Salí temprano y conduje durante toda la mañana. A mediodía llegué a la localidad malagueña de Nerja, un precioso enclave turístico en la costa mediterránea. La señora García Lorca me había citado en un pintoresco restaurante situado a pie de playa, con vistas al mar.
Aparqué en un descampado habilitado para clientes, dirigiéndome luego hacia la entrada. Allí pregunté por mi anfitriona y un empleado vestido de smoking me condujo a una de las terrazas.
En una mesa apartada, junto a una barandilla que se asomaba al arenal, la vi disfrutando del día soleado mientras se fumaba sin prisa un cigarrillo. Llevaba un vestido blanco de una pieza y una amplia pamela le cubría la cabeza. No pude adivinar si me había visto desde detrás de sus gafas de sol hasta que llegué a su altura. Entonces me dedicó una leve sonrisa y señaló hacia una silla invitándome a tomar asiento.
La encontré más envejecida a como la recordaba, como si las últimas semanas hubieran hecho mella en su físico y por ende también en su espíritu. Cuando se quitó las gafas le noté cansancio en la mirada. Reparé en que se estaba tomando un Bloody Mary y acepté su propuesta de pedirme otro. Saboreaba cada sorbo como si jamás fuera a tener una nueva oportunidad de probarlo.
Por un momento sentí la tentación de cerrar los ojos y abandonarme en la quietud del lugar mientras disfrutaba del rumoroso vaivén de las olas y las cálidas caricias del sol en aquel día despejado, dejando de lado el propósito de mi viaje. Sin embargo, todas las incógnitas acumuladas me pesaban demasiado como para no exigir una explicación a la única persona que podía dármela. Y la tenía ante mí en ese instante.
—Las vistas son preciosas y el vodka excelente. Pero si he hecho quinientos kilómetros sólo para esto comprenderá que no haya merecido la pena.
Sonrió, esta vez ampliamente, y dio un par de caladas a su cigarrillo antes de contestar. Los minutos parecían transcurrir más despacio en aquel lugar.
—Padece usted el mal de nuestro tiempo, la prisa. Relájese y disfrute del momento. Le aseguro que por un instante de paz merece la pena recorrer esa distancia y mucha más.
—No se burle de mí. Podría haber disfrutado de este mismo momento de relax en Madrid.
—Si se sienta en la Plaza Mayor mirando hacia el sur, seguro que podría ver el mar —añadió estallando en incontenibles carcajadas.
La broma me cogió desprevenida y por un momento no supe cómo reaccionar. Por suerte ella tomó la palabra antes de que tuviese ocasión de responderle.
—Discúlpeme, creo que es el efecto del alcohol con el estómago vacío. Le aseguro Virginia que lo que lo que va a encontrar hoy aquí no podría encontrarlo en Madrid.
—Tiene usted muchas cosas que explicarme.
—Lo sé. Empecemos pues ¿Qué quiere saber?
—¿A usted que le parece? La familia García Lorca siempre se opuso a la búsqueda del cuerpo de Federico y entonces me entero que usted ha puesto dinero para encontrarlo.
Asintió con un gesto que parecía indicar que la había sorprendido en un renuncio. Sin embargo no perdió la compostura. A esas alturas ya sabía que aquella mujer era un hueso duro de roer.
—¿Sabe que Ana Frank no escribió su famoso Diario?
—¿Cómo dice? —pregunté sorprendida sin adivinar a qué venía aquello.
— Así lo asegura el Fondo Anne Frank de Basilea, que gestiona los derechos del libro.
—Si se ha levantado esta mañana con ánimo de tomarme el pelo, se ha equivocado de persona.
—La noticia es absolutamente cierta. Pero como todo, tiene truco. El Fondo ha declarado como coautor del libro al padre de Anna. Una maniobra inteligente pues los derechos de autor expiraban el uno de Enero de 2016. Con esta treta se aseguran mantenerlos hasta 2050, setenta años después de la muerte de Otto Frank.
—Maldita sea Ana, a veces consigue sacarme de quicio. ¡Yo no estoy buscando a Anna Frank!
—¿No es capaz de ver la correlación?
—Confieso que no es mi momento más lúcido. Recuerde que llevo toda la mañana conduciendo.
Sonrió admitiendo mi argumento, como si fuese una abuela condescendiente con su nieta. Noté que el tono de su voz se relajaba.
—La obra de Lorca está protegida por ochenta años de derechos de autor, que es el plazo que marcaba la ley desde su muerte, hasta que se promulgó la nueva de 1987 en España. El plazo expira siempre el primero de enero del año siguiente al vencimiento.
—Así pues los derechos de autor caducan precisamente en Enero del próximo 2017.
—No es del todo exacto. Eso sería si contabilizamos a partir de la fecha del asesinato, en el año 36.
—¿Acaso deberíamos tomar otro punto de partida?
—En realidad el fallecimiento figura inscrito en el Registro Civil por las autoridades franquistas en el 41.
—Es decir, que nos iríamos hasta el 2022.
—Es usted una mujer despierta. Si se encontrase el cuerpo de Lorca, un juez podría ordenar la inscripción correcta en el registro, con lo que se perderían cinco años de derechos de autor sobre las obras. Y no se imagina usted la cantidad de dinero que ello representa.
—Dinero que reciben los herederos. ¿Así que al final no es más que eso, una cuestión de dinero?
—Es una poderosa razón ¿no cree?
—Siempre lo ha sido, debo admitirlo.
—Y sin embargo no es la única.
—¿Más sorpresas? Es usted como una interminable fiesta de cumpleaños —me permití bromear.
—El dinero ha cobrado importancia en los últimos años, según se ha ido acercando la fecha. Pero hubo un tiempo en el que había un motivo aún más poderoso —añadió tras reírme la gracia.
La miré sin poder evitar que la curiosidad me escociera. Deseaba conocer el misterio que encerraba aquella frase.
—Dígame entonces, Ana ¿Por qué otro motivo no querían que se desenterrase el cuerpo?
Sorbió un trago del Bloody Mary que llevaba un instante olvidado sobre la mesa. Se tomó unos segundos para alzar la vista hacia el horizonte. El sol de mediodía reflejaba una estela dorada sobre el mar azul. Entonces se volvió y clavó sus ojos en los míos. Pude adivinar toda una larga serie de vivencias alojadas tras la profundidad de su iris, una vida que, como terminaría por averiguar, en ocasiones la quemaba por dentro.
—¡Porque Lorca hace mucho que ya no está enterrado allí!
Capítulo siguiente:
http://brumasdegallaecia.blogspot.com.es/2017/01/buscando-lorca-capitulo-xii-algunas.html
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NOTA para lectores suspicaces y bien informados: Con motivo de la llegada del nuevo año algunos lectores habréis visto publicada en la prensa nacional la noticia de que las obras de Lorca, junto con otros autores fallecidos a comienzos de la Guerra Civil, quedan libres de derechos de autor desde este 1 de Enero. Esto es así debido a que la familia García Lorca ha renunciado a reclamar la extensión de los derechos, tal y como anunció la portavoz familiar Laura García Lorca en la primavera del pasado 2016. De haber querido litigar en los juzgados probablemente tendrían bastantes posibilidades de éxito pues la fecha oficial de la muerte de Lorca según el Registro Civil sigue figurando varios años después de la supuesta fecha real de su muerte.
ResponderEliminarDado que los hechos narrados en esta obra son anteriores a 2017, y teniendo en cuenta además que, aunque basada en hechos reales, este relato es ficción y en esa realidad ficticia la familia Lorca no ha renunciado a esa posibilidad, no he considerado conveniente retocar el texto original a pesar de la avalancha de noticias aparecidas en prensa durante éstos días.
Buena aclaración.
EliminarLeído a vuela ojos... cuando lea el capítulo con calma vuelvo y te digo Jorge.
Hasta pronto.
uy esos vuela ojos, que miedo me dan! ;)
Eliminarno era pá tanto ¿ves? :)
EliminarMe encanta cómo está elaborada la trama, Jorge. Se nota que hay mucho trabajo detrás para no dejar ningún cabo suelto, hasta las argucias por prolongar los derechos de autor, como las del Fondo Anne Frank de Basilea.
ResponderEliminarMe encanta cómo se va desvelando la historia a través de esos diálogos tan inteligentes. A pesar de darnos en ellos información importante para entender lo que está pasando, no pierden naturalidad y frescura. Yo que le tengo tanto miedo a los diálogos, sé valorar el trabajo bien hecho. Y desde luego, Virginia es un personaje que cobra vida en cada escena.
Hasta el próximo capítulo, Jorge y Virginia. Un abrazo
La verdad Ana es que el no dejar cabos sueltos tanto en la documentación como en el hilo argumental de la trama es una de mis obsesiones, trabajo mucho en ello y no sé si siempre con buen resultado.
EliminarUn relato como este ha de tener necesariamente muchos diálogos, de lo contrario parecería un documental narrado. Además el cambio entre narrativa y diálogos creo que hace más amena la lectura. No son lo más agradable de escribir como tú dices, pero si son importantes.
Un abrazo Ana.
Qué decir Jorge, que sigue manteniendo la tensión. Desconocía lo de los derechos del diario de Ana Frank y también los de la obra de Lorca, así que todo eso que también he aprendido-
ResponderEliminarSaludos
El tema de los derechos de autor lo encontré mientras me documentaba para el relato, y me pareció interesante incorporarlo pues aporta un elemento más a la trama. Me alegra que sigas apreciando la tensión. Un saludo Conxita.
EliminarEmpiezo por el final, porque es absolutamente inesperado, te felicito (buen giro de tuerca Jorge) Ana tiene un sentido del humor cáustico, mordaz e irónico, y el mal humor de Virginia queda patente por su culpa. Muy conseguida la conversación entre las dos mujeres, sin acotaciones además, no son necesarias porque solo hay dos contertulios, omo dice Ana, son diálogos inteligentes, y añado coherentes y ágiles.
ResponderEliminarQuizás obviaría la palabra “pintoresco” para el restaurante de la playa, ya que si el empleado o camarero lleva esmoquin, debe ser un lugar de cierta categoría, al menos la acepción de pintoresco, que da la RAE como extravagante o chocante, además Ana va bien vestida, a no ser que la pamela sea de paja.
Muy bien metida (de manera natural) la información sobre la protección de derechos de autor, y el paralelismo que hace con los diarios de Ana Frank.
Además del repito, sorprendente final, lo que a mi parecer está más conseguido es el tono de las dos mujeres, siempre dominando la situación Ana, la desventaja en la que se encuentra Virginia por la falta de información, y la impaciencia de esta última que incluso se permite un más que justificado ¡Maldita sea…!
Enhorabuena compañero porque estás consiguiendo una serie consistente que tiene ritmo, tensión creciente y originalidad en la trama
Nos vemos en el 12 Jorge.
Efectivamente A la pobre Virginia la trae de cabeza esta señora. Me pensaré lo de pintoresco a ver como lo encajo. Lo de los derechos de autor de Ana Frank lo metí como dato curioso y para introducir la propia cuestión de los derechos de autor de Lorca, parece que ha funcionado bien. Respecto al sorprendente giro final, siempre tuve dudas de si realmente era sorprendente, supongo que lo será para algunos lectores y para otros no tanto. Gracias por comentar Isabel. Un abrazo.
EliminarEs verdad, Jorge, un gran porcentaje de la prosa de este capítulo se lo lleva la conversación entre las dos mujeres. Y es un diálogo ágil y claro, que se lee sin obstáculos. Es de elogiar todo el tiempo y trabajo que supongo te habrá llevado recopilar la información pertinente. Y digo esto porque un lector como yo, que ignora la mayor parte de los acontecimientos reales, lee esta historia de gran suspenso, concentrado solo en los vaivenes de la trama, sin calibrar esa tarea previa que has realizado, precisamente porque en tu prosa están todos los datos necesarios para la comprensión. Un gran abrazo, excelente labor. Espero la siguiente entrega.
ResponderEliminarAriel
Este es un ralto donde los diálogos cobran mucho peso, a éstas alturas no puede negarse. Respecto a la documentación, es algo que procuro cuidar en todos mis relatos. Un abrazo Ariel y gracias por comentar.
EliminarSigo atrapado en tus redes, Jorge, y el esfuerzo que haces por documentarte (ese dato de Anna Frank no tiene desperdicio) no hace más que añadir valor a tus textos.
ResponderEliminarUn abrazo, compañero. Espero el nuevo capítulo donde se desvelará esa otra poderosa razón de la señora García Lorca.
O quizás se revelen nuevos misterios Bruno. Ya veremos. Un abrazo.
EliminarInteresante la información sobre los derechos de autor de la que no tenía ni idea y que puede ser, a mi modo de ver, una importante herramienta.
ResponderEliminarClaro, que saber que el cuerpo de Lorca ya se sabe que no está donde se supone que debería estar...
¡Qué intriga!
Puede dar mucho juego, es cierto. Veremos donde está Lorca. Un abrazo.
EliminarEspero Jorge que tu breve ausencia se deba a unas vacaciones y no a la gripe que está asolando Galicia...y que llega hasta la Canarias, pues no veas el trancazo que tengo, va a caja de clinex por día.
ResponderEliminarNo nos dejes mucho tiempo sin saber que ocurre con el cuerpo del poeta ¿vale?
De todo un poco Isabel... a veces hay mas ganas y otras menos. Nos leemos.
EliminarEl trabajo escrupuloso en el estudio de datos, la mención a hechos relacionados, como lo de Ana Frank e incluso el detalle de aclararnos las últimas noticias sobre los derechos de autoría, le dan un cuerpo y coherencia a tu relato a nivel profesional, amigo Jorge. Me dejas alucinado. Cuando yo me enfrento a la creación de un relato de ficción histórica, siempre le doy muchas vueltas al entronque ficción/realidad, por eso te entiendo perfectamente. A fin de cuentas, la interpretación histórica es una de las prebendas del historiador, pero siempre desde el máximo respeto a las fuentes. Yo, incluso trato de seguir esa misma norma tanto hacia el pasado como hacia el futuro, je, je. Por eso admiro (ya te lo he dicho otras veces) tu dedicación a este asunto. Pero si además, todo este cuerpo tiene un ramaje donde la calidad literaria es alta, donde la intriga y el misterio están tan magníficamente dosificados, donde diálogos y descripciones tienen su peso específico, pues no me que más que decir: Buen trabajo, Jorge.
ResponderEliminarEn cuanto a tu preocupación sobre el seguimiento que el lector pueda hacer del misterio, aunque a priori pudiese suponerse que el tema patrimonial es uno de los asuntos de fondo, tal como tú lo presentas, tiene una gran consistencia y para nada te esperas tal planteamiento. Además, tenemos otro hilo que parece llevarnos por derroteros muy diferentes y, aunque ya sabemos algo de por qué no querían desenterrar a Lorca, supongo que ese hilo también nos llevará al porqué del cambio.
Aparte de todo esto, me parece interesante mencionar la profundidad que quieres dar a los personajes (sobre todo a las dos mujeres), lejos de ser simples marionetas de una acción de misterio. Un ejemplo lo tenemos en lo que sugieres en el último párrafo. Me gustan los personajes y me gusta que tengan cuerpo por debajo de la trama. Es lo que le da el alma a la obra. Te felicito, Jorge, muy bien llevado. No decae el interés, sino que se acrecienta. Nos vemos. Un fuerte abrazo
nada que tú no sepas Isidoro sobre la coherencia de los datos históricos, que me consta que tú también cuidas en tus escritos.
EliminarComo dices he procurado crear más de un hilo argumental, que se irán desvelando en próximos capítulos.
Gracias por tu fidelidad Isidoro. Un abrazo.
Está claro que el dinero es un elemento que mueve más intereses de los que una persona pueda llegar a controlar o asimilar, aunque claro, no siempre es lo único tras el telón de la obra, sino que suele ir conjuntamente con otros factores. Por otra parte no pasa desapercibido el hecho de que has debido ponerte al día en tema de derechos de autor, al menos en lo referente a la trama que nos compartes aquí, y eso me gusta, porque sé lo compleja y farragosa que es a veces esta materia.
ResponderEliminarY por cierto, sí que es bonito Nerja, es innegable que eliges localizaciones acertadamente jeje. ¡Un abrazo!
Siempre trato de documentarme para todos mis relatos, algunos exigen más esfuerzo que otros. Nunca he estado en Nerja, elegí la localización porque por motivos que se explican más adelante es necesario para las historia. Gracias por tu lectura José Carlos. Un abrazo.
EliminarMe parece perfecto que no hayas modificado tu relato a tenor de los hechos reales, dado que la libertad del autor al crear un texto de ficción es precisamente para eso, para tomársela a voluntad, y en este caso casa bien con la estratagema que sigue la familia de Lorca según la trama de tu serie. Dicho lo cual, me escapo al siguiente, porque quiero saber si se podrá sacar más en limpio de esta visita a Nerja o nos tendremos que contentar con una conversación que levanta más interrogantes. Suma y sigue, Jorge, allá voy. Bicos :)
ResponderEliminarPues si a ti te parece bien Eva, no se hable más. A partir de ahora ocurrirán ambas cosas, se abren más interrogantes y se resuelven otros. Bicos.
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