martes, 12 de marzo de 2024

El cielo se puede esperar

    Ahí vienen otros dos, menuda pareja de incautos. Siempre es igual, llega el fin de semana y al caer la tarde se cuelan saltando la tapia en ruinas. Después corren bajo la sombra alargada de los doce cipreses y buscan el rincón que más les gusta. Y así la imberbe noche se va llenado de caricias, arrumacos y gemidos. No es que me importe, es más, en otros tiempos yo lo hice también alguna vez. Y reconozco que tenía su morbo. Claro que entonces no sabía lo que ahora.

He avisado a los colegas. Nos vamos a divertir de lo lindo. Los dejaremos hacer y cuando estén en el momento álgido, protagonizaremos una aparición estelar de las nuestras. Saldremos de entre las moradas del fondo, las de mármol rosa. Vendrán hasta los héroes de Cuba y también los duques de Medina y Luengo, que esto no se lo pierde nadie.

martes, 13 de febrero de 2024

Una mano cándida

Estruendo, polvo, miedo. Las piernas me tiemblan y no alcanzo a llenar de aire los pulmones. Corro, tropiezo con los escombros esparcidos por lo que un día fueron calles. A lo lejos oigo una explosión. Nunca se está preparado para morir. Añoro tomarme un arak1 frío con los amigos en la vieja taberna. Alguien camina en la penumbra. Disparo. No acierto a ver al enemigo y disparo de nuevo. Un animal, más asustado que yo, escapa de las ruinas.

—¡Control de misión, aquí Bravo Seis! Toda mi unidad abatida. Dirigiéndome a Papa Zulu2 para recogida. Cambio.

Estática de nuevo. Se me hiela la sangre. Estoy desorientado. Calma, me digo. Si hay alguna posibilidad de salir de aquí será templando el ánimo. Trepo sobre unos ladrillos para otear el horizonte. Me topo de bruces con un terrorista sorprendido. Soy más rápido y sus sesos estallan como los fuegos artificiales del Yom Ha'atzmaut3. Uno menos. Si he de morir, venderé cara mi vida. Escupo sobre su cuerpo. ¡Maldito shtink4! Cae la noche.

viernes, 5 de enero de 2024

Inalcanzable

    Era como perseguir la propia sombra, impedir al agua escurrirse entre los dedos, vaciar la arena del desierto. Así era ella, inalcanzable.

Decían que era hija del embajador. Todas las mañanas aquella silueta contorneada en arabescos aparecía en clase. Su melena pelirroja abrasaba el aire, lanzando un vahído que encendía mis mejillas. Siempre llevaba algo a juego: un abrigo encarnado, las medias escarlata aflorando bajo su falda, un jersey granate que le encorsetaba el busto o una camiseta de Mickey Mouse. Y yo solo imaginaba, pobre de mí, si Ninette había decidido vestir a juego también aquello que no podía verse.

Se le dibujaban constelaciones en las orillas de la  boca las pocas veces que conseguía hablarle. En realidad, Ninette siempre sonreía. Así transcurrió el curso, enganchado al olor traicionero de su perfume. Y tras el verano, Ninette no volvió.

martes, 14 de noviembre de 2023

Cuéntame un secreto

    Este mes de Noviembre El Tintero de Oro nos propone un reto original y diferente, escribir un relato sin narrador: 

En este caso, las historias siguen un hilo argumental, pero carecen de un vehículo que transporte las ideas en un espacio temporal lógico. Aquí no hay voz del narrador. Esta carencia se suple aportando textos independientes que tienen entre sí una relación clara. La particularidad de estos textos es que no son relatos ni historias de por sí, sino piezas sueltas que no poseen un sentido claro por sí mismas: recortes de noticias, programas radiofónicos, cartas, expedientes médicos… De esta manera, el lector se convierte en una especie de investigador que, mediante los documentos que va encontrando, va conformando la historia global.


Aquí va mi aportación, un sencillo homenaje a...

jueves, 26 de octubre de 2023

El misterio del soldado desconocido

    Presenté este relato a concurso al X CERTAME DE RELATOS VIGO HISTÓRICO, en el que se debía escribir un relato de no más de mil palabras en el que la ciudad de Vigo tuviese un papel protagonista. Como era de esperar, el cuento no obtuvo galardón alguno.


El misterio del soldado desconocido.

Nada hay más preciado que la libertad y, ¿qué puede otorgar mayor libertad que la propia muerte? Así reflexionaba una tarde de noviembre en el cementerio de Pereiró. Demetrio Macías había tenido la ocurrencia de morirse y el periódico me envió a cubrir el entierro del que fuera benefactor de la ciudad. Al finalizar el sepelio, decidí dar un paseo por el camposanto.

viernes, 13 de octubre de 2023

El último gol de Maradona

    Eduarda corre sobre el empedrado irregular de la ciudad vieja.

—¡Eh tú, Maradona!

A poca distancia, tan cerca que casi puede tocarla estirando el brazo, un policía jadea tras sus pasos. La chica posa la mirada, junto con sus esperanzas, en la esquina donde confluyen las calles Real y Alta. Sabe que si llega hasta allí, estará salvada. Casi cae al suelo al girar, nota como la pendiente se multiplica y le duelen las piernas. Vuelve la cabeza, el madero ha aguantado hasta mitad de la cuesta y exprime sus pulmones apoyado contra una pared. Contiene el deseo de dedicarle un corte de manga, nunca se sabe cómo será la próxima vez. En esta ocasión, la vitalidad de sus dieciséis años ha ganado la partida.

lunes, 11 de septiembre de 2023

Fortuna y gloria

     He perdido la cuenta de los libros que llevo publicados. En la academia de ciencias soy una eminencia, pero en realidad el escribir terminó al fin por aburrirme. Ahora, en el ocaso de mi carrera, con lo que de verdad sueño es…

Debo concentrarme, en las entrañas de esta cueva plagada de trampas y pasadizos, un error puede ser fatal. Desempolvo el frontal del nicho y tiro fuerte de la anilla; apenas creo lo que ven mis ojos: Un Tintero de Oro con la leyenda pídeme un deseo y lo verás por escrito.

Bueno, por escrito, lo que es por escrito… pero ¡qué diablos! No tengo nada que perder.

jueves, 29 de junio de 2023

Sol naciente

 Pensilvania, Estados Unidos. Julio de 1945.

El Dodge Deluxe negro circulaba por la carretera entre los prados verdes de la campiña. En el asiento trasero, un hombre delgado se revolvía nervioso. Al acercarse a una curva pronunciada, se dirigió al chófer.

—Es ahí, Sam.

Tras doblar el recodo, rebasaron a otro Deluxe idéntico estacionado en el arcén y tomaron una desviación hacia la derecha. El segundo coche se incorporó a la calzada y circuló despacio, hasta que el conductor vio aparecer en el retrovisor al Chrysler Airflow que discretamente seguía al primero. Con una media sonrisa, el piloto aceleró la marcha, dispuesto a dar un largo paseo por las carreteras del condado.

jueves, 4 de mayo de 2023

Lázarus (Versión para Zenda #HistoriasdeEuropa)

    Subo una segunda versión de mi relato Lázarus, que concursó en el Tintero de Oro. En este caso se trata de la versión presentada al concurso #HistoriasdeEuropa de Zenda libros. He aumentado el relato de las 900 palabras palabras iniciales hasta las 1000, y modificado algunos aspectos de la trama. Como era de esperar, el relato no quedó seleccionado entre los 10 primeros por lo que no opta ya al premio final.

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Marsella, año del Señor de 1172

Mordía el frío de la mañana cuando tres hombres tocados con una cruz pátea desembarcaron en la ciudad. Beltrán de Trémelay, caballero templario en misión papal comisionada, se hacía acompañar por el tuerto Hugo de Quadrells junto a Robert Dorset, un gigante que semejaba capaz de tumbar un oso. Caminaron apresurados hacia las sobrias murallas de la abadía de Saint-Víctor. Conducidos a un salón debatieron largo tiempo con el abad sobre el asunto que les concernía; los documentos hallados en el priorato de Saint-Maximin y remitidos a Sénanque podían, de ser auténticos, poner en jaque los cimientos de la cristiandad.

miércoles, 12 de abril de 2023

Lázarus

Marsella, Octubre de 1172

Mordía el frío de la mañana cuando tres hombres tocados con una cruz bermellona desembarcaron en la ciudad. Beltrán de Trémelay, caballero templario en misión papal comisionada, se hacía acompañar por el tuerto Hugo de Quadrells junto a Robert Dorset, un gigante que semejaba capaz de tumbar un oso. Caminaron hasta la abadía de Saint-Víctor; conducidos a un salón debatieron largo tiempo con el abad sobre el asunto que les concernía. Los documentos hallados en el priorato de Saint-Maximin y remitidos a Sénanque podían, de ser auténticos, poner en jaque los cimientos de la cristiandad.

Al alba partieron con sus monturas hacia el corazón de la Provenza. Una niebla incómoda los acompañó durante el trayecto, haciéndoles perder más de una vez el rumbo. Entrada ya la tarde arribaron a Notre-Dame de Sénanque, próspera abadía rodeada de campos de labranza. El prior Monceau, hombre de estatura escasa y ancha cintura, se deshizo en alabanzas ante su presencia. Siete días dedicó Trémelay al estudio del manuscrito. Al octavo, consintió en exponer sus conclusiones.

miércoles, 29 de marzo de 2023

Lúa y las estrellas

    Era duro el viejo, tanto que parecía que iba a durar eternamente. No lo mató la silicosis que a fuerza de años de trabajo en la mina fue socavando sus pulmones. Tampoco la gripe del dieciocho, ni el hambre de la posguerra, ni las palizas que durante dos días recibió en el cuartel de la Guardia Civil. Y sin embargo allí estaba, tan tieso como una vara de mimbre. Al menos la dama de la guadaña tuvo a bien no castigarlo con los mismos padecimientos que soportó en vida, y la muerte le sobrevino a Dositeo Loureiro una noche del 54, en cama mientras dormía. Las mujeres de la aldea acudieron esa mañana para acompañar en su llanto a la viuda y sus hijas. De los hijos varones, solo Ezequiel seguía en casa. Ramón andaba emigrado en Venezuela y Antonio marchara hacía tres meses a trabajar la hacienda del señor Rodrigo, a una jornada de camino.

miércoles, 8 de marzo de 2023

El abrigo rojo

    El tío Berthold está tirado en el suelo. Unos hombres malos se llevaron a la tía Elsa. Nadie se ha fijado en mí. Hay mucho ruido en el edificio, gritos, golpes, petardos. Nunca había hecho el camino de vuelta sola, pero creo que podré llegar, papá y mamá sabrán lo que hacer. Tengo frío cuando salgo a la calle, suerte que llevo puesto mi abrigo rojo y las botas de saltar los charcos. Tiran cosas desde las casas, todo el mundo corre como si tuvieran prisa, parecen asustados, como yo. Suenan fuegos artificiales, un señor cae detrás mía, alguien lo ayudará a levantarse. Camino entre una fila de gente, así no podrán verme porque soy pequeña.  Hago como que son mis amigos de la escuela y cantamos juntos nuestra canción para sentirme más tranquila.