Llegó hace 35 años, faltaban trece para que yo naciera. Marcó a toda una
generación y terminaría por determinar mi vocación cuando era niña. El
acontecimiento supuso un punto de inflexión en la historia de la raza humana,
la primera prueba irrefutable de inteligencia extraterrestre.
La Señal se recibió en todas las estaciones del planeta capaces de
rastrear ondas electromagnéticas procedentes del espacio. La secuencia inicial
se repitió cíclicamente durante casi un mes, un intento por establecer un marco
de comunicación que pudiera servir de base para el entendimiento entre las dos
partes. No fue difícil descifrarla, las similitudes con nuestros estándares lingüísticos
eran asombrosas. Después llegó la segunda secuencia.