lunes, 3 de febrero de 2025

Hoy, igual que ayer

    En la cocina se oye el batir de los cubiertos contra un plato. La niña, casi adolescente, devora con avidez un guiso que le parece el manjar más delicioso que pudiera probarse. Su rostro enjuto está tiznado de suciedad, al igual que sus ropas andrajosas. Alrededor de ella, una mujer de mediana edad se afana nerviosa entre improvisados preparativos. Sentada frente a la niña, con la piel arañada por los años, otra mujer ya anciana la contempla mientras de entre las comisuras de los labios se le escapa una sonrisa de satisfacción; la huella del deber consumado aporta serenidad a su semblante. La adolescente levanta la vista de vez en cuando mirándola, todavía, con desconfianza.