martes, 8 de octubre de 2024

El dulce influjo de la luna

        La frontera entre la belleza y la deformidad, entre la vida y la muerte, es tan solo una línea que culebrea sobre las formas sinuosas de la colina. Mateo se empapa del paisaje con la mirada de un niño de doce años. A un lado, centenares de cadáveres de eucalipto se sostienen a duras penas sobre la tierra quemada, gimiendo cuando el viento comba sus grotescos troncos calcinados. Del otro, el bosquecillo húmedo de hayas, robles y castaños rezuma lozanía y autoridad; aún resuena en la espesura el ¡alto! que la hojarasca impuso a las llamas que asolaron los montes dos días atrás. Todavía se huele el hollín envenenando el aire. Y no deja de sorprenderle que, a pesar de su cruel ferocidad, el fuego se haya acobardado ante el señorial porte de esos leños centenarios.

domingo, 22 de septiembre de 2024

Irrealidad

       Hace varios días que no me doy una vuelta por el cementerio. He decidido hacerlo esta mañana. Los tonos azulados del Facebook me saludan.

Apenas la savia nueva riega ya la red social. Solo quedamos algunos incombustibles, apurando nuestros últimos años en esta realidad finita. Tengo un mensaje privado de él.

Voy a su muro y veo que ha publicado las fotos de nuestro último viaje a Santorini. Todo muy normal, si no fuera porque… ¡hace dos años que Eduardo ha fallecido!

Todavía noto el corazón martilleándome las sienes cuando logro poner algo de cordura en mis pensamientos. Alguien ha hackeado su perfil, ¡tiene que ser eso! Más aliviada y fantaseando con la denuncia que pondré en comisaría, me dispongo a leer el chat.

domingo, 16 de junio de 2024

El accidente Kovalev

     Era apenas un rumor alumbrado en el secretismo de la Guerra Fría. Un misterio que jamás hubiera salido oficialmente de los polvorientos archivos a los que fue confinado, de no ser por los terribles sucesos que acontecieron hace ahora un año. Después de aquello, nadie pudo ya negar la verídica existencia del Accidente Kovalev.

Corrían los lustros previos al derrumbe de la Unión Soviética. El gigante rojo agonizaba, mientras de cara al exterior trataba de mostrar una salud inmejorable. Fue en ese contexto que vio la luz el proyecto Bialystok, un ambicioso programa que pretendía colocar una nave en el espacio mediante una técnica revolucionaria. La idea era tan simple de concebir como difícil de realizar.

martes, 7 de mayo de 2024

La segunda oportunidad

El Tintero de Oro nos propone, para el reto de este mes, escribir un microrrelato de no más de 250 palabras que gire en torno al concepto del tiempo y sus múltiples vertientes.

Tratándose de algo tan complejo no podía ver la luz más que un relato de iguales características. Así que ha salido esto, cuya síntesis está clara en la mente del autor, pero que debido a la falta de espacio y lo rebuscado de la idea, no acierto a averiguar si producirá la misma diáfana impresión en quienes lo lean. Ahí va.

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    Al viajero le duele el cuerpo del largo, aunque breve, camino. Ha destruido el vehículo que lo llevó hasta allí. A lo lejos vislumbra una casa.

jueves, 21 de marzo de 2024

La voz de Aurora

        Me hablaba. Juro que me hablaba. Ahora, embebido de la amnesia con que el tamiz del tiempo lo criba todo, semeja tan solo la fantasía de un muchacho soñador. Pero prometo que me decía las palabras más hermosas que pudiera pronunciar ser viviente. Lo juro aunque quien me escuche, me tome por loco.

Aurora era el primer lucero de la mañana, la savia que alimentaba el día. Las raíces que sostenían mi mundo. Al alba corría a su lado para saludarla antes de comenzar la jornada. Con la caída de la tarde me sentaba a su vera y la leía poemas, le susurraba canciones engranadas al mecer de las hojas y de vez en cuando, le decía piropos. Y ella se ruborizaba, y reía como el agua bajando por la torrentera. Y me hablaba, lo juro. Lo hacía a pesar de no ser yo más que un pobre rapaz huérfano que vivía de pastorear algunas reses, allá en una aldea remota de la sierra de Ancares, donde el tiempo se entretiene en deshojar margaritas. Un aldeano que leía poesía e inventaba cuentos, mas aldeano al fin y al cabo. Un don nadie enamorado de una diosa.

martes, 12 de marzo de 2024

El cielo se puede esperar

    Ahí vienen otros dos, menuda pareja de incautos. Siempre es igual, llega el fin de semana y al caer la tarde se cuelan saltando la tapia en ruinas. Después corren bajo la sombra alargada de los doce cipreses y buscan el rincón que más les gusta. Y así la imberbe noche se va llenado de caricias, arrumacos y gemidos. No es que me importe, es más, en otros tiempos yo lo hice también alguna vez. Y reconozco que tenía su morbo. Claro que entonces no sabía lo que ahora.

He avisado a los colegas. Nos vamos a divertir de lo lindo. Los dejaremos hacer y cuando estén en el momento álgido, protagonizaremos una aparición estelar de las nuestras. Saldremos de entre las moradas del fondo, las de mármol rosa. Vendrán hasta los héroes de Cuba y también los duques de Medina y Luengo, que esto no se lo pierde nadie.

martes, 13 de febrero de 2024

Una mano cándida

Estruendo, polvo, miedo. Las piernas me tiemblan y no alcanzo a llenar de aire los pulmones. Corro, tropiezo con los escombros esparcidos por lo que un día fueron calles. A lo lejos oigo una explosión. Nunca se está preparado para morir. Añoro tomarme un arak1 frío con los amigos en la vieja taberna. Alguien camina cerca. Disparo. No acierto a ver al enemigo y disparo de nuevo. Un animal, más asustado que yo, escapa de las ruinas.

—¡Control de misión, aquí Bravo Seis! Toda mi unidad abatida. Dirigiéndome a Papa Zulu2 para recogida. Cambio.

Estática de nuevo. Se me hiela la sangre. Estoy desorientado. Calma, me digo. Si hay alguna posibilidad de salir de aquí será templando el ánimo. Trepo sobre unos ladrillos para otear el horizonte. Me topo de bruces con un terrorista sorprendido. Soy más rápido y sus sesos estallan como los fuegos artificiales del Yom Ha'atzmaut3. Uno menos. Si he de morir, venderé cara mi vida. Escupo sobre su cuerpo. ¡Maldito shtink4! Se apaga el día.

viernes, 5 de enero de 2024

Inalcanzable

    Era como perseguir la propia sombra, impedir al agua escurrirse entre los dedos, vaciar la arena del desierto. Así era ella, inalcanzable.

Decían que era hija del embajador. Todas las mañanas aquella silueta contorneada en arabescos aparecía en clase. Su melena pelirroja abrasaba el aire, lanzando un vahído que encendía mis mejillas. Siempre llevaba algo a juego: un abrigo encarnado, las medias escarlata aflorando bajo su falda, un jersey granate que le encorsetaba el busto o una camiseta de Mickey Mouse. Y yo solo imaginaba, pobre de mí, si Ninette había decidido vestir a juego también aquello que no podía verse.

Se le dibujaban constelaciones en las orillas de la  boca las pocas veces que conseguía hablarle. En realidad, Ninette siempre sonreía. Así transcurrió el curso, enganchado al olor traicionero de su perfume. Y tras el verano, Ninette no volvió.

martes, 14 de noviembre de 2023

Cuéntame un secreto

    Este mes de Noviembre El Tintero de Oro nos propone un reto original y diferente, escribir un relato sin narrador: 

En este caso, las historias siguen un hilo argumental, pero carecen de un vehículo que transporte las ideas en un espacio temporal lógico. Aquí no hay voz del narrador. Esta carencia se suple aportando textos independientes que tienen entre sí una relación clara. La particularidad de estos textos es que no son relatos ni historias de por sí, sino piezas sueltas que no poseen un sentido claro por sí mismas: recortes de noticias, programas radiofónicos, cartas, expedientes médicos… De esta manera, el lector se convierte en una especie de investigador que, mediante los documentos que va encontrando, va conformando la historia global.


Aquí va mi aportación, un sencillo homenaje a...

jueves, 26 de octubre de 2023

El misterio del soldado desconocido

    Presenté este relato a concurso al X CERTAME DE RELATOS VIGO HISTÓRICO, en el que se debía escribir un relato de no más de mil palabras en el que la ciudad de Vigo tuviese un papel protagonista. Como era de esperar, el cuento no obtuvo galardón alguno.


El misterio del soldado desconocido.

Nada hay más preciado que la libertad y, ¿qué puede otorgar mayor libertad que la propia muerte? Así reflexionaba una tarde de noviembre en el cementerio de Pereiró. Demetrio Macías había tenido la ocurrencia de morirse y el periódico me envió a cubrir el entierro del que fuera benefactor de la ciudad. Al finalizar el sepelio, decidí dar un paseo por el camposanto.

lunes, 11 de septiembre de 2023

Fortuna y gloria

     He perdido la cuenta de los libros que llevo publicados. En la academia de ciencias soy una eminencia, pero en realidad el escribir terminó al fin por aburrirme. Ahora, en el ocaso de mi carrera, con lo que de verdad sueño es…

Debo concentrarme, en las entrañas de esta cueva plagada de trampas y pasadizos, un error puede ser fatal. Desempolvo el frontal del nicho y tiro fuerte de la anilla; apenas creo lo que ven mis ojos: Un Tintero de Oro con la leyenda pídeme un deseo y lo verás por escrito.

Bueno, por escrito, lo que es por escrito… pero ¡qué diablos! No tengo nada que perder.

jueves, 29 de junio de 2023

Sol naciente

 Pensilvania, Estados Unidos. Julio de 1945.

El Dodge Deluxe negro circulaba por la carretera entre los prados verdes de la campiña. En el asiento trasero, un hombre delgado se revolvía nervioso. Al acercarse a una curva pronunciada, se dirigió al chófer.

—Es ahí, Sam.

Tras doblar el recodo, rebasaron a otro Deluxe idéntico estacionado en el arcén y tomaron una desviación hacia la derecha. El segundo coche se incorporó a la calzada y circuló despacio, hasta que el conductor vio aparecer en el retrovisor al Chrysler Airflow que discretamente seguía al primero. Con una media sonrisa, el piloto aceleró la marcha, dispuesto a dar un largo paseo por las carreteras del condado.

jueves, 4 de mayo de 2023

Lázarus (Versión para Zenda #HistoriasdeEuropa)

    Subo una segunda versión de mi relato Lázarus, que concursó en el Tintero de Oro. En este caso se trata de la versión presentada al concurso #HistoriasdeEuropa de Zenda libros. He aumentado el relato de las 900 palabras palabras iniciales hasta las 1000, y modificado algunos aspectos de la trama. Como era de esperar, el relato no quedó seleccionado entre los 10 primeros por lo que no opta ya al premio final.

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Marsella, año del Señor de 1172

Mordía el frío de la mañana cuando tres hombres tocados con una cruz pátea desembarcaron en la ciudad. Beltrán de Trémelay, caballero templario en misión papal comisionada, se hacía acompañar por el tuerto Hugo de Quadrells junto a Robert Dorset, un gigante que semejaba capaz de tumbar un oso. Caminaron apresurados hacia las sobrias murallas de la abadía de Saint-Víctor. Conducidos a un salón debatieron largo tiempo con el abad sobre el asunto que les concernía; los documentos hallados en el priorato de Saint-Maximin y remitidos a Sénanque podían, de ser auténticos, poner en jaque los cimientos de la cristiandad.

miércoles, 12 de abril de 2023

Lázarus

Marsella, Octubre de 1172

Mordía el frío de la mañana cuando tres hombres tocados con una cruz bermellona desembarcaron en la ciudad. Beltrán de Trémelay, caballero templario en misión papal comisionada, se hacía acompañar por el tuerto Hugo de Quadrells junto a Robert Dorset, un gigante que semejaba capaz de tumbar un oso. Caminaron hasta la abadía de Saint-Víctor; conducidos a un salón debatieron largo tiempo con el abad sobre el asunto que les concernía. Los documentos hallados en el priorato de Saint-Maximin y remitidos a Sénanque podían, de ser auténticos, poner en jaque los cimientos de la cristiandad.

Al alba partieron con sus monturas hacia el corazón de la Provenza. Una niebla incómoda los acompañó durante el trayecto, haciéndoles perder más de una vez el rumbo. Entrada ya la tarde arribaron a Notre-Dame de Sénanque, próspera abadía rodeada de campos de labranza. El prior Monceau, hombre de estatura escasa y ancha cintura, se deshizo en alabanzas ante su presencia. Siete días dedicó Trémelay al estudio del manuscrito. Al octavo, consintió en exponer sus conclusiones.