sábado, 26 de noviembre de 2016

Buscando a Lorca (Capítulos I y II)

Aunque este relato está basado en hechos reales, los personajes y circunstancias descritos en el mismo son únicamente producto de la imaginación del autor y como tal deben considerarse.

Capítulo I: La llamada.

  A veces el destino nos reserva caprichosas sorpresas cuando menos lo esperamos, cuando creemos que los acontecimientos excepcionales que se pueden vivir a lo largo de una vida ya han sido vividos. Todo comenzó con aquella llamada telefónica, la llamada que empezaría por descolocar mi presente y terminaría por cambiarme también el futuro. Pero antes de que les cuente esta historia, permítanme que les hable un poco sobre mí. 

    Siempre tuve una vida inquieta, mi pasión por la arqueología me llevó de la mano por diferentes lugares del planeta desde que terminé la licenciatura. Recién cumplidos los cuarenta y deseosa de probar la sensación de sentar cabeza por una vez, me hice con la Cátedra de una prestigiosa universidad madrileña. 

    Me llamo Virginia Blake. Soy hija de un editor inglés al que los encantos del sur de España y una morena andaluza terminaron por afincarlo definitivamente en la ciudad de Almería, donde pasé la infancia. Tal vez las milenarias piedras de su alcazaba, desde la cual me gustaba contemplar la excepcional vista de la ciudad y la bahía, influyeran en la que más tarde sería mi vocación. Con los años la familia acabó trasladándose a Madrid por motivos laborales y allí terminé el colegio, superé el bachillerato e inicié los estudios universitarios. Mi padre regresaba a menudo a tierras Andaluzas a causa de su trabajo y fueron tal vez las largas temporadas de separación o alguna otra razón que no pude comprender entonces, lo que terminó por romper su matrimonio. Aquella circunstancia me marcó la adolescencia y probablemente el carácter durante el resto de mis días.  

    Al mismo tiempo que acabé prendada de todo lo que tuviese relación con la antigüedad lo hice también de uno de mis profesores, bastante mayor que yo, con el que me casé a los pocos meses de finalizar la carrera. Aquella aventura duró tan solo unos años. Supongo que para él sería difícil convivir con alguien que siempre tuvo más interés en los muertos que en los vivos. Por mi parte la pasión se diluyó entre viajes y excavaciones en los lugares más recónditos. De aquel matrimonio perduraron una buena amistad y un hijo, que hoy en día estudia medicina en la universidad de Lovaina.

    Hacía poco más de un año que me había establecido en Madrid, convirtiéndome en la catedrática más joven en mi disciplina. Disfrutaba de una nueva etapa sosegada, con tiempo para explorar las posibilidades de un modo de vida que hasta ese momento había tenido vedado. No sospechaba que la plácida existencia en la que me estaba acomodando tenía los días contados.

    Se presentó como Alfonso Cárdenas y dijo ser el presidente de una asociación privada dedicada a la recuperación de la memoria histórica durante el franquismo. A través de la línea su voz denotaba una edad avanzada, aunque sonaba ilusionado. Habló de una propuesta que aseguró me resultaría interesante. Quedamos para comer al día siguiente.

    Lo que ocurrió en esa conversación en el restaurante Los Olivos, en pleno Centro de la Capital, marcaría el inicio de aquella apasionante aventura.


Capítulo II: Una conversación en blanco y negro.

    Era una tarde fresca de comienzos de primavera. Durante la mañana las nubes habían descargado un aguacero sobre las calles de Madrid y el sol asomaba por momentos para mirarse en los espejos que se habían formado en las aceras. Acudí con antelación a la cita pero mi anfitrión ya me estaba esperando. 

  Debía sobrepasar los sesenta, de talla menuda y porte fornido, la frente despejada y el pelo blanco a ambos lados de su cabeza. Vestía un traje beige y corbata azul adornada por un broche con el logotipo de la institución que presidía. Nada más llegar se levantó y apartó la silla para que pudiera sentarme. Hicimos las presentaciones formales y nos entretuvimos en escoger los platos en la exclusiva carta que el camarero nos había ofrecido. El señor Cárdenas pidió un Gran Reserva para regar la comida, alegando que la ocasión bien lo merecía. 

    —Es usted más hermosa de lo que dicen. Soy afortunado al compartir mesa con una mujer sin duda también inteligente.

    —En lo que a los aspectos profesionales se refiere, intento echar mano tan sólo de lo segundo —respondí sin dejarme impresionar.

   —No lo dudo, señorita Blake. Espero que disculpe las confianzas que se toma este anciano. Su currículum es su mejor carta de presentación, por eso la he llamado.

    Me abstuve de realizar mención alguna respecto al tono en exceso desenfadado, aunque me pareció poco apropiado para un primer encuentro profesional. No acostumbraba a dejarme engatusar por los halagos y mi instinto se puso en guardia.

    —Usted dirá —añadí expectante.

    Alfonso Cárdenas se restregó ambas manos en la servilleta y rebuscó en su chaqueta hasta dar con un sobre de mediano tamaño. Me lo extendió, convidándome a que lo abriera. Bebí sin prisa un trago del exquisito vino antes de hacerlo, preguntándome que se escondía en su interior. Durante los segundos que empleé en rasgarlo mi interlocutor permaneció en silencio. Al fin extraje una fotografía en blanco y negro con aspecto de ser muy antigua. En ella se distinguían cuatro hombres formados frente a la cámara en medio de un paisaje terroso, con una colina recortándose a sus espaldas. Uno de ellos mostraba un aspecto descuidado y sus ropas aparecían sucias. 

    —¿Qué es esto? —pregunté desconcertada.

    —Comprendo que la fotografía no le diga nada, pero déjeme que le explique. De los cuatro integrantes del grupo, hemos podido identificar a tres de ellos. Sus nombres son Mariano Ajenjo Correa, Antonio Benavides y Manuel Martínez Bueso.

    —Desconozco de quienes se trata —apunté sin disimular mi extrañeza.

   —Lo imagino. Permítame solicitarle que le dé la vuelta. Encontrará una inscripción que la ayudará a situar los hechos.

    Aquel asunto comenzaba a intrigarme. Giré la fotografía y fijé la vista sobre una superficie que el paso de los años había coloreado volviéndola amarillenta. En el dorso se apreciaba una frase un tanto borrosa, aunque legible: Agosto, 1936.

    —La Guerra Civil —afirmé.

   —El documento ha sido encontrado entre las pertenencias de un dirigente de la Falange, ya fallecido, cuyo nombre no viene al caso. La Asociación ha conseguido hacerse con la fotografía tras un duro proceso de investigación y no le negaré que bastantes dosis de suerte. Hay un hecho común que relaciona a los tres identificados entre sí y con la fecha indicada al dorso. ¡Un hecho apasionante en la Historia de nuestro País!

   —Conseguirá al fin interesarme en el asunto, señor Cárdenas. Dígame ¿De qué se trata?

    —Ajenjo y Benavides formaban parte del pelotón que ejecutó en agosto del 36 a Federico García Lorca —dijo señalándolos sobre la fotografía Y Bueso fue el encargado de conducirlo hasta allí desde el Gobierno Civil por orden del capitán Nestares, y certificar su muerte.

    Quedé un instante pensativa. Conocía las generalidades del asesinato de Lorca, pero no hasta ese nivel de detalle. Trataba de hacerme una idea de la relación que podría tener aquella historia conmigo. Reparé de nuevo en el cuarto hombre, el único al que mi anfitrión no le había asignado un nombre. Observé sus ropajes sucios, mancillados por la tierra arcillosa que también le manchaba las manos. Entonces una idea me asaltó, mi corazón dio un vuelco y no pude reprimir una exclamación ahogada. La arqueología, tenía que ser eso, la única relación posible.

    —¿Señor Cárdenas, está intentando decirme que…?

   —En efecto señorita Blake. ¿Qué posibilidades hay de que estas tres personas coincidan en un mismo lugar en agosto del 36, si no es en el acto del vil asesinato del poeta? El cuarto sujeto todavía tiene las ropas manchadas, tal vez participó en el enterramiento, aún sin ser uno de los enterradores pues éstos por lo general eran cautivos. ¿Y por qué iban a fotografiarse en un momento como aquel, cuando en esas fechas y en ese paraje se fusilaban presos todos los días? No es lógico, no tiene sentido. A menos que hubiera algo diferente en esa ocasión.

  —Federico era ya una figura reconocida a nivel internacional en esa época.

    —Está usted en lo cierto. De hecho incluso el presidente del Pen club de Londres, el escritor Herbert George Wells, pidió explicaciones a los golpistas sobre el paradero del poeta en Octubre de ese mismo año.

   —Él era la causa ¿no? —interrumpí —lo que marcó la diferencia entre ese fusilamiento y los demás, el motivo por el que decidieron inmortalizarlo.

    —Así lo creo, Mon Chéri —añadió Cárdenas, afrancesando el término querida —así lo creemos en la Asociación.

    —Y la foto, la foto ha de corresponder entonces con…

    —Si nuestras deducciones son correctas, con el lugar exacto del enterramiento. Lugar que, he de adelantarle, nuestra Asociación ya se ha encargado de identificar.

    Debí de sonreír con la expresión más desconcertante que pueda imaginarse. Cárdenas me devolvió la sonrisa multiplicándola por dos, mostrando su dentadura amarillenta. Suelo jactarme de guardar la compostura hasta en las situaciones más adversas, sin embargo en aquella ocasión me temblaban las piernas. Di gracias por hallarme sentada, de lo contrario no hubiera respondido por mantener el equilibrio. 

   —Don Alfonso, creo adivinar el motivo por el que me ha llamado, pero necesito escucharlo de sus labios —le rogué.

    Extendió los brazos como si fuera a estrujarme contra su cuerpo en un abrazo. La sonrisa le llenaba media cara, semejando que aquel hombre sexagenario hubiera retrocedido de nuevo a la niñez.

   —Señorita Blake, ¡quiero que usted y su equipo dirijan los trabajos de excavación que darán al fin con los restos de Federico García Lorca!



Capítulo siguiente:
http://brumasdegallaecia.blogspot.com.es/2016/11/buscando-lorca-capitulos-ii-y-iii.html

24 comentarios:

  1. Siempre me ha maravillado la pulcritud con que presentas tus textos después de la ardua tarea de investigación, y de corrección, que estoy seguro hay detrás de ellos. Se nota desde el comienzo la claridad de la voz que va a contar una historia de interés y, a medida que esta transcurre ese interés se va incrementando. Situada en un contexto histórico verídico, el texto se va deslizando suave, con diálogos que van contorneando a la perfección los personajes, hacia una tensión que se incrementa por la tarea que se le ofrece a la joven y por la magnitud que va a significar localizar los restos del poeta. Es un placer poder disfrutar de la lectura, de tu prosa tan cristalina, y de un argumento tan prometedor. Estaré pendiente de los siguientes capítulos luego de esta excelente presentación. Mis felicitaciones, Jorge, por este nuevo trabajo. Te mando un afectuoso abrazo.
    Ariel

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Dices bien Ariel, detrás de este relato hay mucho tiempo dedicado a documentarme y también a corregir los posibles defectos, tarea en la que todavía estoy inmerso. Nunca había publicado nada por capítulos y es una incógnita saber como reaccionará el lector ante un texto inconcluso. Me alegra que indiques que la historia despierta interés pues me da una idea de cuales pueden ser las sensaciones del que lo lee. El argumento efectivamente es prometedor, todo lo que rodea a Lorca es un misterio atrayente, veremos cual es la pericia del autor para contar una historia a la altura. A vosotros os toca juzgarlo. Un abrazo Ariel.

      Eliminar
  2. Capítulo I:

    Efectivamente, una historia interesante que promete mucho (el título de por sí es sugerente)
    Te felicito por atreverte a utilizar, esta vez, la voz femenina (tarea nada fácil), y además una voz culta de una mujer de mediana edad, inteligente, bella, (has buscado una buena prota que despierta el interés y la curiosidad)
    Ya me has ganado nombrando la memoria histórica.

    Capítulo II:

    Has dibujado bien el perfil físico y psicológico de un caballero educado, aunque algo atrevido (si es una primera reunión profesional estaba de más los halagos…hizo muy bien la srta Blake en ponerlo, educadamente, en su lugar)
    Desde luego que tiene que ser importante lo que ocurra para celebrarlo de antemano con un Vega Sicilia ¡vaya si lo mereció…ni más ni menos que buscando a Lorca!
    Una conversación fluida y creíble entre dos personas cultivadas (el tono me parece el adecuado, ya sabes que los coloquios hablan de la forma de ser de los personajes, me alegra que los utilices)
    Bueno…ya me tienes enganchada para el siguiente capítulo.
    Me encanta la trama y el tema Jorge ¡Adelante compañero!...no nos tengas mucho tiempo en ascuas.


    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues te diré Isabel que cuando planeé la historia no sabía si poner como personaje principal a un hombre o una mujer. Este personaje tiene su contrapunto más adelante y por aquello de compensar ambos deberían ser de distinto sexo. Al final me decidí por crear a Virginia, me pareció más interesante relatar la historia desde un punto de vista femenino, además de que el hecho de premiarla con una cátedra en arqueología tiene su punto original. Visto por donde ha derivado la historia creo que ha sido un acierto. Y si, yo le he tomado cariño a esta chica, quizás uno de mis personajes con más personalidad (aunque esto deberéis juzgarlo vosotros).
      Respecto a Cárdenas es, efectivamente, un caballero a la antigua usanza con cierto afán de protagonismo y ganas de impresionar.
      Diálogos tendréis en esta historia hasta hartaros, en cada uno de ellos he intentado plasmar un poco de la personalidad de cada personaje pues todos tienen rasgos diferenciados, ya me diréis (con sinceridad) como ha quedado.
      Espero ir publicando uno (o dos capítulos juntos, ya veré) por semana, para dar tiempo a que la gente lo lea y al mismo tiempo que no se pierda mucho el hilo.
      Gracias por tu fidelidad al blog Isabel. Un abrazo.

      Eliminar
  3. Estaba esperando esta historia desde que dijiste una vez que estabas escribiendo un relato largo y desde luego, por lo que he leído en estos primeros capítulos, ha merecido la pena pena la espera. Nos presentas dos personajes muy sugerentes. Una mujer culta e independiente con unos antecedentes que ya la hacen atractiva: hija de un editor inglés y de madre andaluza. Eso ya es una promesa de alguien con una personalidad especial. Y Alfonso Cárdenas, un caballero a la vieja usanza. Me da que el contraste entre la modernidad de ella y la caballerosidad de él va a dar mucho juego. Felicidades, Jorge, y a por los siguientes capítulos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues ya ves Ana, todo llega. Como comentabas en tu último relato, espero estar a la altura de las expectativas (tú sin duda lo estarás con el tuyo). ¿A que es maja Virginia? jeje. El matiz que quería dar a Cárdenas era ese precisamente, me halaga que en los comentarios se vaya apreciando. Gracias pro comentar Ana, y por cierto también esperamos que continúes tu historia por entregas. Un abrazo.

      Eliminar
  4. Espero que si al final se encuentran los restos del poeta estos puedan descansar en paz de una vez por todas.
    Seguiré con interés el desarrollo de esta historia basada en hechos reales.
    Genial novela histórica la que nos traes, Jorge. Enhorabuena.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Seguro que algún día darán con él, ya veremos si en mi cuento o por otro lado. Gracias por tu visita y comentario Kirke. Un saludo.

      Eliminar
  5. Menudo comienzo, Jorge. En el primer capítulo nos haces una breve introducción de la vida de nuestra heroína, Virginia Blake (¿será familiar directo del mítico pirata Sir Francis Blake?), para después meternos de lleno en una intrigante aventura con el gran Lorca de por medio.
    Espero con impaciencia la continuación de esta historia; que no sea muy larga la espera.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno tanto como heroína Bruno... la pobre se va a ver metida en un fregado que no se espera, ya veremos como sale de airosa nuestra Virginia, a la que tendré que cambiar el apellido por Drake para emparentarla con el corsario jeje. Publicaré en breve algún otro capítulo, no quiero que se pierda el hilo de la narración. Gracias por tu visita. Un abrazo.

      Eliminar
    2. Opppps. Me patinó la neurona. Confundí al pirata Drake con el almirante Blake.
      Al menos los dos tenían que ver con el mar.
      Un abrazo, amigo.

      Eliminar
    3. jaja cosas que pasan Bruno. Un abrazo.

      Eliminar
  6. Hola Jorge

    Me he saltado un poco el orden de lectura de algunos blogs que tengo pendientes, pero es que no he podido resistirlo, je, je. Y ya que me lo he leído, pues te comento.

    Me parece tremendamente interesante el tema que te has propuesto. Si bien es cierto que me atrae particularmente la arqueología, la Guerra Civil, etc., también lo es que la intriga y el misterio rodean todo lo relacionado con la muerte de Lorca. Y además de interesante, se añade la labor de profunda investigación que tienes que hacer para insertar tu relato de ficción en una realidad, además relativamente próxima en el tiempo. Se notará la calidad de tu trabajo precisamente en lo difícil que resulte a un lector algo enterado, separar esa ficción de la realidad.

    Me ha gustado mucho este comienzo. Relato en primera persona, donde la protagonista empieza por presentarse y hacernos una sucinta autobiografía hasta el momento actual en la trama, creando en su monólogo una empatía que nos acerca a ella y a su trabajo. Por cierto, el nombre del local “Los Olivos”, no lo has elegido al azar, ¿verdad? Muy lograda la caracterización de Cárdenas, con esa pomposidad y almibarada cortesía, y su contrapunto en la señorita Blake. Un desarrollo rápido del capítulo con un final que deja el vínculo, el anzuelo. A mí ya me has pescado. ¿Por qué? Pues porque, ya en el primer capítulo, planteas lo que, supuestamente, va a ser el nudo de la trama: el intento de localización de la tumba de Lorca. Teniendo en cuenta lo que sabemos y lo sencillo del planteamiento, estoy seguro de que la historia va mucho más allá, y eso es precisamente lo interesante, lo que no sabemos y con lo que, a buen seguro, nos vas a sorprender. ¡Ay, la memoria histórica!

    Yo, de momento, no puedo ponerte ninguna pega. Y eso que me gustaría, ja, ja, porque la envidia me correo por dentro de verte inmerso en un proyecto de esa magnitud.

    A por ello maestro. Estoy seguro de que voy a disfrutar. Que lo escribas tú ya es garantía de ello. Perdón por el peloteo, je, je, pero es algo que, a pesar de que lo digamos, nunca sobra

    Un fuerte abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Dices bien Isidoro en que es un proyecto complejo, donde hay que afinar mucho con los hechos históricos para no meter la pata. Además es también un tema de actualidad, al menos aquí en España (digo esto para los lectores latinoamericanos que siguen el blog, que tal vez no estén tan al tanto).
      Es un tema al que le venía dando vueltas desde hacía un tiempo pues a mi también me atrae mucho todo lo relacionado con la vida y la misteriosa muerte de Lorca, y tirando de hechos reales hay muchas incógnitas que dan para plantear una trama interesante. A partir de ahí ya es la imaginación del autor la que pone el resto. Veremos si las expectativas levantadas se cumplen.
      Confieso que lo del restaurante Los Olivos fue lo primero que se me vino a la mente, aunque referencias a olivos aparecen más adelante en el relato, como no podía ser de otro modo. ¿Un tipo particular este Cárdenas no?
      Obviaré el peloteo final jeje. Me siento como debió sentirse Obama cuando le dieron el Nobel de la Paz sin haber hecho aún nada. Esto no ha hecho más que comenzar.
      Gracias por tu visita y tu extenso y certero comentario Isidoro. Un abrazo.

      Eliminar
  7. Saludos Jorge, tenía pendiente leer tu historia sobre mi famoso paisano. Pero a veces encontrar ese momento de total tranquilidad para paladear bien una lectura es complicado jeje. AL mencionar en uno de los comentarios que es tu primera publicación por capítulos, recordé que uno de tus relatos que más me gustó en diferentes aspectos fue "Perdidos en el Everest" (que ya tenía una intensa y notable documentación previa de tu parte), que si bien estaba estructurado en capítulos, publicaste de un tirón.

    Aquí vuelves a tirar de ese gran trabajo previo que haces al documentarte bien. Escoges además, y como ya han dicho, una trama interesante y que efectivamente esconde interrogantes a pesar del paso del tiempo. Y por último le añades tu toque a la mezcla, lo cual redondea la función :) Seguiré encantado los próximos capítulos compañero, sigue así de bien.

    P.D: Veo que has hecho algunos cambios estéticos al blog (como clasificar por géneros los textos en el margen derecho). Por otra parte una curiosidad, no es el primer texto donde hablas de Almería, ¿te une un vínculo especial con la ciudad vecina a la mía? Un abrazo compañero.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En realidad José Carlos no es ni mucho menos el primer relato que escribo por capítulos, en este blog hay unos cuantos. "Citas Perdidos en el Everest" pero podríamos hablar de "Artemisa, el regreso a la luna" "El naufragio del Serpent" o "Balada de Juana la Loca" por poner algunos ejemplos. Pero sí es el primero que publico por capítulos pues los anteriores los había subido en una sola publicación. Este al completo se pasa ampliamente de la hora de lectura por lo que subirlo de golpe no hubiera sido buena idea.
      Efectivamente el blog ha sufrido un lavado de cara, que ya tocaba. Respecto a lo que comentas de la ciudad de Almería, veo que tienes buen ojo. Efectivamente de allí es una novia con la que compartí muchos años y con la que todavía sigo teniendo una buena relación.
      Me alegra verte por aquí de nuevo, pásate siempre que quieras. Un abrazo.

      Eliminar
  8. Hola Jorge,
    He venido al principio de la historia que acabo de descubrir.
    En primer lugar felicitarte por esos relatos por capítulos que a mi me parecen francamente muy difíciles a la hora de conjugar la construcción del relato con el mantener la tensión y atención de los lectores,

    En segundo lugar el tema de la documentación del relato, me gustan estos relatos novelados basados en hechos reales de la historia y es fundamental una buena investigación previa como la que tú has hecho para no cometer errores que rechinen en el relato y que como lectora desenganchen de la historia. Leí hace tiempo un bestseller de un escritor super popular y cuando colocó los encierros de toros en Sevilla hizo que dejara de leerlo, me parece terrible ese documentar mal la historia.
    Por último felicitarte por la historia que has armado, cómo la has presentado y cómo consigues que sea creíble y que se quiera seguir leyendo.
    Mi enhorabuena, seguiré leyendo la historia.
    Un saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es cierto Conxita que encarar un relato de esta dimensión es una tarea compleja, pero también lo es que muchas veces nos ponemos límites a nosotros mismos. Lo que al comienzo se ve una tarea titánica al final va tomando forma.
      La documentación para mí es siempre fundamental y da al lector una idea de lo en serio que el escritor se toma lo que escribe, aún así seguro que algún error se ha colado por ahí. Ese escritor que nombras no será por casualidad el señor Dan Brown? si es el libro que mencionas, efectivamente desde un punto de vista de documentación es un despropósito.
      Espero no decepcionar con la historia. Muchas gracias por tu visita.
      Un saludo.

      Eliminar
    2. Efectivamente Korge, ese es el súper escritor que comete errores garrafales en cuanto a documentarse y a comentarios que me llegaron a indignar, de hecho desde esa novela tomé la decisión de no volver a leerlo, me pareció una ofensa para los lectores que tomara tan poco en consideración la tarea de documentarse.
      Seguro que no me decepciona la historia.
      Saludos

      Eliminar
    3. No me acuerdo ni del título del libro, pero bueno no escribe mal lo que pasa es que la documentación no es su fuerte :)

      Eliminar
  9. Hola, Jorge,
    Hoy empiezo la búsqueda de los restos de Lorca ;) Te diré que tu estilo formal y clásico pega bien con cómo has ido hilvanando la historia, me gusta cómo dibujas el personaje de Virginia Blake, y la documentación histórica es fundamental para llevar adelante una trama de semejante calibre. Atrapas al lector, así que seguiré leyéndote para ver qué me depara la trama en el futuro. Lo dicho, un placer leerte, amigo. Saludos de inicios de año :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Antes que nada Eva agradecerte el esfuerzo que haces al sumergirte en una serie tan larga (16 capítulos, por si no te habías dado cuenta, lo que te espera por delante jaja!).
      Esta es una historia que aunque es inventada en gran parte, está basada en hechos reales y pretende poder pasar por cierta, por lo que la seriedad y ese tono formal al que aludes es esencial en toda ella. He procurado trabajar bastante la personalidad de los personajes, algo casi obligado en un relato largo, ya me dirás que te parece, al igual que la documentación histórica, donde hay mucho trabajo de campo detrás que no se ve. He tratado también de hilvanar todos los hechos de forma que no se pierda la coherencia de la trama, en ese sentido es muy importante para mí vuestra opinión.
      Espero poder atraparte en las redes de "Buscando a Lorca", siéntete libre a lo largo de los capítulos de comentar con sinceridad las impresiones que te produce la historia. Gracias de nuevo por tu dedicación. Saludos!!

      Eliminar
    2. Supongo que sabrás lo que decía Hemingway sobre la teoría del iceberg, Jorge, sé bien el esfuerzo que hay detrás, pese que a veces sólo veamos un diez por ciento en el texto de lo que llevamos trabajado...
      ¿Miedo yo? Como si son 30 capítulos, jajaja. Bromas aparte, mi serie del señor E. tiene menos entregas, pero de extensión... no sé yo si andaremos ahí ahí, jeje, por lo que yo también te agradezco que hayas decidido leer las entregas anteriores. ¡Bicos!

      Eliminar
    3. Pues nada a ver quien acaba antes jaja bicos Eva

      Eliminar