martes, 9 de noviembre de 2021

El cierzo en Zaragoza

    Soplaba el cierzo cuando Iñigo Arizcuren aterrizó aquella tarde en Zaragoza. Al día siguiente, temprano, tenía un acto de presentación de su libro.

—Al hotel Meliá —ordenó al taxista.

Su editor le tramitó el alojamiento, no sospechaba el ahora escritor que el antiguo Corona de Aragón había cambiado de nombre. Cuando llegó se le hizo un nudo en la garganta. El recepcionista le asignó la habitación 510.

Deshizo la maleta. Tantos años después, por un capricho del azar, estaba allí de nuevo. Recordó el incendio, gente atrapada, muerte… solo unos pocos sabían la verdad. Unos pocos entre los que él se encontraba.