Algunos de los que habéis seguido
la serie de capítulos Buscando a Lorca,
me habéis pedido que hiciera un resumen de lo que es real y lo que no en el
relato.
Sin ánimo de sentar cátedra sobre
los hechos, pues no soy más que un aficionado a la historia que ha leído
algo acerca del final de García Lorca, desgloso aquí los principales aspectos
que puedan haber despertado vuestra curiosidad. Espero que el
resumen sea de vuestro agrado.
Breve resumen. Federico García Lorca murió en el
año 1936, al poco tiempo del golpe de estado contra el gobierno legítimo de la
República, fusilado en algún momento entre el 16 y el 19 de Agosto. Desde el
primer instante el poeta estuvo en el punto de mira de los sublevados, pues aunque
nunca se declaró a favor de ninguna formación política sí era un firme defensor
de la República, para la que trabajó como vocal de la Junta Nacional de Música
y Teatro y durante un breve periodo como secretario del ministro Fernando de
los Ríos, lo cual le granjeó la enemistad de la derecha; su condición
homosexual también lo colocaba en una posición incómoda. En un informe policial
elaborado en 1965 a petición de la escritora francesa Marcelle Auclair, que nunca
recibió, las propias autoridades franquistas reconocían que Federico fue
ejecutado por “socialista y masón” y por "homosexual".
Las rencillas entre clanes
familiares rivales (los Roldan y los Alba frente a los García Lorca) por el
cultivo de la remolacha azucarera en la vega de Granada han cobrado fuerza en
los últimos tiempos como parte desencadenante del suceso. En La Casa de Bernarda Alba el poeta
ridiculizaba a sus adversarios, obra terminada poco antes de su muerte y aún no
publicada en la época, aunque se conocía de su existencia entre otras cosas
porque el propio Lorca realizó una lectura pública de algunos pasajes en un Carmen de Granada. Este hecho consta que disgustó profundamente a
algunos de sus rivales.
Escondido en casa de su amigo el
poeta falangista Luis Rosales, fue detenido y llevado al Gobierno Civil de
Granada, desde donde saldría para ser fusilado en algún lugar de la carretera
que une las localidades de Víznar y Alfácar.
La fotografía: La foto que constituye el detonante de la historia y
que retrata el momento posterior al fusilamiento del poeta, es una invención mía y nunca existió en la realidad. Sin embargo los personajes que se nombran
en ella sí formaron parte del pelotón, según testimonios recabados por Molina
Fajardo de los que se hicieron eco posteriores publicaciones.
Los miembros del pelotón de fusilamiento. Según el escritor Miguel
Caballero, ésta es la relación de ejecutores: Mariano Ajenjo Moreno, Antonio
Benavides (perteneciente a los Alba y familiar lejano del escritor), Salvador
Varo Leyva, Juan Jiménez Cascales, Fernando Correa Carrasco y Antonio Hernández
Martín. Además Martínez Bueso estaba presente pues era el enlace con el militar
a cargo del sector, el capitán Nestares. Tres de ellos son los que sitúo en la
fotografía, con objeto de que ésta sea una pista creíble e indicativa del lugar
del enterramiento.
La referencia a H.G.Wells. Este hecho es totalmente verídico, pues
en Octubre del 36 el que era presidente del Pen Club de Londres llegó a remitir
una carta a las autoridades franquistas preguntando por su paradero, a lo que
éstas respondieron que lo desconocían. Otra destacada personalidad que
intercedió por Lorca fue el compositor Manuel de Falla, amigo personal del
poeta, quien acudió ante las autoridades horas después de su detención
exigiendo su liberación, hecho que pudo haberle costado la vida.
El lugar de la fosa. Fue el hispanista Ian Gibson quien en su libro
Vida, pasión y muerte de Federico García Lorca propone por primera vez
la que podría ser la ubicación de la fosa, basándose en su propia investigación
y en testimonios que pudo recabar. El enterramiento estaría situado cerca de la
localidad de Alfácar, en lo que hoy es el Parque Federico García Lorca.
Posteriormente el escritor
falangista Molina Fajardo, tras entrevistarse con varios testigos presenciales
de los hechos, propone en su libro Los últimos días de García Lorca, publicado
en 1983, otra ubicación en un campo de tiro del ejército justo antes de llegar
a La Fuente Grande, en el Peñón del Colorado, que hoy en día es considerado por
la mayoría de expertos como el lugar más probable. El periodista Miguel
Caballero en su libro Las trece últimas horas en la vida de García Lorca
concluye también que ésta ubicación es la correcta. No obstante recientes
excavaciones tampoco han encontrado allí los restos de Lorca.
El lugar en el que ubico la fosa
a partir de la misteriosa fotografía fue elegido al azar tras revisar las
imágenes aéreas en Google Maps, lo sitúo a unos 50 metros del campo de tiro en
dirección Víznar. Quien tenga curiosidad puede acceder a los enlaces de Google
en estas direcciones:
— Este
es el parque Federico García Lorca, donde Ian Gibson situó la fosa:
— Este
es el lugar que apuntó Molina Fajardo y donde se han realizado los últimos
intentos por encontrarlo, un antiguo campo de tiro del ejército en tiempos de
la Guerra Civil:
— Y
este es el lugar donde sitúo yo la fosa, del otro lado del barranco de San Martín
dirección Víznar.
Los enterrados con Lorca. Tradicionalmente se asume que junto a
Lorca se fusilaron y enterraron otras tres personas, los banderilleros de la
plaza granadina Francisco Galadí y Joaquín Arcoyas, y el profesor ateo Dióscoro
Galindo, que como se pone de relieve en el relato era cojo y le faltaba una
pierna, detalle que utilizo para poner de manifiesto a los protagonistas y
lectores que la fosa hallada era la correcta. En fechas más recientes se ha
hablado que posiblemente se hubiesen fusilado junto con ellos a otras dos
personas. Los reos fueron custodiados en
una casa ya derruida denominada La Colonia, situada entre las localidades de
Víznar y Alfácar, antes de ser llevados al paraje en el que finalmente serían
fusilados.
Ana García Lorca. Uno de los personajes centrales de la trama. Se
trata de un personaje imaginario, aunque está inspirado en la sobrina nieta del
autor y hoy en día presidenta de la Fundación que lleva su nombre, Laura García
Lorca. Incluso su descripción física es parecida. Por supuesto sus
circunstancias personales son invención mía, y todo lo que la relaciona con la
protagonista Virginia Blake. También los motivos esgrimidos para que a Ana le
interesase, en el momento temporal en que se sitúa el relato, dar a conocer la
ubicación del cuerpo.
El resto de personajes, Virginia,
Cárdenas y Pujales, son completamente inventados.
El Instituto Federico García Lorca. Como tal no existe, que yo
sepa, ninguna organización con ese nombre, pero sí la Fundación Federico García
Lorca, a la que cambié el nombre para el relato y doté de un funcionamiento un
tanto oscuro.
Las reticencias de la familia a encontrar la fosa. Este tema aún
hoy en día genera mucha polémica. Desde siempre la familia García Lorca se ha
opuesto a la búsqueda de los restos del poeta. Se han lanzado por parte de
algunos investigadores varias hipótesis, alguna de las cuales han servido para
dar cuerpo a éste relato. En primer lugar la posibilidad de que Lorca ya no
esté enterrado allí, bien porque los restos hayan sido trasladados por las
autoridades franquistas para que nadie los encontrase, o por la propia familia
García Lorca con el consentimiento de éstas últimas. Por otro lado la prolongación de los derechos
de autor de su obra también ha sido esgrimida. Motivos todos que no pasan de
ser meras especulaciones, aunque en el relato se dan por ciertas las dos
últimas.
Los derechos de autor. He
encontrado dos fechas posibles para la inscripción en el Registro Civil de la
muerte de García Lorca, 21 de abril de 1940 o bien según Miguel Caballero en el
año 1941. Ésta última era la que más convenía al relato por lo que la he tomado
como cierta. La hipótesis de la caducidad de los derechos de autor es perfectamente
plausible y ha sido esgrimida por algunos autores como posible causa de las
reticencias de la familia a encontrar el cuerpo. Laura Garcia Lorca anunció el
2 de mayo de 2016 en una entrevista en el diario El País que no litigarían por la prolongación de los derechos, con
lo que a principios de este 2017 finalmente las obras han pasado a dominio
público.
En el relato se hace también
referencia a los derechos de autor de Ana Frank y al hecho de que la Fundación
que lleva su nombre haya declarado como coautor al padre de Ana. Esto también
es verídico.
El rescate de Lorca por la familia.
El periodista Fernando Guijarro Arcas lo documenta en un
artículo publicado en 2007, donde se asegura que la familia García Lorca llegó
a pagar un rescate para salvar la vida de Federico, que no obtuvo sin embargo
los frutos esperados. A raíz de ello se han vertido numerosas especulaciones
que daban por cierto que el cuerpo de Lorca había sido desenterrado de su lugar
original en compensación por el rescate pagado. Todo esto lo he incluido como
cierto en el relato, aunque no hay absoluta confirmación hasta donde yo sé
sobre la veracidad de los hechos.
El lugar definitivo de reposo de los restos de Lorca. Dentro de la
rumorología en torno a la muerte de Lorca se ha especulado con dos lugares para la ubicación en la que actualmente pudieran reposar los restos del poeta.
Por un lado la Huerta de san Vicente,
lugar de residencia de los García Lorca en aquel entonces a las afueras de
Granada, hoy en día convertido en parque y museo temático. Y por otro lado la
casa de veraneo de la familia en la localidad malagueña de Nerja. Llegué a
plantearme la posibilidad de escoger la primera ubicación, pero su carácter
actual de edificio público lo hacía menos creíble, además de presentar varios
problemas para el desarrollo de la acción, por lo que me decanté por la
segunda.
La leyenda del tiempo. Es el poema de Lorca con el que se cierra el
relato, publicado en 1933, del que también se mencionan algunas estrofas en la
primera conversación entre Ana y Virginia. En el capítulo dedicado a Lorca de
la serie El Ministerio del Tiempo se recitan unos versos del poema, dejo aquí
el enlace de la entrañable escena:
http://www.rtve.es/alacarta/videos/el-ministerio-del-tiempo/despedida-julian-lorca/3089097/
Documentación:
Eduardo Molina Fajardo, Los últimos días de García Lorca
Ian Gibson, Vida,
pasión y muerte de Federico García Lorca
Miguel Caballero,
Las trece últimas horas en la vida de García Lorca
Muchas gracias por este post aclaratorio también muy bueno como toda la serie de García Lorca que me ha gustado mucho. Has conseguido atrapar y dosificar perfectamente la acción en las distintas entregas que has hecho.
ResponderEliminarTe felicito también por la labor de documentación tan rigurosa que te ha permitido enriquecer hacer un relato ya bueno.
A mi personalmente no hay nada que me moleste más en una lectura que una documentación con errores, si es ficción es ficción pero si sitúas en un lugar, época o personaje que menos que documentarte bien, creo que ya te comenté que dejé de leer a un escritor de los renombrados de bestsellers porque su documentación para las novelas era terrible y una auténtica vergüenza.
Un abrazo
bueno la documentación cuando hablo sobre hechos o lugares reales es algo que siempre trato de tener muy en cuenta, por respeto hacia el lector y porque no me sentiría cómodo con un trabajo mal hecho. No obstante seguro que algún error siempre se cuela. Gracias por tu comentario y fidelidad a la serie Conxita. Un abrazo.
EliminarMe lo guardo Jorge.
ResponderEliminarTambién te doy la enhorabuena por el riguroso trabajo que has hecho documentandote en diversas fuentes.
Pues muchas gracias Isabel. Tampoco lo guardes demasiado ;)
EliminarPues resulta encomiable esta labor. No sé si a ti te pasa, pero cuando yo leo una novela de ficción histórica, valoro mucho, es algo que me gusta, encontrarme, al final del libro, esas notas del autor donde, aparte de hacer los correspondientes agradecimientos, habla de muchos detalles sobre la gestación de la novela, la recopilación de documentación y curiosidades sobre otros aspectos. Creo que es algo de agradecer porque, por un lado, pone de relevancia todo ese trabajo que, indudablemente existe detrás del resultado (como la parte submarina de un iceberg) y por otro lado, toma en serio al lector, le hace merecedor del conocimiento de toda esa información, y no sólo de la que el autor crea y recrea en su obra, de forma que le hace valorar con mayor criterio. Supongo que, como escritor y aficionado a la historia como yo, me entiendes perfectamente. Por eso aquí, todo este curro que te has tomado la molestia de redactar y compartir con nosotros, a mí, personalmente, me parece un detallazo del que, además, hemos aprendido. A no ser que hayas investigado particularmente sobre el tema, por el motivo que sea, lo normal es que tan sólo conozcas o recuerdes los detalles más relevantes o generales de un episodio histórico y, la verdad, resulta muy interesante leer todo tu trabajo y, además, cómo lo has relacionado con lo inventado. Me llama particularmente la atención la elección de la propiedad de Nerja como lugar definitivo para el reposo de sus restos pues, cuando leí tu relato no pensé que hubiese podido ser una ubicación realmente tenida en cuenta en las investigaciones.
ResponderEliminarBueno, no quiero enrollarme, en definitiva, ha sido interesante, instructivo y muy ameno. Un apéndice que le da a tu, ya magnífico trabajo, un importante valor añadido. Te felicito, Jorge.
Un fuerte abrazo
Viniendo de tí Isidoro que me consta que te documentas mucho para lo que escribes, es todo un halago. Lo de la casa de Nerja ya ves, forma parte de la rumorología en cuanto al lugar de reposo definitivo de los restos de Lorca, no son más que rumores pero cuando se trata de novela tenemos la ventaja de poderlos convertir en hechos reales. No obstante esta entrada pretende entre otras cosas no confundir a los lectores respecto a lo que es real, inventado o leyenda. Agradecerte de nuevo tu fidelidad a la serie y los comentarios con los que has acompañado cada uno de los capítulos. Un abrazo.
EliminarHola Jorge, muy agradecido por las aclaraciones, referencias, enlaces, explicaciones, y el resumen que te has tomado el trabajo de elaborar y poner a disposición de los que leímos tu "Buscando a Lorca" o a los que lo quieran leer. Eres muy generoso por hacernos fácil la tarea de entender y conocer acerca de la historia real de los hechos en los que te has basado para realizar tu serie. Como siempre es un placer venir a tu sitio.
ResponderEliminarUn gran abrazo.
Ariel
Fue una petición de parte de los que habéis seguido la serie, a partir de una idea que ya tenía en mente, y creo que es bueno hacerlo pues ayuda al lector a separar realidad de ficción. gracias a ti Ariel por haber seguido la serie tan fielmente. Un abrazo.
EliminarExcelente documentación, Jorge. No pude leer todavía tus textos, porque cuando te conocí estaban muy avanzados y no dispongo de tanto tiempo. Pero es una lectura que me queda pendiente.
ResponderEliminarMuchos saludos y gracias.
Pues si te decides a leerlo será un placer contarte como lectora Mirella. Un abrazo.
EliminarMe encanta esta anexo a tu relato sobre Lorca. Ojalá todos los escritores de novela histórica hicieran lo mismo.
ResponderEliminarCreo que el peligro que tiene leer novela histórica es que algunos (entre los que yo me cuento) no sabemos muy bien discernir qué es inventado y qué es real. Aclaraciones como la que tú nos traes aquí son muy útiles.
Gracias.
Esa era la intención de esta entrada, diferenciar entre lo real y lo imaginario. Gracias por haber seguido la serie y por tus comentarios Paloma. Un abrazo.
EliminarUn artículo de lo más interesante, Jorge. Gracias a él demuestras la profundidad del trabajo que has realizado para llevar a cabo tan interesante proyecto.
ResponderEliminarUn saludo, amigo.
Gracias Bruno por tu fidelidad a la serie, en ella he tratado de ser lo más riguroso posible. Un saludo.
EliminarComo investigadora te felicito por la rigurosidad llevada a cabo, bien es cierto que el autor siempre se puede tomar licencias en la elaboración de su relato de ficción –como bien indicas cada vez que lo has hecho así–, pero no lo es menos que el lector agradece la consistencia de las aseveraciones que se hagan durante una trama basada en hechos reales. Incluso los legos en la materia detectan una pifia, lo digo por mi experiencia en la docencia, puesto que hasta el alumno menos aventajado es capaz de cogerte en un renuncio si te despistas, así que reitero mi enhorabuena por el esfuerzo que has llevado a cabo para elaborar esta lograda serie.
ResponderEliminarLa de Cooper todavía está tomando forma, pero todo parecer augurar que no me decepcionará en absoluto, al contrario, espero poder seguir disfrutando con su lectura. Gracias y un abrazo literario.
¡Y más bicos! ;)
Me siento escrutado por tu experta mirada jaja Si escribo una historia de militares, oh casualidad que la chica es hija de militar! si hago una serie detectivesca... ¡resulta que Eva es investigadora! creo que la próxima la ambientaré en la luna ;)
Eliminarjaja fuera bromas, como ya te dije es un placer contar con tu ojo experto y tus visitas. menudo atracón de Lorca que te has pegado todo seguido. Reiterar las gracias por tu tiempo y dedicación Eva. Bicos!
Bueno, creo que tendré que aclarar que me considero investigadora en el sentido filológico del término, esto es, no soy detective ni nada por el estilo, sino que he tenido ocasión de realizar trabajos de investigación durante el tercer ciclo de la universidad (tesinas y otros proyectos de investigación), aunque en definitiva no deja de ser algo semejante a lo que has llevado a cabo, Jorge, por eso te felicito, recurrir a las fuentes de la manera más exhaustiva posible para no dejar sin peinar algo que nos pueda traicionar a la hora de pergeñar nuestras conclusiones. Salvando las distancias, la labor que hace un escritor para elaborar una historia, sobre todo una basada en hechos reales como la tuya, es semejante a la del investigador literario... o sea, que hay muchos tipos de investigador, ¡no vayamos a pensar que soy una Sherlock yo ahora! Jajaja
EliminarY por el tiempo nada, un placer leerte, además de que suelo terminar las lecturas que empiezo, principalmente aquellas que más me interesan, como es el caso. ¡Bicos, paisano!