viernes, 14 de marzo de 2025

Todo lo que un día fue

      Jamás todo esto se me hubiera pasado por la cabeza. Ahora, la acción más horrible parece incluso justificada.

Escucho sus gritos desde el cuarto contiguo. Seguramente intuye cuál es su destino, ¡maldita! La cama golpea contra el suelo produciendo un estruendo seco que resuena en todo el sótano. El buen juicio me ha aconsejado esposarle muñecas y tobillos a los hierros del pie y el cabecero.

¡Eva! Musito su nombre como si ello pudiera devolvernos a los tiempos felices.

Un día la quise. Vivía por ella, respiraba sus palabras y me alimentaba de su sonrisa. Esos ojos color cielo eran el sol y las estrellas. Pero ya no podrá haber jamás nada que podamos compartir. ¡Nada! Y a pesar de todo, la amo.

lunes, 10 de febrero de 2025

La perla de Jamaica

Isla La Española, 1659

El capitán Álvaro Mendoza aguardaba en la atardecida a orillas del Ozama. Desangrada por el éxodo hacia el continente y asolada por ataques corsarios, Santo Domingo era una sombra de la plaza que antaño fuera. El gobernador Zúñiga le encomendara esa mañana transportar un valioso cargamento hasta Cartagena de Indias, al otro extremo del Caribe. Allí, decía, estaría más seguro. Ante las reticencias de Mendoza, la respuesta había sido doblemente negativa. ¿Por qué no una carraca? ¡Proveedme al menos de una escolta adecuada! Ambas cuestiones fueron argumentadas de igual modo: Una pequeña galera solitaria no llamaría la atención. La demanda para consignar una tripulación más nutrida fue también desatendida.

Constituía la Indomable una rareza en esas latitudes, galera de tres mástiles y sendas filas de remos a los costados, artillada por imperativo solo en proa. Entre la oscuridad, Mendoza observó una figura encapuchada siendo conducida por sus marinos hasta el buque. Instintivamente, se santiguó.

lunes, 3 de febrero de 2025

Hoy, igual que ayer

    En la cocina se oye el batir de los cubiertos contra un plato. La niña, casi adolescente, devora con avidez un guiso que le parece el manjar más delicioso que pudiera probarse. Su rostro enjuto está tiznado de suciedad, al igual que sus ropas andrajosas. Alrededor de ella, una mujer de mediana edad se afana nerviosa entre improvisados preparativos. Sentada frente a la niña, con la piel arañada por los años, otra mujer ya anciana la contempla mientras de entre las comisuras de los labios se le escapa una sonrisa de satisfacción; la huella del deber consumado aporta serenidad a su semblante. La adolescente levanta la vista de vez en cuando mirándola, todavía, con desconfianza.

jueves, 16 de enero de 2025

La segunda oportunidad

Este relato concursó en la edición #cuentosdeNavidad de Zenda de 2024. Es una adaptación de un microrrelato que escribí para uno de los microrretos de El Tintero de Oro. No ha quedado muy navideño, más allá de algunas referencias a la Navidad que se dan a lo largo del mismo, pero ¿Quién ha dicho que debiera serlo?


*********************************************

          Un hombre vestido de negro camina cabizbajo a lo largo de las calles de la urbanización. Le duele el cuerpo después de soportar las penalidades del largo camino. Ha recorrido un vasta distancia, aunque tan solo unas horas atrás se hallaba todavía en el punto de partida. En los jardines de las viviendas, cada abeto se engalana con un traje de de luces multicolor, encendiendo y apagando el paisaje mientras la nieve sangra en tonos rojos, verdes y anaranjados. Colgadas de las ventanas titilan luminarias que semejan escupir mensajes en un morse ininteligible. Un muñeco de nieve le sonríe, tan inexpresivo como se han vuelto sus propias emociones. Tras las paredes de las casas se adivina alegría, transpiran la esperanza que sólo esas fechas edulcoradas son capaces de insuflar hasta en los corazones más endurecidos. Esperanza que, sólo él lo sabe, pende de un fino hilo de plata.