Han pasado más de veinte primaveras. Hace treinta días expiró mi padre y tuve que enterrarlo en el cementerio de la pequeña aldea perdida en el interior de la remota sierra de Ancares donde me crié. Ahora, Virginia me ha hecho regresar. Quien fue mi primer amor, fallecida en la flor de su juventud en un desafortunado accidente. Cayó por un pozo sin señalizar; dicen que su muerte fue lenta y agónica. Un nuevo sepelio.
Demasiadas
caras conocidas en la decrépita iglesia. Se me ha hecho noche ahogando en vino
las penas con los amigos en la cantina. Enfilo el camino hacia la solitaria casa
donde todavía vive mi anciana madre, un sendero lúgubre que serpentea entre los
prados adentrándose en el bosque.
En la oscuridad
de las tinieblas escucho acercarse voces recitando una letanía. Una multitud
enfundada en hábitos blancos se aparece ante mí al doblar un recodo, ¡la Santa
Compaña! El terror me paraliza. Al frente, un alma desgraciada sostiene la
cruz; he visto ese rostro antes… me asaltan los recuerdos, mi hermano, mi
padre, mi amada Virginia, ¡he visto antes ese rostro, estoy seguro!...Tú, que me
estás leyendo en este instante, tú, ¡ERES TÚ!
El Tintero de Oro convoca
este reto en el que hemos de escribir un microrrelato de no más de 250 palabras
basado en algún mito o personaje mitológico. He adaptado este antiguo micro,
donde el mito escogido es la Santa Compaña, leyenda gallega en la que
una procesión de almas en pena se aparece en los solitarios caminos a aquellos
que están próximos a morir. Otras versiones dicen que quien porta la cruz al
frente de la procesión es un vivo, y que sólo se librará de su condena
entregando la cruz a otro vivo que se tope con la tenebrosa comitiva.
¡Ay, qué miedo da esa imagen de la Santa Compaña! Me ha encantado el micro, Jorge. Tiene un aire decimonónico, al estilo de las leyendas de Bécquer que me gusta muchísimo. La sorpresa final, también estupenda.
ResponderEliminarHola Marta. Me alegra que te haya gustado y sorprendido a partes iguales. Un abrazo.
EliminarOye, que yo no soy, no me fastidies. Será otro que se me parece. Tengo una cara poco original y muchos que confunden con otras personas, pero yo... Que no, que no. Algo habría notado. Ni hablar. Los disgustos nublan la vista y hacen ver lo que no es.
ResponderEliminarMuy buen relato. Felicidades, pero yo no soy.
Un abrazo.
Hola Chema. Pues lo siento pero... justo estaba pensando en ti cuando escribí el relato, asi que... nos vemos en el otro mundo. Gracias por hacer un hueco entre tanta procesión nocturna para pasarte por aquí. Un abrazo.
EliminarHola Jorge, un micro MUY bien escrito, super bien ambientado, que pone la piel de gallina. El final, de lo mejor, haciéndonos partícipes del horror.¡ Quién sabe qué pase tras la muerte! Enhorabuena, me gustó mucho.
ResponderEliminarHola Ana. Es difícil dar ambientación en tan pocas líneas, pero se intenta. Me alegra que te gustara. Un abrazo.
EliminarReconozco la leyenda.
ResponderEliminarAsí que he tomado la precaución de vivir lejos.
Pensé que en ese grupo fantasmal estaría Virginia, la novia del narrador.
Bien contado.
Hola Demiurgo. No pasa nada por venir aqui, siempre que uno no ande de noche por caminos solitarios. Un abrazo.
EliminarHola Jorge pues si que da miedo la Santa compaña muy bien llevada. Un saludo y cuidado.
ResponderEliminarHola Ainhoa. Siempre se tiene cuidado. Un abrazo.
EliminarMuy bueno. Y ya sabéis, si dais con la Compaña echaos al suelo, no miréis, y no cojáis ni la vela ni la cruz. Que pasen de largo.
ResponderEliminarHola Guille. Sobre todo no tocar nada, que puede uno quedarse enganchado. Un abrazo.
EliminarLa verdad es que este mito tan reconocido en tierras gallegas sigue dando un poquito de yuyu.
ResponderEliminarespero que ese final que le has dado no se refiera a todos y cada uno de los que te hemos leído; pues te veo de entierro en entierro durante al menos un año. +
Abrazo.
Hola Francisco. Pues a decir verdad no se que efecto tendrá el final sobre quien lo lee, pero por si acaso ya me voy preparando. Un abrazo.
EliminarMuy buena leyenda, Jorge, un micro que huele a Galicia y sus tradiciones. Muy bien escrito y con un desenlace totalmente sorpresivo, me ha gustado la historia.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Carles. Tenemos muchas y variadas tradiciones por aquí, esperando que que vengais a verlas. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo.
EliminarHola, Jorge:
ResponderEliminarUn gran relato el que nos regalas, compañeros. Leerte es siempre una experiencia estimulante.
Con tu narración en primera persona has logrado que me una desde el principio a esta “Santa Compaña” que tiene la suerte de sentirse acompañada por tu creatividad.
Un abrazo, Jorge.
Hola Nino. La narración en primer persona tiene la virtud de hacer al lector más partícipe de las emociones de quien relata. Me alegra que te gustase. Un abrazo.
EliminarNooo, yo no soy. Mi abuela gallega me enseñó que para burlar a la Santa Compaña había que hacer un círculo en el suelo y ponerse dentro, así que ya he hecho uno y aquí estoy no sea que me caiga el marrón de llevar la cruz. Ah, se siente, ja, ja, ja.
ResponderEliminarEstupenda vuelta de tuerca final con ese mito que aterrorizó más de una de mis noches infantiles cuando pasaba los veranos en Galicia.
Un abrazo.
Hola Paloma. No sabía que eras descendiente de gallegos... pero si hay hasta en la luna pues por qué no iba a ser tu caso. Ahora que te has chivado de lo del círculo ya todos sabrán como escapar, asi que no hay problema. Un abrazo.
EliminarLa verdad, que como ya te ha dicho en comentarios anteriores. un micro muy bien escrito. Genial ambientación que te va atrapando a medida que avanza la redacción en ese ambiente lúgubre, amenazanate, inquetante. Y al final nos metes dentro, frente a ti. ¡Redondo! No conocía esta leyenda.
ResponderEliminarSaludos
Hola Jose. La Santa Compaña es de las leyendas, o mitos, mas conocidos de Galicia. Me alegra que te haya gustado y atrapado por igual. Un abrazo.
Eliminar¡Hola, Jorge! Un magnífico micro de principio a... a... a...
ResponderEliminarBueno, falsa alarma, ja, ja, ja. Me encantó de principio a fin, porque además de la historia o de ese giro final metaliterario logras darle un tono narrativo apropiado, costumbrista o rural diría. Como ese error del sacerdote con las aguas, que nos hace ponernos en el lugar en el que esas tradiciones o leyendas eran tan reales para quienes debían, por ejemplo, regresar a su casa de noche cruzando esos bosques frondosos y oscuros, donde todo es posible. Magnífico aporte con esa mitología gallega tan rica y fascinante. Un abrazo!
ResponderEliminarHola de nuevo, David. Antaño, cuando no había automóviles ni casi carreteras, era muy habitual que la gente se adentrase en la noche por esos caminos lúgubres y solitarios para desplazarse entre tantos pueblos desperdigados, y de ahí parten tantas leyendas de estas tierras. Muchas gracias por comentar. Un abrazo.
EliminarEl cura puede haberse equivocado, pero la novia, el padre y alguno más que no conoces... el prota me parece que es un poco... vaya, que si lo ves venir por tu misma acera, es como para cambiarse de país.
ResponderEliminarMagnífico ese giro del objetivo hacia el lector.
Abrazoo, Jorge
Hola Gabiliante. Un poco gafe si que es, será que estaba predestinado. Un abrazo.
Eliminar¡Ay Dios mío! ¡La Santa Compaña! Mi abuela me contaba historias de la Santa Compaña que me daban tanto miedo que me costaba dormir. Creo que cumple el reto de maravilla, porque si nos ceñimos a la etimología de la la palabra mitología, significa la historia hablada de un pueblo, y el pueblo de la Galicia profunda habla en sus cuentos, fábulas, creencias, religión, meigas... así que tu micro es impresionante en todos los sentidos, Jorge. Te felicito.
ResponderEliminarHola Isabel. Pues no imaginaba yo que la Santa Compaña llegaba hasta Canarias, no me extrañaría que Armstrong se la encontrase en su caminata lunar. Un abrazo.
EliminarMis abuelos paternos eran del Bierzo frontera con Galicia, así que la familia paterna nos contaban de la Santa Compaña. ¡Qué buena acogida y comentarios está teniendo, merecidamente, tu cuento mítico!
EliminarPues toda una sorpresa saber que tienes ascendientes en el norte, que pequeño es el mundo! precioso lugar el Bierzo, lleno también de misterios y tradiciones.
EliminarEstimado Jorge: ¡Felicidades! El micro es excelente y el final impactante Si pretendes asustarme, te informo de que mi abuela era de Santa Marta de Ribarteme, y crecí viendo procesiones de ataúdes con vivos dentro. No me tientes...
ResponderEliminarUn abrazo, paisano.
Hola Carmen. Lo tuyo ya es de nivel máster, no todo el mundo aguantaría esas cosas. Creo que si te encuentran a la Santa Compaña de noche, serían ellos los que saldrían corriendo. Un abrazo.
EliminarMuy bueno el micro que al final involucra al lector y es capaz hasta de asustar y preocupar. La Santa Compaña es un mito muy evocador y de los que dan mucho miedo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Rosa. Asustar espero que un poco, lo de preocupar no era la intención del autor, pero bueno, ya se sabe que cuantas mas sensaciones transmita una historia, mejor tiende a ser. Un abrazo.
EliminarMuy inquietante el relato! Me gusta mucho la inclusión del lector como otro personaje, para darle un efecto especial al final! Un abrazo!
ResponderEliminarHola Marifelita, me alegro que te haya gustado, un abrazo!
EliminarHola, Jorge: Ha sido un disfrute la lectura de este micro. Y lo ha sido por partido doble.
ResponderEliminarUNO - Se toma una leyenda conocida y relatada con un sinfín de variantes, Santa Compaña y con tres pinceladas, magistrales a mi entender, muestras un relato original precisamente por utilizar elementos clásicos : los gemelos, los óleos, el "sendero lúgubre", la muerte de la amada en el pozo, etc.
DOS - Me encanta la propuesta del contexto en el que se desarrolla la acción : Os Ancares., un territorio cambiante en su definición y delimitación, en la "esquina" de tres provincias y apropiado para dar el ambiente mágico necesario.
TRES - Dicho así de forma simplificada en los puntos anteriores, me atrevería a comentar que presentas en un corto recorrido de ficción la distinción que el antropólogo Malinowski establece entre mito, leyenda y cuento de hadas. Las leyendas, dice, se cuentan y se creen como si fueran historia,[…] Sin embargo, no contienen ningún elemento milagroso, ni se consideran siquiera sagradas. Los cuentos de hadas están llenos de acontecimientos milagrosos, pero no tienen relación alguna con el ritual; son un puro entretenimiento y nadie supone que sean ciertos. El mito es la afirmación de una verdad más elevada e importante, de una realidad primigenia a la que todavía se considera modelo y fundamentación de la vida primitiva. La esencia del mito, afirma, es su carácter de testimonio fundacional, de estatuto. El mito es la narración de la ejecución original de algún acto que se sigue repitiendo en el ritual o que legitima alguna pretensión en las relaciones sociales. (1)
CUATRO - En el relato que ofreces, se va más allá de la mera exposición didáctica y de la muestra de lo que es un mito. Hay un manejo de la técnica narrativa para tomar nota y aprender, después de saborear los resultados. Un narrador en primera persona y en tiempo pasado durante la primera mitad del relato lleva al lector a un punto crítico ("el sepelio de la amada") y hace la transición a tiempo presente de forma perfectamente engrasada, para seguir sin brusquedades hasta el pantallazo final donde la voz narrativa en primera persona pasa a segunda persona manteniendo el narrador interno que absorbe e integra al lector en el ritual eterno que significa A Santa Compaña consiguiendo de ese modo que el relato muestre los patrones básicos del nacimiento, la muerte y el renacimiento, cosas que forman parte de la naturaleza humana a la que el mito proporciona una guía cultural para la vida.
(1) He tenido en cuenta el trabajo de la antropóloga Lucy Mair «Introducción a la antropología socia»l
Lucy Mair, Carlos Martín Ramírez (tr.) en Alianza Editorial 12. ed.(01/1968).
En resumen, y disculpándome del "tochazo" que largué, muchas gracias por tu aporte, es un placer la lectura y el aprendizaje con tu trabajo. Un abrazo y salud
Hola Javier. Gracias por tu generoso y extenso comentario. La ubicación del relato en la sierra de Ancares es precisamente porque quería un lugar remoto y apartado para añadir un poco más de misterio y esa sensación de estar lejos de cualquier lugar civilizado. Es interesante eso que comentas de los tiempos verbales, porque hay que tener mucho cuidado con narrar cada acontecimiento con el tiempo verbal que le corresponde, y si no se tiene un poco de cuidado, sobre todo cuando se mezclan hechos pasados, presentes y futuros, no es difícil meter la pata. Es siempre un elemento a revisar una vez se ha dado forma al relato. En tu análisis lo has señalado con acierto y conocimiento.
EliminarAgradecido de nuevo por tu generoso análisis, del que siempre se aprende y que arroja luz sobre aspectos que el autor incluso había pasado por alto. un abrazo.
Magnífico micro, Jorge. Lo he leído varias veces porque intentaba corregir el anonimato antes de responder a tu visita. No lo conseguí. Me parece fuera de serie. Javier lo ha desmenuzado concienzudamente de acuerdo a su sabiduría, yo me quedo con el placer de leer algo tan bien escrito. Un abrazo, Juana Medina
ResponderEliminarHola Juana, muchas gracias por tu generoso comentario, me alegro mucho que te haya gustado. Un abrazo.
EliminarEso sí que es llevar la desgracia a cuestas y todo por una confusión. Muchas veces, un pequeño traspiés acarrea graves e inesperadas consecuencias. Lo malo es que quien originó tanta desgracia salió indemne, je, je.
ResponderEliminarUn micro excelente, Jorge.
Un saludo.
Hola Josep. El pobre chaval estaba marcado desde el momento del nacimiento. Un abrazo.
EliminarVaya susto que me has dado al final!!! Creo que la ambientación sombría e inquietante del relato es perfecta, Jorge, enhorabuena. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Lola. Espero que el susto no haya sido excesivo... o si, que de eso se trataba jeje. Un abrazo.
EliminarPues sí... era yo la que cargaba la cruz, pero te la acabo de pasar.... ja, ja, ahora a ver a quien se la das 😊😊
ResponderEliminarLa santa compaña es fascinante. Y tú le has dado el toque perfecto con tu relato tétrico tan bien narrado. Se te dan de fábula este tipo de historias. Le sacas siempre mucho jugo a las ambientaciones nocturnas de lugares remotos...
Un placer de lectura!
Abrazo (sin la cruz) ;)
Hola Maite. Que capulla, a ver si ahora vamos a jugar a la pita con la cruz, menuda falta de respeto!! jaja. Qué tendrán los caminos oscuros de los bosques que nos atraen con ese misterio y esa fuerza. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo y ... pita!!
EliminarHola, Jorge, admirable forma de narrar. Un relato corto que cuenta desde el nacer hasta poder imaginar la forma de la muerte. Un recorrido por páramos apropiados para imaginar fácilmente las escenas. Conozco los Ancares Leoneses, mientras te leía tuve en mente algún camino junto a tu protagonista.
ResponderEliminarFelicidades, ¡me encantó! Gracias...
Feliz semana.
Hola Mila. Precisa la sierra de Ancares, la verdad. Me alegra que las escenas te hayan resultado visuales. Un abrazo.
EliminarHola Jorge, has creado de un mito macabro, un micro muy bien articulado para que el lector te siga sin pestañear y se tope al final temblando frente a esa cruz. Genial y perfecto para iniciar una novela de terror.
ResponderEliminarUna fascinación leerte, me encanta ese género de terror y tú lo abordas con escenas muy puntuales, sin ambages ni desperdicios, directo al meollo del asunto.
Solo señalarte que el dia de los muertos es el dia 2 de noviembre, el primero es el dia de todos los santos, por si lo quieres arreglar..Un abrazo.
Hola Harolina. Se suele decir que menos es mas, y en literatura es bien cierto. Tienes toda la razón en lo del día, corregido está, gracias por el apunte. Un abrazo.
EliminarJola, Jorge. La Santa Compañía da mucho yuyu y tu relato también, ojo, en el mismo sentido ambos, porque tiene una perfecta hechura para conseguir ese propósito. Felicidades. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Isan, espero haber infundido al menos un poquito de miedo. Un abrazo.
EliminarHola.. excelente y terrorífico relato en el que, te aseguro, no quiero formar parte asi que ya hice mi circulo en el suelo por si acaso.. ja ja... ¡Saludos!
ResponderEliminarHola Octavio. Con el círculo no hay problema, solo esperar a que se marchen y listo.
Eliminar¡Hola Jorge! Me encanta la temática de la Santa Compaña. El micro te mantiene atenta, queriendo saber que es lo próximo que le va a suceder al protagonista. Y el final es magnífico, involucrando al lector en la historia.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola Rocío, la tensión narrativa, aunque sea en un micro, es siempre parte importante de cualquier cuento. Un abrazo.
EliminarCómo no, no podía faltar la Sanga Compaña, y quien mejor para traerla que alguien de su tierra. Porque creo que es un mito gallego, ¿no? Fascinante relato. Empieza como una historia. Ya me pensaba que el conflicto iba a radicar en una maldición del protagonista donde todos sus seres queridos tenían el estigma se morir por haber poseído su amor. Ese inicio es impactante, con la imagen del gemelo presente, como el traume del gemelo fantasma. De niño me contaron una historia de La Santa Compaña que me dejó meses con el runrún, pero tbién es porque soy muy miedoso, je ,je.
ResponderEliminarGenial aporte, con el sello propio de Jorge.
Un fuerte abrazo, compañero!
Hola Pepe. Si, es un mito gallego de los muchos que tenemos por aquí, y es que el tener una población rural tan dispersa da lugar a ese tipo de leyendas alrededor de los caminos, tan frecuentados tiempo atrás. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo.
Eliminar´Hola, Jorge!! Un micro terrorífico. Muy bien narrado, me ha mantenido en tensión desde las primeras palabras hasta esas últimas que dicen: "tú, eres tú" con ellas he entrado de lleno en la escalofriante historia. Muy bueno. Un abrazo!!
ResponderEliminarHola Cristina, me gusta que haya tensión en lo que escribo, y también en lo que leo. gracias por comentar. Un abrazo.
EliminarUn saludo, Jorge y me voy rápido porque me has puesto los pelos de punta. La Santa Campaña, pase, pero ese final que te señala...
ResponderEliminarHola Pilar, no te preocupes, que es solo un cuento... creo. Un abrazo.
EliminarTremendo final, te pone los pelos de punta. Muy buena historia, no la conocía. Gracias por traerla. Un abrazo
ResponderEliminarHola Mirna. Aquí en España es muy conocida, pero supongo que del otro lado del atlántico lo será menos. Un abrazo.
EliminarNuestra Galicia y su santa compaña ,todo un mito sobre todo en las tierras del interior, al que muchos dicen haber visto caminar en las noches de luna esa procesion de almas en pena.
ResponderEliminarNo me gustaria que fuera yo esa que tu dices.....
Un abrazo Jorge
Puri
Hola Puri. Tú como gallega que eres la conocerás bien. No te preocupes, que entre todos los que han comentado hay un sorteo para llevar la cruz, por probabilidades es difícil que te toque, aunque... un abrtazo.
Eliminaren estas zonas y pueblos remotos pasan cosas un tanto insolitas, y corren toda suerte de historias que hasta lo meten a uno de lleno. Recuerdo que en algunas partes ponen espejo en los ataudes asi cuando la gente se asoma a ver al muerto solo ven el reflejo. y asi paso en la procesion, era YO....
ResponderEliminarHola José. No conocía eso del espejo pero bien mirado no es mala idea. Un abrazo.
EliminarHola Jorge.
ResponderEliminarAnte todo, quería aclararte que no soy yo, joé, que no. Será alguna otra que se me parece. Alguno ya me ha confundido con otra persona, pero no. Hubiera notado algo, digo yo.
Muy buena ambientación de la leyenda de la Santa Compaña, con un final que te hace olvidar el miedo y pone una pizca de humor. Muy buen relato.
Un abrazo.
Hola Trujaman, pues yo no estaría tan segura, a lo mejor si que eres tú... me alegro que te haya gustado y divertido. Un abrazo.
EliminarHola, Jorge. El cuento tiene todos los ingredientes de una buena leyenda. Te va llevando de la mano, manteniendo la intriga, hasta ese final tan impactante que nos ha dejado boquiabiertos a todos. Muy bueno.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Pedro, me alegra especialmente que te haya producido intriga, un abrazo.
EliminarHola, Jorge. Yo creo que el personaje de tu historia (tan bien narrada) era un poco gafe o así nació. No me extraña que tenga que mitigar sus penas llenando la panza de vino. Pero claro aunque salga de la cantina bien alumbrado y con doble foco, como manda toda buena borrachera, debería de pasarse por un oculista. Lo digo porque sí era yo al que pensó ver, pero conduciendo un camión y por los pelos que no lo espachurré allí mismo; y eso que tenía las luces puestas y le toqué el claxon insistentemente.
ResponderEliminarSaludos
Hola Vanjav. Me descubro antes tu habilidad para meter un camión por los intransitables caminos de las aldeas gallegas, cada vez más intransitables por el abandono; Si le pasaste por encima, tanto más deprisa se irá a hacer compañía a la Santa Compaña jaja. Gracias por comentar y hacerlo incluso después de cerrada la convocatoria. Un abrazo.
ResponderEliminar