El hombre gordo y trajeado me mira altivo, sentado en su sillón encuerado. Fuma un puro con parsimonia y, de vez en cuando, escupe sin disimulo hacia mi rostro el humo espeso, que me hace toser. Las paredes están forradas en madera, como atrapándome en el oscuro camarote de un galeón. Me ha parecido distinguir un Renoir. Desde una esquina, la cabeza melenada de un imponente felino me observa desafiante. Al fin, el gordo se digna a hablarme tras la maciza mesa de roble.
—Escúcheme
señor ¿Chalau?
—Cholula.
—Explotaremos las
minas por mucho boicot que usted y los suyos quieran hacernos. Esas tierras han
dejado de pertenecerles. Entiéndalo, nada pueden contra —gesticuló abarcando la
estancia— nosotros. Si le he permitido venir hasta aquí es sólo para dejárselo
claro, ¡de una vez por todas!
—Tendremos que
hablarlo.
—¡Por el amor
de Dios! Mírese. Seguro que ni siquiera ha tenido un trabajo decente en su
vida.
—Fakir. Era fakir.
Me observa
desconcertado. No solo él domina el arte de la intimidación. Encojo el estómago
y siento arcadas. Comienza a salirme por la boca, hasta caer sobre mis manos, un
afilado estilete. El gordo palidece.
—Como le
decía, señor Rothschild…
Puedes leer el resto de micros participantes aquí
El gordo domina como nadie el arte de la intimidación, el fakir el de la persuasión.
ResponderEliminarAhí se vislumbra un comienzo de negociación.
Muy bueno.
Abrazo
Hola Francisco. Me temo que será una negociación dura. Un abrazo.
EliminarLos ases no siempre salen de la manga.
ResponderEliminarMuy buen micro. Felicidades.
Un abrazo.
Hola Chema, en este caso de las tripas, nunca mejor dichos. Un abrazo.
EliminarHola, Jorge, un relato diferente y bien estructurado el entorno en el que suceden los hechos, además de que en tan pocas palabras nos dejas ver el meollo tan complicado del asunto a tratar, que al parecer se convierte en un duelo, a ver quién intimida a quién. Aunque el apellido del gordo es influyente, el estilete expulsado por la boca, no se queda atrás...
ResponderEliminarAplauso a tu creatividad y tan buena narrativa. Un abrazo y felices días venideros.
Hola Harolina. Cada uno tiene sus propias armas, la cuestión es saber sacarles todo el partido. Un abrazo.
EliminarDesde luego, será cierto lo de que quien ríe el último, ríe mejor.
ResponderEliminarMuy buen micro, me ha encantado por su originalidad y estupenda narrativa.
Un abrazo, Jorge.
Hola Josep. Algunos de los dos no va a reír mucho, desde luego. Un abrazo.
EliminarTodo un arte, efectivamente, el de la intimidación. Una historia muy ingeniosa con un giro final que equilibra la situación entre los dos personajes y deja un punto de ironía. Un micro fantástico, Jorge.
ResponderEliminarHola Marta. Todo queda en el aire, cada cual tendrá ahora que jugar sus cartas. Un abrazo.
EliminarBravo.Jorge! Uno se siente reivindicado por interpósita persona. Me ha dejado una gran sensación de satisfacción. En lugar de hacer tanto ruido, deberíamos aprender a ser fakires individualmente y acaso obtendríamos mejores resultados...Aunque el mundo occidental parece bastante cómodo. Un abrazo
ResponderEliminarHola Juana. Es cierto que vivimos aletargados, cómodos con nuestro trabajo, nuestra hipoteca y el poquito de libertad que nos dejan. Un abrazo.
Eliminar¡Hola! Un curioso microrrelato lleno de significado en el que el factor intimidación, como ya nos avisa el título, juega un papel muy importante.
ResponderEliminarMuchas gracias por participar en el microrreto. Un abrazo.
Hola M.A., cada cual pretende intimidar al otro, no se quien habrá tensado mas la cuerda. un abrazo.
EliminarMenuda sorpresa se llevaron todos, el poder de la intimidación no les sirvió de mucho ante la respuesta del fakir .
ResponderEliminarGenial Jorge , te quedó de diez .👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼
Un abrazo
Puri
Hola Puri. Al final un simple gesto pudo más que toda la parafernalia del gordo. Un abrazo.
EliminarMira que es impresionante el arte del fakir, dan grima, miedo y admiración a partes iguales, Jorge. En este caso, con el sable entre la garganta todo el rato, ja, ja, ja, la cara del gordo ha salido de la pantalla y se me ha presentado tan viva como si la tuviera delante.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo!
Hola Pepe. Todo un poema ha debido de ser la cara del gordinflón. Un abrazo.
EliminarEnfrentas dos poderes, el del dinero (familia Rothschild) y el de la mente o la voluntad, pues el cabecilla de la rebelión demuestra su poder y voluntad de lucha a través del sorpresivo estilete. ¿Lo usará? Lo dejas en el aire para que lo imaginemos nosotros... Yo creo que sí.
ResponderEliminarMuy bueno, impactante e inesperado giro final. El ambiente aquí de lujo suntuoso y presión no logra amedentrar al protagonista.
Felicidades, un gran aporte.
Un abrazo!
Hola Maite. Yo lo animaría a que usara el estilete, pro creo que al final será más pragmático. Un abrazo.
Eliminar¡Hola Jorge! Un micro muy bien desarrollado que nos presenta a dos personajes opuestos midiendo sus fuerzas, a ver quien puede más. Mantienes, además, la intriga con ese final. ¿Usará el estilete o no? ¿Llegarán a un acuerdo?
ResponderEliminarUn saludo.
Hola Rocío. Las cosas no siempre son como parecen en un principio. El final, solo lo saben ellos dos. Un abrazo.
EliminarHola Jorge, me encantó tu relato. Los personajes están muy bien presentados y el final me sacó una sonrisa. Esas habilidades de Cholula seguro que le hacen negociar con el tipo que se cree dueño de todo. Te felicito.
ResponderEliminarPor cierto que "Cholula" en México, es el nombre de una ciudad moderna y antes de eso de una ciudad prehispánica muy importante. Me hizo gracia. Te mando un abrazo.
Hola Ana. Pensé en un nombre latino para ambientar esa defensa de los bosques autóctonos, aunque lo de fakir tira más a lo hindú. Un abrazo.
EliminarEstupendo final, Jorge.
ResponderEliminarUno dispondrá del poder económico para creerse invencible, pero hay otros que son mucho más valiosos, cuando luchas por la tierra, eso cede una fortaleza que el dinero nunca podrá comprar.
Un fuerte abrazo.
Hola Irene. A veces el creer en lo que haces da una ventaja dificil de sopesar. Un abrazo.
Eliminar¡Hola, Jorge! Brillantísimo micro de indudable sabor a género negro. No solo por la trama, resulta con un maravilloso giro final, sino por esa mención a las minas que me ha llevado a Cosecha Roja de Hammett. Me ha gustado tanto la historia que mi olfato me ha llevado a deducir que ese magnate no se llama Rothschild por casualidad. Así que lo he buscado y me he encontrado que se trata de una familia que parece haber montado un imperio financiero que forma parte de ese gobierno en la sombra que tanto influye en el mundo de hoy. No sé si me equivocado, ja, ja, ja... Un fuerte abrazo!!!
ResponderEliminarHola David. Efectivamente el nombre no está elegido al azar, se trata como bien dices de una familia de banqueros con un gran poder e influencia a nivel mundial, y por eso la elección. Un abrazo.
Eliminar