incuestionable, sin duda.

—Las primeras páginas están escritas a lápiz, las últimas con sangre, amigo mío. Sencillamente admirable.

—Brindemos entonces por lo que pudo ser y no fue.

—Brindemos por lo que ahora tenemos la certeza que sí ha sido.



Cada día parece que puede ser el último, y sin embargo la vida se empeña en obsequiarnos una y otra vez con un nuevo amanecer. Aun ahora, seguir vivos es un regalo, a pesar de tanto sufrimiento. No puedo dejar de pensar en quienes ya se han ido, víctimas de esta barbarie sin sentido. Papá, mamá, en algún lugar volveremos a encontrarnos, pero os prometo que saldré de aquí con la cabeza alta y el orgullo intacto para mantener viva vuestra memoria. El mundo sabrá lo que ha pasado, yo me encargaré que así sea.

Están trasladando a la gente de nuevo, pronto tocará emprender otro viaje. Dicen que hacia el oeste, otra vez al oeste. Vaya donde vaya, tengo la certeza de que tú siempre estarás conmigo. Podrán quitármelo todo, podrán quitarme incluso la vida, pero a ti nunca te alejarán de mi lado; mi amiga, mi compañera, mi amada y querida Kitty.

Siempre tuya, Anne.




72 comentarios:

  1. Por lo que veo, Anna Frank continuó escribiendo su diario en Bergen-Belsen. Me ha gustado mucho, Jorge, sobre todo cómo reflejas ese aterrorizador afán por lucrarse con el dolor ajeno que, por desgracia, se ve tan a menudo. Enhorabuena.
    Un beso muy grande

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues si y no Ana, je je. Bien visto lo de Ana Frank, aunque no se la nombra en ningún momento se dan suficientes pistas para identificarla, sobre todo en las dos últimas líneas. Bergen Belsen fue el lugar donde murió Ana, pero antes pasó por los campos de Westerbork y Auschwitz. Bergen Belsen no es visitable en la actualidad por lo que no puede ser el lugar del hallazgo del manuscrito. En el relato se dan algunas pistas para identificar el lugar como Auschwitz, hay un viaje en tren de llegada y otro de salida, las cámaras de gas que no existían en los otros dos campos al no ser campos de exterminio, la famosa inscripción de la entrada: el trabajo os hará libres, y el hecho de que el manuscrito se analice en la universidad de Varsovia en Polonia, donde estaba Auschwitz, y no en Berlín o incluso Hamburgo, que sería lo propio si fuera Bergen-Belsen. Espero no haber sido demasiado críptico. Un beso y gracias por comentar, como siempre la primera.

      Eliminar
    2. Buenas, Jorge. El campo de concentración de Bergen-Belsen sí que es visitable, aunque no queda nada en pie, tan solo hay un museo y la tumba en recuerdo de Anna Frank, y unos cuantos más de todos los millones de personas que allí murieron.
      Tu relato me ha gustado mucho, de mis favoritos.

      Un saludo.

      Eliminar
    3. Hola Irene, me refería lógicamente a que no es visitable la estructura del campo, no podría haber unos barracones en los que encontrar un manuscrito escondido como se hace ver en el relato, de ahí que el hallazgo debiera trasladarse a Auschwitz. No obstante te agradezco la puntualización, me alegra que te haya gustado el relato, entre nosotros, el tuyo me gustado mucho también. Un saludo.

      Eliminar
  2. Me ha gustado mucho la utilización del flashback, en tu narrativa con estos saltos temporales, del pasado (escrito en cursiva) al presente. Es además muy aconsejable para aumentar el suspense de la trama pausada.
    Destacaría también la riqueza de matices respecto a las descripciones tanto de personajes como del decorado.

    Su mensaje francamente es impactante. Opino igual que Ana Madrigal, ya que resulta aterrador ese afán de unos pocos sinvergüenzas por lucrarse del dolor ajeno.

    Espero que tu relato sea también merecedor de premio. ¡Suerte, Jorge!
    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por comentar Estrella, espero haber conseguido ese suspense al que aludes. Un saludo.

      Eliminar
  3. Hola, Jorge,
    una historia variada, contrapuntada por tres historietas que se complementan para formar un relato coral que suena con una armonía perfectamente ordenada. Muy bien trabajado y elaborado para pasar de un escenario a otro sin casi apenas dar explicaciones. Mis felicitaciones; como dice Estrella, también espero que tu relato acabe bien alto.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En un relato tan corto no hay mucho espacio para dar explicaciones, por lo que la esencia del relato debe sobrentenderse. Por otro lado siempre es mejor mostrar la escena que tratar de contarla. Muchas gracias por comentar Pepe, y bienvenido a mi blog. Un saludo.

      Eliminar
  4. Una historia genial, Jorge. Estremecedora y muy visual. Muy en tu línea. Sin duda un relato digno de un buen Tintero. Un saludo gallaecio.

    ResponderEliminar
  5. Saludos Jorge, un relato del pasado unido a uno del presente, muy bien unidos. Por cierto que coincidimos en el espacio y tiempo (y también las víctimas) de nuestros relatos (el de la parte del pasado del tuyo con el mío). Éxitos y bendiciones!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues aún no he tenido tiempo de leer tu relato Mery, pero en cuanto pueda me pongo a ello. Gracias por comentar, un saludo.

      Eliminar
  6. ¡Hombre Don Jorge! ¡Benditos los ojos...! :))
    Pues nada, me guardo tu tren y ya te diré.
    Un abrazo muy grande y me alegra mucho "verte" de nuevo. Hasta pronto.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un abrazo también para ti Isabel, en cuanto me sea posible me paso a comentar tu relato.

      Eliminar
  7. Una historia genial, Jorge. Estremecedora y muy visual. Muy en tu línea. Sin duda un relato digno de un buen Tintero. Un saludo gallaecio.

    ResponderEliminar
  8. Hola Jorge, encantado de haber leído tu relato. Me pasma esa manera tan fluída y natural de pasar de una trama a otra. Historia estremecedora que se entremezcla con planteamientos tan prosaicos como la ambición de los individuos que han conocido la autenticidad del escrito. Magistral relato, sí señor.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Beri, y bienvenido al blog. Me alegra haber conseguido ese efecto que comentas en el enlace de las tramas. Un saludo.

      Eliminar
  9. Qué gran historia, Jorge y qué bien reconducida hacia Ana Frank. Me ha gustado muchísimo. Felicidades.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Marta por comentar, me alegra que te haya gustado. Saludos.

      Eliminar
  10. Buen relato de un tu estilo que nos tienes acostumbrado. Has enhebrado el presente y el pasado.Según iba leyendo me acordaba de un lugar que visité cerca de Berlín. Me he trasladado e a ese lugar que por lo que parece es el Auschwitz. Yo estuve en el campo de concentración Sachsenhausen, y lo que allí vivieron fue terrible. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Debe ser estremecedor visitar cualquiera de esos lugares, sin duda tuvieron que pasar unas vivencias terribles. Gracias Mamen, un abrazo.

      Eliminar
  11. Hola, Jorge.
    Una historia con presente y un pasado que no se debe olvidar. Muy bien construido el relato trágico por lo que representa y basado en la actualidad con ese niño inquieto y molesto que tanta diferencia marca sobre esos lamentables hechos ocurridos. Felicidades, me alegra volver a leerte.
    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hay cosas que no deberíamos olvidar nunca, muy cierto Irene. También me alegro de verte por aquí. Un abrazo.

      Eliminar
  12. Admirable historia en dos tiempos.Buena apelación a la emotividad del lector.

    ResponderEliminar
  13. Bueno, pues valió la pena esperar Jorge.

    Un relato en tu línea habitual: meticuloso, trabajado, con algunos datos históricos, bien mezclada la ficción y la realidad, y sin duda, emotivo.
    Me recordó un poco a la supuesta tumba de Lorca que escribiste hace algún tiempo ya.
    Un dato personal, mi hijo acaba de venir de Amsterdam (yo no la conozco), y aunque intentó ver la casa donde estuvo escondida la familia de Ana Frank, como no hizo la reserva con suficiente tiempo se quedó sin verla. Ha leído el diario, es una lectura no sé si obligada, pero sí recomendada, en algunos colegios, y me parece estupendo. Ojalá se leyera, sobre todo los estudiantes, la convulsa historia de las dos Españas de la guerra civil, y su posguerra, no tan lejana. Para entender el presente hay que conocer el pasado.
    El relato tiene inicio, nudo y desenlace. Orquestando el autor las dos corrientes narrativas (la voz de las cartas, y la de la narradora en primer apersona)
    En definitiva, un buen trabajo con las premisas del reto de Tintero más que cumplidas.
    Un abrazo, amigo Jorge.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Vaya Isabel, con esa primera frase ya has colmado mis expectativas. Ahora que lo dices, tienen algo en común con "Buscando a Lorca", en cuanto a la mezcla de hechos reales y ficticios.
      Mi primer contacto con el Diario fue precisamente en un libro de texto de una de mis hermanas, donde se incluían algunos fragmentos del diario, posteriormente tuve oportunidad de leerlo entero. Estoy de acuerdo en que debemos conocer el pasado para no repetir los mismos errores en el futuro, aunque a veces es difícil encontrar un relato coherente de los acontecimientos más cercanos.
      Muchas gracias por comentar, en cuanto pueda me paso por el tuyo. Un abrazo!

      Eliminar
  14. Gracias, Jorge, por participar con este relato en El Tintero de Oro. Un abrazo y suerte!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a ti David por organizar una edición más del Tintero de Oro. Un abrazo!

      Eliminar
  15. Hola Jorge

    Me han gustado "los dos tiempos" y las tres imágenes del relato. Dan que pensar, te quedas dándole vueltas al asunto. Además, se diferencian muy bien con lo cual el relato fluye como es debido.

    Enhorabuena y saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Paola, si el relato te ha dejado pensando me alegro de ello, es un punto a favor. Gracias por comentar. Un saludo.

      Eliminar
  16. Una muy buena continuación de la obra y vida de Anna, amigo Jorge. Creo que se sentiría orgullosa si llegara a leer este relato. Que su nombre no se borre de la Historia, como diría una rosa.
    Un saludo y mucha suerte, aunque no creo que te haga falta.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas veces me he preguntado que pensaría Ana Frank de saber a donde llegó su diario, ella que era una simple niña de 15 años, víctima como tantas otras de la barbarie. Al menos su muerte no fue en vano. Gracias por tus palabras Bruno. Un saludo.

      Eliminar
  17. Me ha parecido un relato soberbio. Creas muy bien las imágenes que recibe el lector. Es muy realista, te mete en la situación del protagonista y te hace sentir esas emociones tan devastadoras. Mucha suerte, Valin, en el tintero!
    Abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Kan ;) me alegro mucho que te haya gustado, de esos se trata, y de meterse en la piel de la protagonista. Un abrazo!

      Eliminar
  18. Hacía mucho tiempo que no sabía nada de ti y ahora, zas, me sorprendes con este tremedo (por su contenido y por su calidad) relato. Aparte de muy bien narrado, con esos saltos en el tiempo, describes, por una parte el horror que todos conocemos, contado en primera persona y cuya autoría me ha sorprendido al final, y por otra cómo de ese horror se puede hacer negocio y obtener la fama.
    He disfrutado mucho de su lectura.
    Un abrazo y suerte en el concurso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Josep, es difícil describir tanto horror y menos en tan poco espacio, pero si una parte ha llegado hasta vosotros me doy por satisfecho. Gracias por tu comentario y suerte también. Un abrazo.

      Eliminar
  19. Nos metes de nuevo en la trágica vida Anna Frank y lo haces con maestría y respeto. El mismo que pide la guía en su particular tour. Hermoso y duro relato. Muy ameno dentro de lo que subyace en él. ¡Suerte en el Tintero! Un abrazo y felices fiestas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Rebeca, trágica y corta vida, cierto, aunque ha dejado un gran legado. Gracias por comentar y felices fiestas también. Un abrazo!

      Eliminar
  20. Hola Jorge, pese a que tienes un blog completísimo es la primera vez que leo tus escritos, me voy adentrando en él y me gusta todo lo que veo.
    Pincelada histórica para este concurso y muy emotiva. El niño otorga un toque ameno y mágico a la arquitectura muy bien lograda de este tema tan serio.
    Un saludo, y me quedo por tu casa, si me lo permites.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Carla, bienvenida a mi blog, espero que te sientas como en tu propia casa. Me alegra que le hayas encontrado el punto emotivo al relato, en un espacio tan corto es difícil conseguir ese efecto. Un saludo y gracias.

      Eliminar
  21. ¿Cuántos trenes se han de coger para llegar al destino final de una vida?
    Me ha parecido una historia la mar de factible, ese hallazgo fortuito de un posible escrito de la autora de un famosísimo diario pone los pelos de punta por la tragedia que esconde detrás. Se puede calificar de historia negra, ya lo creo.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Una página negra de la historia de la humanidad, sin duda, Francisco. Gracias por comentar, un abrazo!

      Eliminar
  22. Un relato escrito a dos voces que se complementan. Los diálogos muy logrados y la parte narrativa escrita en presente te sumerge en un mundo escalofriante. Me has llevado a un rincón de Amsterdan junto al río Amstel sentada en una casa flotante mirando y mirando la ventana abierta de la parte alta de la casa de Anne Frank. Donde se asomaba cuando ya escribía el diario, donde tantos la vieron y callaron, donde la vi yo o al menos no puedo pensar en esa ventana sin la silueta de su imagen, donde alguien más la vio y la denunció... También me has llevado a auschwitz, juré que no volvería, y tu escrito pausado, sereno me ha devuelto a aquel terrible lugar sobre el que nunca encontraré las palabras adecuadas para describir lo que representa.
    Con el corazón encogido, toda la suerte en El tintero, Jorge.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Conociendo personalmente los lugares en los que se desarrolla la historia, tiene que ser mucho más vívida y trágica su lectura. No se si es bueno o malo haberte llevado de nuevo a Auschwitz, pero si el relato te ha hecho sentir aquellas mismas sensaciones, algo ha logrado ya. Muchas gracias por comentar, Pilar. Un saludo.

      Eliminar
  23. Saludos desde Venezuela. Interesante narrativa con su valor histórico y buen uso de los tiempos. Me encantó el relato. Éxitos en el Tintero

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, me alegra que te haya gustado. Saludos hacia Venezuela!

      Eliminar
  24. Hola Jorge,
    Triste y brillante historia. ¿Pueden ir estos adjetivos juntos? Pues sí. El primero tiene que ver no solamente con la historia de Ana Frank sino también con la de la codicia humana. El segundo, está relacionado con tu forma de relatar. Mis felicitaciones. Un saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Juana, bienvenida al blog. Es el tema del Holocausto una historia triste, de la que no parece que hayamos aprendido mucho pues los propios descendientes de quienes lo sufrieron están haciendo algo parecido. Me alegra que te haya gustado. Un saludo.

      Eliminar
  25. Un gran relato el que nos presentas, Jorge, narrado con tu maestría habitual. Magnífica la ambientación con que arranca la historia, que nos hace vivir los escenarios que describes y acompañar a los atribulados personajes. Funciona muy bien el recurso de intercalar pasado y presente, que nos va revelando la compleja trama con el ritmo justo para atrapar al lector hasta que el ayer y el ahora parecen entrelazarse hasta desembocar en ese traumático final.
    Una más que lograda revisión de un clásico literario y cinematográfico con el consigues traer al presente todo el horror de aquel terrible episodio condensado en un trozo de cartón. Suerte en El Concurso. Un abrazo, Jorge.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La intercalación de fragmentos del diario con el relato de los hechos presentes es uno de los pilares del relato, efectivamente Paco. La idea era llevar al lector de un momento a otro para ir descubriendo la trama y al personaje. Me alegra que te haya gustado, gracias por la visita y un abrazo.

      Eliminar
  26. Un relato escrito con maestría y, sin dudas, sobre un tema que conmueve.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  27. Muy bien reconducida la trama hacia Ana Frank mezclando presente y pasado. Muy bien ambientada.
    Un abrazo Jorge
    Puri

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Puri, espero haber sido capaz de esconder a Ana hasta el final, aunque sin sacármela de la manga. Un abrazo.

      Eliminar
  28. Hola Jorge, acabo de leer a Mery y coincidís con vuestras historias en el mismo tren. el tren de la muerte. Me gustó esa parte de carta (pasado) y la dialogada (presente). Un viaje morboso el actual. Hacer un negocio lucrativo... Creo que yo nunca lo haría, me basta con saber que jamás se vuelva a repetir ese genocidio. Un abrazo compañero.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ojalá nunca se repitiese, Eme, aunque temo que en muchas partes del mundo ocurren cosas muy similares a mnos precisamente de los descendientes de quienes lo sufrieron. Muchas gracias y un abrazo!

      Eliminar
  29. Precioso relato Jorge, desborda sensibilidad en contraposición a los que se lucran del sufrimiento ajeno. Me ha encantado la estrategia narrativa que nos muestra el testimonio de Anna Frank por un lado y el relato del tiempo presente por el otro. El estilo es muy visual, me imagino en el tren y luego en esos barracones.
    Enhorabuena y suerte en El Tintero.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me halaga eso que dices del estilo visual y que has podido meterte en la escena. Muchas gracias Araceli por tu visita y comentario, un abrazo!

      Eliminar
  30. En tu línea Jorge. Muy buena historia, sorprendente y bien narrada.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  31. Tremendo relato por su calidad y por su contenido. La desripción minuciosa en el primer párrafo del horror que acontecía en los vagones, en contraste con la libertad y la poesía del paisaje contemplado a través de una rendija. Jamás se debe olvidar el pasado y aprender de los errores y los horrores cometidos. Deleznable también la actitud de aquellos que se lucran con el sufrimiento del pasado. Sin duda un relato de podium. Un abrazo y suerte para el Tintero.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. He intentado que los pasajes de Ana pasasen de la esperanza y percepción de la belleza después de tanto tiempo de encierro, a la desolación final. Espero haber conseguido parte de ese efecto. Me alegro que te gustase, gracias por comentar. Un abrazo Jose!

      Eliminar
  32. Me han gustado los tiempos y el personaje del niño, que le da un toque fresco a una historia tan densa. Suerte en el tintero 🐾

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El niño representa la inocencia y casualidad del hallazgo, me pareció una forma solvente de contarlo. Gracias Rosa por comentar, un saludo.

      Eliminar
  33. Qué delicia de relato, Jorge. Los saltos temporales están más que justificados y, sobre todo, bien unidos. Mucha suerte en el concurso. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Beatriz, espero que esos saltos temporales hayan quedado bien unidos. Un abrazo.

      Eliminar
  34. ENHORABUENA, Jorge, por ese meritorio CUARTO PUESTO, en una Edición en la que, como bien señalas, había gran nivel. Nos vemos en la granja del amigo Orwell. Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Paco, ha sido una edición de alto nivel y un cuarto puesto es de agradecer. Un abrazo.

      Eliminar
  35. Felicidades Jorge, más que merecida esa Mención Honorífica. Un saludo y hasta la próxima.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Carla, nos vemos en la siguiente. Un saludo.

      Eliminar