Star Guars: La nenaza fantasma

    

  El viaje a Madrid en globo aerostático fue duro, pero había que ahorrar huella de carbono en aras de objetivos más elevados. De regreso y sin margen para descansar, el alcalde había organizado una reunión en su domicilio particular; problemas acuciantes amenazaban el evento más esperado del año.

  —Alcalde, la puerta del salón no abre —se quejó Carmela, la vicealcaldesa.

  El batiente cedió ante un suave empujón del regidor.

  —¡Lo que usted no consiga, Abel¹! —lo aduló el concejal de festejos, Mariano Guateque.

  —¡Inglis opens mani dors!

  Caía la tarde y la puesta de sol teñía de encarnado el horizonte, arrojando desde el ático una magnífica vista de la ciudad de Vigo y su ría, que Carmela contemplaba distraída. 

  —¿Qué os traigo para tomar?

El anfitrión pulsó un botón, la pegadiza melodía del Rehab comenzó a sonar en el salón acristalado.

  —¡Amy Winehouse!

  —A mí un expreso.

  Enseguida reapareció Abel portando una bandeja con un café y una botella de vino.

  —Alcalde, sabe que soy abstemia.

  —Vino de la casa, Carmela ¡Lo que pediste!

  —Déjelo, una copa no me sentará mal —suspiró.

  —Y para ti el café más peligroso, Mariano. Ya sabéis para que os llamé, ¡la mejor Navidad del mundo está amenazada!

  El regidor señaló el dossier que Guateque sostenía, dándole pie a exponer el caso.

   —Se llama Prudence Hardness. Nacida en Vigo, de madre británica; al poco tiempo emigró a Londres. Apenas hay datos sobre su infancia, como si no hubiera existido. Estudió economía en Oxford y se graduó con honores. Quince años trabajando en la City. Ahora, pretende regresar a su ciudad de origen y disputar la alcaldía, la hijaputa. Su propuesta está calando a base de pregonar austeridad envuelta en un marcado mensaje ecologista. Goza del apoyo del Establishment de ambos países ¡Intenta acabar con nuestras luces de Navidad!

  —Es una nenaza, ¡la nenaza fantasma! —se enardeció Abel.

 —A ecologistasss no nosss gana nadie, alcalde ¡hip! Llevamosss todo el año equipando con bateríasss lasss trainerasss que surcan la ría para acumular la energía de losss remazosss. Van un poco másss despacio pero losss remerosss se ponen másss cachasss ¡hip! —la mujer se encaramó a la mesa, moviendo su dedo índice al ritmo de la música— ¡No, no, no!

  —¡Carmela!, ¿pero cuantas copas te tomaste?

  —Me estoy Rehab…¡hip!...bilitando, mayorrr Geyperman².

  —Será Caballero, ¡Gentleman! Además de piripi, ¡estás tú bien de inglés!

  —Completamente depiladasss, ¿le enseño una?

  —Deja, deja. Como sigas arrastrando la ese, parecerá que hay aquí dos Marianos³ ¿Cuándo llega la nenaza?

  —Mañana aterriza su jet privado.

  —Mándale una invitación, Mariano: si no puedes vencer a tu enemigo ¡joinjím! Tengo que hacer algunas averiguaciones, ¡el resto dejadlo de mi cuenta!

  —No, no, no.

  —¡Carmela!

 

  En la Puerta del Sol de la ciudad Olívica⁴ se congregaba una multitud ansiosa de celebraciones. En el estrado, junto al alcalde y la corporación, una invitada de excepción presenciaba, no sin cierto disgusto, aquel homenaje a la ostentación y el despilfarro. Prudence Hardness vestía un modelo de Louis Vuitton a juego con sus pendientes Tommy Hilfiger. Sobre los tacones de aguja, un rostro inexpresivo escondido tras unas gafas de sol se elevaba una cabeza por encima de su histriónico anfitrión.

  —Qué bien maquillada va —susurró Carmela.

  —No, ¡todavía se le ve la cara! —replicó Mariano.

  Entre música de villancicos, nieve artificial y el consabido discurso, un fogonazo de luz multicolor transformó la noche en día.

  —¿No es una increíble experiencia, miss Hardness? —se regocijó Abel.

  —Experiencia ser madre de la sciencia, míster mayor, pero ser bochornoso dispendio —respondió haciendo visera con la mano— next year yo aplicar austeridad británica.

  —Terminará por abandonar el lado oscuro, créame.

  —Si no haber más que ver, mí ausentar ya. Empezar doler ojos.

  —¡Ah, Prudence! Somos más parecidos de lo que cree, ¿también padece fotofobia? Es porque no usa las san glases adecuadas, las nuestras nos las hacen unos men in blac. ¡Mariano, dale unas gafas a la señorita!

  —I shouldn't accept something from who is named sea and ass⁵ —murmuró la inglesa, apurando el paso hacia las escalerillas.

  El alcalde salió tras ella, temiendo que se le escapase. Entre las prisas y la parcial ceguera, la mujer se trastabilló sobre los escalones yendo a caer espatarrada, sosteniéndose con ambos brazos a la barandilla. Desde arriba, Abel le tendió la mano.

  —Nenaz… estooo Prudence, ¡únete a mí y yo completaré tu entrenamiento! Con mi experiencia y tu conocimiento podemos acabar con esta beligerancia y poner orden en la ciudad y el mundo entero.

  —¡Jamás unirme a tú!

  —¡Si conocieras el poder de la luz, lo feliz que hace a la gente! En la City nunca te lo dijeron.

  —¡Decir suficiente, decir tú matar austeridad en Vigo!

  —Cada año sale más barato y contaminamos menos, y además…

  —No seguir por ahí, ¡mí también visto película!

  —Si, Prudence. Yo, ¡soy tu padre!

  —¡No! Eso no ser cierto, ¡ser imposible!

 —¡Un desliz de juventud! Examina tus sentimientos, sabes que es verdad, ¡si somos iguales, carallo⁶! Únete a mí, y juntos dominaremos esta galaxia —señaló al horizonte— como padre e hija.

  Aquella noche se produjo una gran conmoción en la Hardness. El jet privado acabó adornando una rotonda⁷ y los pendientes se subastaron para financiar la campaña navideña del ejercicio venidero. Abel y Prudence confluyeron en una candidatura conjunta a las siguientes elecciones y así, un año más las navidades de Vigo terminaron siendo, dicen, las mejores navidades del mundo.

 

Referencias:

1. Abel Caballero, personaje ficticio, alcalde de la ciudad de Vigo, empeñado en instalar cada año las mejores luces de Navidad del mundo y con un particular y personalísimo dominio del inglés. Su nombre coincide, casualmente, con el del verdadero alcalde de Vigo.

2. Geyperman: Muñecos articulados que hicieron furor en los años 80.

3. Mariano Rajoy, expresidente del gobierno español.

4. La ciudad de Vigo es también conocida como ciudad Olívica, debido a que en el atrio de la iglesia de la Colegiata de Santa María existía desde muy antiguo un gran olivo plantado por los Caballeros monjes Templarios, cuando éstos regían la feligresía. Un esqueje de este olivo dio lugar al que hoy se conserva en el Paseo de Alfonso XII.

5. Trad. Del inglés: no debería aceptar algo de quien se llama mar y culo.

6. Interjección gallega malsonante, en lenguaje Vargallosiano: pichula.

7. El ficticio alcalde de Vigo es también conocido por instalar originales adornos en las rotondas, desde pantallas LED hasta barcos y aviones.

Episodio I - Star Guars

Episodio II - Star Guars: Caballero contraataca