martes, 13 de febrero de 2024

Una mano cándida

Estruendo, polvo, miedo. Las piernas me tiemblan y no alcanzo a llenar de aire los pulmones. Corro, tropiezo con los escombros esparcidos por lo que un día fueron calles. A lo lejos oigo una explosión. Nunca se está preparado para morir. Añoro tomarme un arak1 frío con los amigos en la vieja taberna. Alguien camina cerca. Disparo. No acierto a ver al enemigo y disparo de nuevo. Un animal, más asustado que yo, escapa de las ruinas.

—¡Control de misión, aquí Bravo Seis! Toda mi unidad abatida. Dirigiéndome a Papa Zulu2 para recogida. Cambio.

Estática de nuevo. Se me hiela la sangre. Estoy desorientado. Calma, me digo. Si hay alguna posibilidad de salir de aquí será templando el ánimo. Trepo sobre unos ladrillos para otear el horizonte. Me topo de bruces con un terrorista sorprendido. Soy más rápido y sus sesos estallan como los fuegos artificiales del Yom Ha'atzmaut3. Uno menos. Si he de morir, venderé cara mi vida. Escupo sobre su cuerpo. ¡Maldito shtink4! Se apaga el día.

No puedo arriesgarme a perder el rumbo entre este mar de escombros. A unos cien metros hay un edificio todavía en pie. Será un buen refugio hasta que llegue la mañana. Una hilera de cadáveres riega con su sangre el suelo. Hay hombres mutilados, mujeres con las vísceras al descubierto, niños. Beheymes5, ¡animales! No merecían vivir ni un segundo más sobre esta tierra sagrada. Cincuenta metros.

Camino alerta. ¡A mi derecha! la mira del fusil apunta el rostro de una criatura. El pelo largo y sucio se le enmaraña con los coágulos que le tiñen la frente. Con una mano sujeta un peluche. Apenas cubre su cuerpo lo que queda de un vestido raído. Tendrá unos ocho años, quizá nueve. Será rápido. Mi dedo tiembla sobre el gatillo. Una explosión tras ella me roba la gloria, ocultándola entre una nube. Pero al momento reaparece de la polvareda y corriendo, se abraza a mi pierna. Llora. La sangre que mana de su nariz mancha mi uniforme. Una lluvia de cascotes comienza a caernos encima. No hay tiempo para pensar. La agarro de un brazo y tiro fuerte. Pasamos junto al cuerpo desmembrado de una mujer. ¡Umi!6 se desgañita la niña. Sé el suficiente árabe como para comprender que ahora es huérfana. Me acuerdo también de la mía. Veinte metros. Diez. A salvo.

Nos acomodamos en una estancia a medio derruir. La niña se acurruca contra una pared. Tiembla, no sé si de frío o de miedo. Tal vez ambas cosas. Su piel pegada a los pómulos habla de hambre y penurias. Me mira con unos ojos negros hundidos en tristeza. Le ofrezco agua y comparto la mitad de mi ración con ella. La toma con desconfianza, pero termina devorándola.

—Maryam —dice señalándose, como intentando darme las gracias.

Fuerza una sonrisa débil, semejante a la tenue luz de la vela que ilumina una noche oscura.

—Itzjak —correspondo.

No tarda en caer rendida al sueño. La cubro con mi chaqueta, me pone nervioso verla tiritar. ¡Raza de subhumanos!, murmuro como tantas otras veces, pero en esta ocasión las palabras caen en un extraño vacío. Será una velada larga.

La mañana me sorprende escrutando una columna en la distancia. Tras muchos minutos de observación concluyo que son de los míos. Un hormigueo forjado de esperanza y miedo me recorre el cuerpo. Habré de acercarme con sigilo para que no me descubra ningún enemigo agazapado. Vuelvo a la estancia y recojo mis cosas. La niña se restriega los párpados. Me pregunto cómo será despertar cada día en esta pesadilla. Recuerdo las flores pintadas de rocío en el jardín de mis padres y, abrumado ante lo que se rompe en mi interior, se me mojan los ojos. Salgo afuera. Tal vez esa parte de mí que tanto me inquieta se quede en el edificio. La criatura corre detrás.

—No puedes venir conmigo —señalo en dirección opuesta— ¡te matarán!

Le entrego lo que queda de mi ración y la cantimplora mediada. Ya no las necesito. Sus pupilas ensartadas en tristeza me atraviesan. No sé si entiende lo que digo.

—¡Atrás, vete! —la empujo con brusquedad.

Suena un tiro y un proyectil rebota contra la pared. Un guerrillero, apenas adolescente, intenta recargar un pequeño rifle a poca distancia. Es lo último que hace en su corta vida. Otros dos surgen de la nada, parecen sorprenderse al ver a la niña. Disparo corriendo hacia ellos. Uno cae de un balazo en el estómago. Al otro le ametrallo las piernas y se dobla como una hoja de papel. Me acerco escuchando sus alaridos, saboreo el dulzor de la muerte. Apunto justo al entrecejo. Es de lo último que haré en mi mísera vida.

La bala entra bajo la axila. A buen seguro ha perforado el pulmón. Agonizando desde el suelo la veo, un cuerpo menudo y tembloroso que se acerca. Arrastra el arma del primer caído. Se arrodilla y me toma la mano. Sus ojos negros, profundos y heridos de tristeza, no pueden reprimir dos lágrimas.

—Todo está bien, Maryam —me falta el aire— Yo hubiera hecho lo mismo.

La vida pasa igual que una mala película, oprimiéndome el pecho como una losa. Acaricio el pelo sucio de mi ángel. Levanto la vista al cielo y solo puedo sonreír.

—¡Gracias, oh Yahvé! Gracias porque al fin… he dejado de odiar.

Una mano cándida me guía, feliz, al más allá.

 

1. Arak: bebida alcohólica anisada, destilada e incolora, producida en el Levante mediterráneo.

2. Papa Zulu: En lenguaje militar, zona de recogida.

3. Yom Ha'atzmaut: Día de la independencia de Israel.

4. Shtink: En Yiddish, mal oliente, de manera muy despectiva. Persona desagradable y vil.

5. Beheyme: En Yiddish, animal.

6. Umi: en Árabe, coloquialmente mamá.

    A Maryam Qadouha, y tantas niñas y niños inocentes que están siendo asesinados impunemente en estas fechas.

    El Tintero de Oro homenajea este mes a Italo Calvino y su obra El Vizconde Demediado, y nos reta a escribir, en no más de 900 palabras, un relato en el que el personaje protagonista queda dividido en dos mitades: la “buena” y la “mala”Esta división puede ser física (como en la novela) o psicológica.

Pincha aquí para acceder a la convocatoria y a la lista de relatos participantes.

Pincha aqui para acceder a la gala de premios.





62 comentarios:

  1. Impresionante, Jorge. Me has dejado de piedra. Muchas felicidades.
    Un abrazo.

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    1. Hola Chema, entonces te has quedado como el puente medieval de tu ciudad jaja. Un abrazo.

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  2. ¡Ay, Jorge! Un relato que encoge el alma. Magnífica la forma de dibujar la escena, el horror de la guerra y la contradicción de sentimientos que invade al protagonista. Cuánta ternura también, pese a la dureza de la historia, en la candidez de esa mano que finalmente lo guía hacia un mundo sin odio. Me ha gustado muchísimo.

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    1. Hola Marta. Quisiera pensar que esa contradicción de la que hablas es más común de lo que parece en ese escenario, pero hace tiempo que he perdido la fe. Me alegra que te haya gustado. Muchas gracias.

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  3. Este relato es impactante y desgarrador. Captura de manera intensa el horror y la humanidad perdida en medio del conflicto. La conexión entre los personajes muestra la complejidad de la guerra y sus efectos devastadores. Una historia que deja una profunda reflexión sobre el odio y la compasión en tiempos de violencia.

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    1. Hola Lucy. Es difícil capturar el horror de la guerra solo con palabras, pero es cierto que lo he intentado hasta donde lo permite un simple relato. Me alegra que la historia te haya movido a la reflexión, ese es ciertamente uno de los objetivos. Un abrazo.

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  4. Un relato impactante por lo realista y actual! Deja sin aliento! Un abrazote y mucha suerte en el concurso!

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    1. Hola Marifelita. Ojalá llegue el día en que estos temas no estén de actualidad. Mientras tanto solo nos quedará la denuncia. Un abrazo.

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  5. Un relato doloroso e impactante de una realidad más dolorosa aún. Suerte. Un abrazo

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    1. Hola Nuria. En verdad es una realidad triste y dolorosa. Un abrazo.

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  6. Hola Jorge impresionante leerte me ha hecho hacerme muchas preguntas y a la la vez comprender muchas cosas. Enhorabuena por el relato. Un abrazo.

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    1. Hola Ainhoa, preguntas que al menos para mi no tienen respuestas. Un abrazo.

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  7. Ufff, Jorge! Un relato estremecedor que es tan visual que parece estar allí. Un trabajo muy bien logrado, genial.
    Un abrazo

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    1. Hola Mirna. He intentado dibujar el horror de la escena lo mejor que he podido. Me alegra que te gustase. Un abrazo.

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  8. ¡Qué maravilla, Jorge!, he terminado de leer ¡por fin! todos los aportes, aunque me falta alguno por comentar, y este tuyo es una joya, no solo por los sentimientos que despierta en nosotros, sino por la dualidad, la dureza del soldado, la frialdad, una máquina de exterminar... y... no hace falta que siga.
    Tienes mi admiración y mi puntuación máxima porque este magnífico relato lo merece sobradamente, (sin menospreciar los estupendos trabajos de los compañeros), por bien escrito, por su punto justo de humanidad e infrahumanidad, y por tu buen hacer.
    Te felicito de corazón, es un gustazo leer historias como estas. Gracias.

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    1. Hola Isabel. Vaya, creo que es la primera vez que me dan el siete por adelantado, te lo agradezco de corazón, como dices hay muy buenas aportaciones, será una competición reñida. Muchas gracias.

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  9. Yo colgaría esta historia como una bandera en la franja de Gaza. Estoy segura que ablandaría corazones y los gobiernos tendrían que rendirse ante los que ponen el cuerpo y el alma en estas guerras. Un aplauso dolorido, pero es bueno que alguien que es capaz de escribir así nos haga llorar. Un abrazo conmovido

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    1. Hola Juana. Lo malo es que los corazones que habría que ablandar son los de quienes dan las órdenes y esos, tanto en el Mediterráneo como al otro lado del Atlántico, no creo siquiera que tengan corazón. De vez en cuando es bueno que cosas así nos hagan llorar, creo que cada vez nuestras sociedades van perdiendo más esa capacidad. Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo.

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  10. Pues sí, Jorge. Cuántos inocentes muertos hay a los que la Historia recordará con la cobarde formula de "daños colaterales". La guerra nunca es limpia ni justa, y casi nunca los responsables son juzgado por tribunal humano alguno.
    Vslga tu relato para jomenajear a los inocentes de uno y otro lado, asesinados por el odio de unos pocos poderosos.
    Un abrazo enorme.

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    1. Hola Bruno. Cierto, la guerra es el juego de los poderosos en el que la gente común somos solo peones en el tablero de la geopolítica mundial. Un abrazo.

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  11. Hola Jorge.
    Un relato terrible, doloroso y de rabiosa actualidad que nos lleva de la mano de la odiosa guerra a la masacre de Gaza, a Ucrania, a la República Democrática del Congo, a Sudán, a tantos campos de batalla donde niñas y niños inocentes son asesinados impunemente. La relación entre ambos protagonistas, con los sentimientos contradictorios que luchan entre el odio y la ternura, es el perfecto colofón para acabar este reto del Tintero. ¡Te felicito, necesitamos seguir hablando del horror para no olvidar que sigue vigente, tan cerca como esa mano que guía hacia el más allá, hacia el fin del odio! Un abrazo
    Marlen

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    1. Hola Marlen. Por desgracia en el "civilizado" siglo XXI las guerras son cada vez el pan nuestro de cada día, impulsadas por auténticos psicópatas que nos gobiernan. En efecto la denuncia es lo que nos queda, y entristece comprobar con impotencia que sirve de muy poco. Un abrazo.

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  12. ¡Hola, Jorge! Se dice que la Guerra saca lo peor del ser humano, que cualquier persona que en la vida corriente pudiera etiquetarse de afable, se convierte en un demonio cuando el horror, la sangre, el miedo y la locura lo rodea. Tu relato, duro como no podía ser de otra forma, nos muestra esperanza, nos muestra que hasta cuando se han rebasado todos los límites siempre hay un momento en el que nos damos cuenta de que esto no va de los míos y los otros. Que el sufrimiento y el dolor es lo que nos une, tanto a los "buenos" como a los "malos". Un abrazo!

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    1. Hola David. En efecto, esto no va de bandos, pero cuando hasta en nuestras sociedades pacíficas vivimos enfrentados, ¿qué podemos esperar de aquellas que viven sumidas en la guerra? Creo que la división es más entre los poderosos y los humildes, y estos últimos somos muchos más pero no contamos en la esfera de la geopolítica. Un abrazo.

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  13. Un relato tan bello como crudo. Y lo que es más difícil todavía… narrado en primera persona, con multitud de escenas vívidas y de acción. El ritmo conseguido es perfecto, la intensidad de las escenas: de película. El personaje de la niña es un bellísimo contrapunto, representa esa parte buena que tiene el hombre, muy adentro….También, me parece que hay un intercambio de papeles. La bondad representada por la niña pasa a realizar lo mismo que él hace contra sus enemigos (aunque sin odio), y el malo despiadado siente piedad por la niña cuando la salva, lo cual será su perdición, y salvación... Por eso, los dos personajes no son del todo extremos; son como yin y yan. Bueno es mi lectura. Tiene mucha miga...; se podría sacar más y más... Y gran belleza dentro de la crudeza, debido a ese final tan impresionante... Enhorabuena, compañero! :)
    Un fuerte abrazo :)

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    1. Hola Maite. Cuando planteé el relato quería precisamente buscar esa sensación de intensidad y velocidad desde el principio, un poco a lo salvar al soldado Ryan al comienzo de la película. Y quería darle crudeza a las escenas, como corresponde a un escenario bélico. Lo de la primera persona me lo pensé mucho, es un arma de doble filo: por un lado te acerca a las sensaciones del protagonista, que en este caso son muy extremas, pero por otro hay que tener cuidado con no elevar en exceso el lenguaje pues no es un narrador onminiscente el que cuenta sino el propio personaje, aunque es cierto que dado que esto es literatura se puede uno permitir ciertas licencias. Al final opté por la primera persona, espero que haya quedado correcto. Los personajes no los planteé como absolutamente buenos o malos, tienen una tendencia hacia uno u otro lado según el caso, pero ambos tienen sus luces y sombras; en el caso de la niña es evidentemente una personalidad sin madurar, pero acostumbrada a la sinrazón de la guerra desde muy pequeña y capaz de cosas que en otras circunstancias un niño no haría. Nada en la vida es blanco o negro, tampoco en la guerra. Muy acertada tu atenta lectura del relato. Muchas gracias. Un abrazo!

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  14. Hola, Jorge. Me has dejado impactado. Tu relato tiene una fuerza impresionante y un ritmo trepidante, y desarrolla un tema que está de actualidad (por desgracia siempre lo está, porque siempre hay una guerra en alguna parte). Se lee con el corazón en un puño de principio a fin. Enhorabuena, es un relato excelente. Suerte y un abrazo.

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    1. Hola Enrique. Las frases cortas y con verbos de acción buscan precisamente esa sensación. Me alegro mucho que te haya gustado. Muchas gracias por tu comentario, un abrazo!

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  15. Brillante relato, Jorge.
    Me ha impactado y encantado a partes iguales.
    Esa máquina de matar que, ante una niña indefensa, aunque sea del bando enemigo, es capaz de experimentar empatía y protección. Qué distintas serían todas las malditas guerras si hubiese más soldados como tu protagonista.
    Muchas suerte en el concurso.
    Un fuerte abrazo.

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    1. Hola Estrella. Ese instinto de proteger al débil creo que es algo que todos llevamos dentro, aunque a veces muy escondido. gracias por comentar. Un abrazo.

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  16. Muchas gracias, Jorge, por participar con este relato en el homenaje a Italo Calvino y el El vizconde demediado. ¡Suerte!

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  17. Hola Jorge, el horror de la guerra en un excelente relato, muy visual, estremecedor.
    Muy bueno, un abrazo.
    PATRICIA F.

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    1. Hola Patricia. Me alegro que te gustase, muchas gracias. Un abrazo.

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  18. Muy bueno, Jorge. Si muchos llevamos en nuestro interior dos mitades que a veces se contraponen, como cuando debemos elegir entre dos opciones y dudamos si seguir lo que nos dicta nuestra razón o nuestra sinrazón, has descrito esa misma disyuntiva en la que un soldado de buen corazón se encuentra al enfrentarse con un enemigo para el que está entrenado para matar. La niña simboliza la bondad y la justicia y has hecho que esta útima prevalezca en el protagonista dividido en dos, si no en cuerpo, sí en alma.
    Un abrazo.

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    1. Hola Josep. Hasta los mas malvados a veces sacan su lado bueno, y los buenos a veces no lo son tanto. Un abrazo.

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  19. Maravilloso cómo escribes... Un relato de lo mejor que he leído en tiempo. Difícil es alcanzar equilibrio entre mente y corazón, más difícil aún cuando la supervivencia está en juego. Una prueba de vida que has resuelto con notable justicia. Te felicito.
    Saludos.

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    1. Hola Clarisa. Muchas gracias por tus generosos halagos, hacemos lo que podemos. Abrazos.

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  20. Espeluznante. Me lo he tragada sin bajar a ver las traducciones del yidish por no i terrumpir el ritmo. magníficamente narrador en primera persona del presente ( imprescindible si el protagonista muere) pero que tú lo has usado también para dar mayor intensidad, junto con las frases cortas.
    La dualidad creo yo que esta más reflejada en la niña, que no tiene filtros, au que su maldad sea más cono la del escorpión con la rana , en la fabula.
    La dualidad en esta situación de esta guerra en concreto está en sí eres bueno o malo o las dos cosas, dependiendo de a wué lado del muro te toca nacer.
    Abrazoo y suerte

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    1. Hola Gabiliante. Me pensé mucho lo de la primera persona, como le comentaba a Maite, pero creo que fue acertado pues efectivamente proporciona mayor viveza a las emociones del protagonista. Nadie es del todo bueno o mal, aunque es cierto que hay quien es mas malo que bueno y al revés, simplificando un tanto las cosas. Un abrazo.

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  21. Hola... Magnifica narración de un hecho que no ha dejado de se actual en siglos. Excelente relato. Saludos

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  22. Hola, Jorge. Una crónica de guerra en primera y última persona, muy bien mimetizada en el contexto bélico. Por supuesto, eso es obvio, con tu personal e impoluta narrativa que le da a la historia el ritmo justo hasta, literalmente, el último suspiro.
    En las guerras los buenos y los malos es algo muy subjetivo, salvo que los psicópatas y sádicos se encuentran a sus anchas y con argumentos para sus atrocidades.

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    1. Hola Vanjav, estoy de acuerdo, la bondad o maldad de las personas siempre tiene matices, en la vida real y en las guerras. Otra cosa son las causas, que suelen tener a mi modo de ver un componente de bondad o maldad más objetivo. un abrazo.

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  23. Hola Jorge, una historia de guerra crudísima como tantas que por desgracia hay en estos momentos. Lo cuentas con tanta intensidad que sobrecoge al lector y te hace partícipe de lo que ocurre .
    Un abrazo
    Puri

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    1. Hola Puri. Me alegra haber conseguido meterte en la historia. Un abrazo.

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  24. Hola, Jorge. Felicidades por ese oro tan merecido. Un abrazo enorme.

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    1. Gracias Bruno, felicidades a ti igualmente por el Bronce. Un abrazo!

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  25. Enhorabuena, Jorge. Un Tintero de Oro para un relato de oro. Una auténtica clase magistral sobre cómo escribir una historia. Un abrazo.

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    1. Gracias Enrique, felicidades a ti también por la plata. Un abrazo!

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  26. Primero de todo, Jorge, felicitarte por ese Tinterazo tan merecido. Segundo, y no por ello menos importante, felicitarte por este relatazo que me ha tenido en vilo y con los pelos de punta. Me ha encantado el uso de frases cortas, cortantes mejor dicho, la crudeza del asunto, y cómo haber encajado el reto en algo tan dispar. Nunca entenderé que un grupo de personas vayan matarse contra unos desconocidos porque los supuestos líderes no sepan hacer su trabajo diplomático, pero yo soy raro.
    Enhorabuena por el relato, me has dejado de un pieza.
    Un abrazo!

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    1. Gracias Pepe. Quería dar velocidad al relato desde el principio, además de reflejar los pensamientos del soldado en medio de la vorágine de la guerra, de ahí las frases cortas. Yo creo que la intención de los líderes es llevarnos directamente al matadero, o eso o son estúpidos de solemnidad. Un abrazo!

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  27. He llegado por pura casualidad a tu blog y veo que además de un relato estupendo, te han dado el primer premio de un concurso.. así que ¡¡enhorabuena por partida doble!!. Tiene un ritmo frenético, engancha absolutamente, aunque si te soy sincera me he perdido un poco al final, no sé si el soldado ( tú ) muere a manos de los guerrilleros o de esa bala que revota y mencionas o esa bala atraviesa a la niña. La última conversación entiendo que es entre la niña y el soldado.. ¿ la niña le dice? ¿ yo hubiera hecho lo mismo? …perdóname, pero si por algo me gustan los blogs a diferencia de los libros es que te puedes dar el lujazo de interactuar con el autor.. el final me ha dejado llena de dudas por eso me he atrevido a preguntarte, sea como sea ha sido un verdadero placer leerte!! Mil gracias! ... está claro que el soldado es israelí ; )

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    1. Gracias María, y bienvenida. Te cuento, la niña solo dice una frase en todo el relato, su nombre, el resto son del soldado. Maryam es una niña de solo ocho o nueve años, con la inocencia de su edad pero que siendo tan pequeña ha visto morir y matar desde que nació, y más en las últimas semanas, incluso ha visto morir a quienes sustentan su mundo, sus propios padres. Y que está apunto de ver morir a otro de los suyos. Maryam tiene que tomar una decisión que sobrepasa lo que un niño a esa edad debería decidir. Pero Maryam toma la decisión que cree ha de tomar, la misma que hubiera tomado Itzak, tal como él mismo le confiesa. Y hasta ahí puedo leer, el resto ya lo pones tú. Espero haberte servido de ayuda. Saludos!

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  28. Si es que te lo dije, estaba segura y eso que aún no había leído todos los relatos que merecía un tinterazo de oro. Me alegro mucho, Jorge. ¡ENHORABUENA!

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    1. Gracias Isabel. Me trae buena suerte que hagas de pitonisa jaja. Un abrazo!

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  29. Felicidades, Jorge, por ese tan merecido tintero de oro. Los votantes han teñido de dorado a esa mano cándida. ¡Qué relato tan impresionante nos regalaste! De los que te ponen los pelos de punta, pero que agradeces leer por su cruda temática tan pegada a la realidad y su maravillosa narrativa. Y el final… imposible olvidarlo. Cuando la sociedad carga responsabilidades tan brutales sobre la inocencia de un niña, en qué monstruo se ha convertido.
    Un abrazo, Jorge.

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    1. Hola Pilar. Es un tema duro y triste, cada día vemos que el horror que parecía imposible de superar va cada vez a más. Realmente la niña tira de instinto de supervivencia, estando en clara inferioridad. Lo que no tiene perdón es que quienes tienen el poder de cambiar las cosas promuevan esta masacre tan atroz. Muchas gracias por comentar. Un abrazo.

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  30. ¡Enhorabuena por tu Tintero de oro! Me alegro mucho de que una vez más sea reconocido tu gran talento.
    ¡Un abrazo y a seguir escribiendo!

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    1. Muchas gracias Maite. Los compañeros del Tintero sois muy generosos conmigo. Lo importante es que las letras que compartimos nos sirvan a todos para mejorar. Un abrazo!

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  31. Lo bueno de llegar tarde es que ya han comentado casi todo, y además ya no necesitas los puntos que te hubiera dado, aunque eso importa mucho menos.
    Un gran, gran relato en primeras personas. Sí, uso el plural porque, aunque el discurso es uno, has sabido desdoblar magistralmente el conflicto interior del protagonista en sus dos partes: la evidente, intensa, frenética, la del soldado, la de la acción, la de actuar pero no pensar, o para no hacerlo, o solo porque es lo que se le supone, y la interior, la oculta, la que molesta como una china en el zapato de esa conciencia embriagado de adrenalina. La primera ocupa todo el relato, la segunda un par de frases, una de ellas magistral, la que vale por cien capitulos: "yo hubiera hecho lo mismo". Joder, esa frase es Todo. Es la comprensión, es el honor, es la humanidad, es el supremo perdón y es, a la vez, la redención.

    Tu relato tiene el problema de la lámpara: la luz destella tanto que impide apreciarla en su verdadero valor. Me explico: la causa, esa guerra injusta -como todas las guerras- toca tanto la fibra que tal vez oculta la extraordinaria calidad del texto. Incluso La Frase queda un poco en sombra pero, en segunda lectura, vamos, te confieso que he estado pergeñando ese climax desde el principio, para saborearlo intensamente.

    Obvio el resto de detalles, ya los han comentado por aquí arriba y, desde luego, te doy mi enhorabuena por ese merecido premio (ahora que no nos ve nadie, no he leído los demás).

    Tengo muy poco tiempo para esto, sinceramente me sentía obligado a corresponderle de alguna manera, pero lo que he encontrado (que no me sorprende nada viniendo de ti) ha hecho que merezca mucho la pena: una magnífica perla, esa frase, cultivada en un fantástico relato.

    Un gran abrazo.

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  32. Hola Isra. Gracias por comentar, sin obligación ninguna de que lo hagas por supuesto. Si nos leemos debe ser por gusto, y no por obligación. Te agradezco como siempre tus extensos y detallados comentarios. Efectivamente el relato se enfoca en, a mi entender, esas dos frases finales, yo hubiera hecho lo mismo y al fin he dejado de odiar. La primera tiene un significado de perdón en primer lugar, de descarga de la culpa sobre la niña, y por otro lado de identificación del soldado con ella, que se ve "obligada" a matar por los suyos. Itzak se ve reconocido en ella, en esa manera de actuar sin pensar y sin vacilar cuando la situación lo requiere, sin mostrar ningún tipo de escrúpulo, y ahí se enfrenta consigo mismo y se da cuenta de su verdadero ser, lo que le lleva a la siguiente frase, un sentimiento que se va fraguando a lo largo del relato y que tiene su culmen en el momento de la muerte: al fin he dejado de odiar.
    Ese era al menos el sentido con el que yo concebí el final, pero como siempre en estos casos, el lector le da su propia interpretación. Muchas gracias por comentar y por dedicar tu tiempo a leer uno de mis relatos. U n abrazo!

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