sábado, 24 de febrero de 2018

El Incidente Cooper. Capítulo III: Una ventana al más allá

A mi llegada a la mansión se me asignó un pequeño cuarto donde instalarme. Después de dejar mis cosas acudí de inmediato a ver al general. Se encontraban acompañándolo la doctora Emma Adams, una mujer de aspecto agradable que rondaría los cuarenta, y un joven técnico de nombre Andrew Morgan al que todos apodaban Bucket por la peculiar forma alargada de sus facciones. El sargento se encargaba del manejo de las dos estrellas tecnológicas del Proyecto, Aurora y Hades, de cuyas capacidades esperábamos grandes resultados.

Cooper se hallaba ya en fase terminal. Lo saludé pero fue incapaz de dirigirme la palabra, apenas era ya consciente de su entorno. El desenlace podría producirse de un momento a otro. Sus débiles constantes vitales eran continuamente monitorizadas y nuestros dos prodigios electrónicos se hallaban listos para ser operados en cuanto los médicos diesen el pistoletazo de salida. Nada más podía hacer allí y decidí ir a deshacer las maletas y entrevistarme con el brigadier Brown para ponerme al corriente del resto de detalles, dejando instrucciones precisas de que se me avisase si había algún cambio. Así transcurrió todo el día. Poco antes de las doce me fui a dormir, cansado como estaba del viaje y el ajetreo. Debían ser alrededor de las dos de la madrugada cuando me despertaron.

Me vestí todo lo aprisa que pude y acudí a la habitación del general. Allí encontré al brigadier, la doctora Adams junto con su colega el doctor Henry Johanson, y al eficiente Bucket que se afanaba en operar los controles de Aurora. Di orden a uno de los guardias de apostarse junto a la puerta, cerrando ésta con los cinco ocupantes más el general en su interior.

La máquina disponía de una cápsula de vidrio que se había posicionado sobre el cuerpo de Cooper, preservándolo en un entorno aislado. Los campos magnéticos ya estaban activos y en el interior se apreciaba una luz verdosa que cambiaba ligeramente en intensidad y tono. El electrocardiógrafo mostraba pulsaciones muy débiles y espaciadas, en cualquier momento temí que alguna de ellas pudiera ser la última. La respiración del general apenas era ya perceptible. Así transcurrieron unos minutos. Nuestras conversaciones se limitaban a las necesarias para mantener las operaciones, éramos testigos de la muerte de un ser humano y se imponía el mayor de los respetos. Entonces ocurrió.

Un pitido agudo anunció el fallecimiento. Los doctores, tras algunas comprobaciones rutinarias, asintieron con un leve cabeceo. Los nervios se tensaron, Bucket apretó algunos botones y Aurora comenzó a emitir un zumbido apenas audible. La luz dentro de la cápsula ganó en intensidad, resaltando las demacradas facciones del general. Se hizo el silencio, los médicos habían apagado el electrocardiógrafo, ya no era de ninguna utilidad. 

Tengo algo —la voz temblorosa de Bucket nos sobresaltó —hay lecturas en la máquina.

¿Es lo que buscamos? —dije.

Podría ser.

Pasamos a fase dos, conecte Hades, sargento Morgan —ordenó el brigadier.

El sonido de la electricidad estática se hizo patente en los altavoces. Sin esperar más indicación Bucket operó los controles encargados de posicionar el generador sobre la cápsula. Habíamos supuesto que con el adecuado suministro de calor y una combinación de rayos alfa y gamma, la entidad podría dotarse de suficiente energía como para interactuar con el entorno y llegar hasta Hades, emulando el efecto de una psicofonía. La lámpara se encendió y sentimos el calor que emanaba del foco. Sólo cabía esperar y los segundos nos parecieron horas. No ocurría nada.

Aumente la potencia —ordené al cabo de unos minutos sin cambios.

La luz y la temperatura se incrementaron. Las lecturas seguían estables. Comenzamos a escuchar un débil murmullo en los altavoces. Mis pulsaciones se aceleraron, todavía no podía creer que en realidad aquello estuviese sucediendo.

¿Cooper, puede escucharme? —dije.

Silencio.

¿General, se encuentra ahí?

El sonido subió en intensidad. Era compatible con una voz humana, aún ahogada por un cúmulo de interferencias. No pudimos entender nada.

Tal vez modificando la proporción de los alfa y los gamma…. —Bucket regulaba los controles guiándose por el cambio en la modulación del ruido electrónico.

Un siseo apagado llegó desde las entrañas de Hades.

¿Qu… quién soy? ¿Dónde es … dónde estoy?

Emma dejó escapar una exclamación ahogada.

La luz, se va la luz, se aleja.

La frase se escuchó entrecortada pero la voz era reconocible. Tal vez la entidad conservaba suficiente recuerdo de su vida anterior como para reproducirla tal cual la del fallecido.

General Cooper, acabamos de comenzar con los procedimientos de Aurora. ¿Puede recordar eso?

Silencio de nuevo, salvo el omnipresente crepitar de la estática.

¡Oh Dios mío… Dios mío! —oímos un lamento repentino. Parecía provenir de las mismas profundidades del Averno.

Tranquilícese, parece que todo va según las previsiones —me temblaba la voz de la emoción.

¡Que hemos hecho, por Dios, qué he hecho!

General, ¿recuerda el pacto? Tres días, después podrá partir si lo desea —terció Brown.

Toda mi vida, toda mi vida está aquí, en un instante. Todo está aquí.

Cooper, se encuentra entre amigos. Tómese el tiempo que necesite, no tenemos prisa por comenzar con los protocolos.

No, no, usted no lo entiende coronel. Jimmy, no lo entiendes, no entendemos nada.

¿A qué se refiere?

Todos los que han sido y no son, los que han estado y ya no están… ¡ahora veo, ahora puedo ver!

Cooper, no comprendo lo que dice.

Mi legado, nuestro legado… todas esas muertes, tanto sufrimiento… ¡Oh Dios mío, Dios mío!

¿De qué muertes habla, general?

¿Tantas muertes para qué? ¿Para qué?

Procedente de los altavoces comenzamos a oír un sollozo entrecortado. Los cinco permanecíamos sobrecogidos por la profundidad del lamento. Recorrí con la mirada los rostros del resto de mis acompañantes, todos militares como yo, y percibí la misma angustia. En cierto modo nos sentíamos corresponsables por aquello que torturaba al general, aun cuando ninguno nos atrevíamos a expresarlo en voz alta.

Transcurrió más de una hora mientras tratamos de estabilizar la situación. A aquellas alturas dábamos por sentado que la entidad con la que nos comunicábamos fuera conocido en vida como el general Ernest Cooper, aún a falta de formular los cuestionarios de verificación que habíamos preparado con información que sólo él podría responder. El brigadier abandonó por un momento la estancia para telefonear a sus superiores y dar cuenta de los primeros resultados. A pesar de todo, el alto mando los valoró como muy positivos y las órdenes fueron continuar con el procedimiento previsto. Tras un tiempo sin avances Cooper comenzó a calmarse. 

Conseguimos que aceptase empezar con los primeros protocolos de verificación. Todo el diálogo se grababa por duplicado. Después de cierto tiempo de normalidad en el que logramos terminar dos de los cuestionarios con éxito, su conversación comenzó de nuevo a tornarse extraña.

¿Puede vernos, Cooper?

Veo. Es como en un día con niebla.

Sea más explícito, por favor —interrumpió el brigadier.

Están indefensos, desnudos.

Advertí como la doctora se ruborizaba.

Desnudos por dentro. Los temores, las alegrías, las ilusiones, los rencores… parecen haber tomado forma.

¿Acaso puede ver el interior del alma?

Tengo frío —nos dejó con las ganas de saber.

¿Es capaz de sentir frío, general? —Emma preguntó con curiosidad.

Hace mucho frío, ¿no han conectado el generador?

Aumentaremos la potencia —dije haciendo un ademán hacia Bucket.

No estamos solos.

La voz de Cooper cambió de tono reflejando angustia.

¿Quiere decir que hay algo más allá, una vida nueva?

No estamos solos. Aquí.

Estamos los cinco con usted, según el plan inicial.

No estamos solos Jimmy. Hay alguien. Hay alguien más.

¿Puede ver a alguien más?

Lo presiento.

¿Dónde está?

Hizo una pausa.

Está… ¡Oh Dios! Está aquí conmigo. ¡Aquí, aquí conmigo! —Chilló.

La señal se debilita —advirtió en ese momento Bucket.

¡Está aquí, sacadlo, sacadlo de aquí por favor, sacadlo! —el general rayaba en la histeria.

¡General Cooper, cálmese, se lo ruego!

Desde los amplificadores de Hades comenzaron a llegar multitud de interferencias que se confundían con los gritos de Cooper. Un pitido repentino que fue ganando en intensidad terminó por adueñarse de la sala. Bucket operaba los mandos tratando de aislar la señal y recuperar el control. En el resto del equipo crecía el desconcierto.

De repente, silencio.

Sólo nuestras cinco respiraciones aceleradas se escuchaban.

Ernest —lo llamé por su nombre de pila — ¿puede oírme?

Lo que vino a continuación superó en horror cuanto podríamos haber imaginado. Primero fue un gorgeo que semejaba más bien un lamento infrahumano. Después habló. Era una voz áspera, gruesa y desagradable que nos removió hasta las entrañas.

ME TEMO QUE EL GENERAL HA TENIDO QUE AUSENTARSE.

Estática.

AHORA PUEDEN HABLAR DIRECTAMENTE CONMIGO.



Capítulo siguiente

27 comentarios:

  1. Ay, Jorge, aho sí que me he quedado intrigadísima y con ganas de seguir leyendo. Qué rabia tener que esperar una semana para saber quién es ese que ha echado al general Cooper y se ha hecho dueño de la situación. Por cierto, me quito el sombrero por lo bien lograda que está la escena. Eres un genio, Jorge. Un beso y a por el capítulo cuatro

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Quién será quién será, suponiendo que sea alguien. Una semana pasa pronto Ana. Lo de genio es muy exagerado Ana, pero gracias. Un beso.

      Eliminar
  2. Buff Jorge qué miedo me está entrando, a veces la inconsciencia de los hombres puede despertar a los peores monstruos.
    Me has hecho sentir miedo y esa voz diciendo que pueden hablar directamente con él me ha dejado helada.
    Genial compañero, esperaré la próxima entrega.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues si te he hecho pasar miedo Conxita, yo encantado, de eso se trata, que lo que escribo os haga sentir algo a quienes me leéis. Abrígate que hace frío y creo que os llega una ola siberiana de esas, y si encima te has quedado helada, peor que peor. Un beso.

      Eliminar
  3. Vaya tela, Jorge, menuda historia te estas montando. Me ha recordado un poco a los Cazafantasmas con esa máquina que atrapa a las almas, aunque aquí acaba el parecido pues entonces nos cuentas el diabólico plan, propio de mentes militares, cuyo objetivo es interrogar a los entes cautivos previa muerte de su envase físico. Pero la impunidad se paga cara, y ahora ha aparecido un nuevo elemento con el que no habían contado. ¿La Muerte? ¿El Diablo...?
    Espero el próximo capítulo.
    Un abrazo enorme.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues a mi que me daba la impresión Bruno que este capítulo tocaba un poco ciertos lugares comunes de la literatura fantástica y de terror. Bueno espero haberos sorprendido e intrigado y espero seguir haciéndolo en lo que queda de historia. Un abrazo, amigo.

      Eliminar
  4. Jobar, Jorge, no me dejes así, ¡por Dios!
    He leído la última parte casi corriendo. He llegado hasta casi sentir pena por el pobre Cooper, luego he recordado que dada su graduación participaría en "hazañas" bélicas y se me ha pasado la conmiseración.
    ¿Vas a tardar mucho con el cuarto capítulo? Quiero saber de quién o de qué es esa voz última. Aunque me da que no va a traer nada bueno. Quien juega con fuego, se acaba quemando.
    Genial, Jorge, en vilo me has dejado.
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues Paloma voy publicando más o menos de semana en semana, así que hasta el próximo fin de semana no se espera el próximo capítulo, aunque la historia ya está terminada pero en constante revisión hasta el momento de la publicación, ya sabes, cuanto más leemos lo que escribimos más errores le encontramos. Gracias por comentar Paloma. Un beso.

      Eliminar
  5. Por su manera de hablar diría que es otro militar, o incluso alguien a quien conocen... qué intriga, Jorge, a ver qué nos depara el próximo episodio, porque has cumplido tu promesa, hay sangre, aunque sea desde la ultratumba y tengamos que imaginárnosla, porque ¿cómo se mats a un alma? Las imágenes de la mítica Gost me vienen a la mente... impaciente por seguir leyendo ;) Enhorabuena y besos, compañero.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Frío frío Eva, esta vez tu instinto investigador te ha traicionado jaja. Buena pregunta esa, ¿cómo se mata un alma? la respuesta, o no, en próximas entregas. Besiños, gallega.

      Eliminar
    2. Pues me alegro de haberme equivocado, Jorge, porque así me morderé más las uñas esperando la siguiente ;)

      Eliminar
    3. Vas quedar sen uñas pola miña culpa, Eva :(

      Eliminar
  6. Ufff! Qué historia, Jorge!!! Ante todo, debo alabarte tu buen hacer. He llegado a tu texto por casualidad, a través de google+ (no me alcanza mucho el tiempo para visitar los blogs como debiera, lo siento) pero he de decirte que, sin haber leído los anteriores capítulos, este se sostiene por sí mismo. Me quito el sombrero. Hay dos tipos de ficción: la fantástica, y la tecnológica, y ésta última es super difícil, precisamente porque tiene que definir inventos que aún no existen, echar mano de la técnica para narrar. No todos tenemos esa capacidad, desde luego yo no. Pero tú te desenvuelves perfectamente, de tal forma que nos trasportas a la escena escalofriante que narras. Toda la ambientación está muy lograda. La llegada, la secuencia de los hechos, y el desarrollo in crescendo de lo que sucede. Se palpa y se siente la tensión. Tu relato me ha recordado a Poe en "La verdad sobre el caso del señor Valdemar" en el que tratan de hacer un experimento con alguien que acaba de morir. Tu texto me ha mantenido en vilo. Enhorabuena. Buscaré los capítulos anteriores y esperaré el siguiente. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Seguramente a quien haya leído a Poe le pasará lo que a ti, es inevitable pues ahora que no nos lee nadie te diré que el caso del señor Valdemar inspiró el arranque de este relato, si bien las circunstancias que se describen son otras y el relato irá también por otros derroteros. Será un placer que leas los capítulos ya publicados, si te apetece y tienes tiempo, Manoli. Un abrazo.

      Eliminar
  7. Hola, Jorge! La intensidad va creciendo y esta parte en concreto es un ejemplo de cómo se atrapa a un lector. Destaco sobre todo los diálogos, has conseguido crear una atmósfera inquietante, en la que es imposible apartar la vista de la pantalla. La inconcreción del Cooper del Más Allá nos arrastra al misterio y el continuará es de época.
    También me gusta como has sabido pensar la historia para publicarla en capítulos. Reconozco que los relatos por partes me cuesta seguirlos, cuando llego a una tercera o cuarta parte tengo que hacer memoria para recordar y ello me corta inmersión y disfrute. Pero, en este caso, no me ha pasado. A la primera línea ya sabía del experimento y de la situación de Cooper, como también recordaré en el siguiente la oscura presencia del averno que estamos a punto de conocer. Eso me parece de un gran mérito y dice mucho de la estructura del relato. Un abrazo!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Una de las cosas que he aprendido desde que empecé a publicar en la red, al principio en una conocida web de autores, es a enlazar las distintas partes de la historia entre sí. Primero a enlazar los párrafos a raíz de un consejo que me dieron en su día, el final de un párrafo debe introducir la acción del siguiente, de forma que quien lee se vea impulsado a seguir con la lectura. Lo mismo trato de hacer con los capítulos, el final de uno introduce por lo general la acción del siguiente, sobre todo en aquellos en los que se desarrolla la acción de la trama. Entiendo que ello facilita la lectura y ayuda a crear mayor tensión narrativa.
      Espero poder mantener esa misma tensión a lo largo de los capítulos que restan. Gracias por tu lectura David. Un abrazo.

      Eliminar
  8. Ayer leí tu relato a última hora antes de acostarme y oye, asi a oscuras que estaba, yo solo en mi "cuarto de pensar", silencio absoluto y, te juro que cuando llegue a la parte esa de "no estamos solos" se me erizaba el vello... Bueno, en serio te digo que si, que un clima muy bien conseguido, no cabe duda. Coherente y perfectamente explicado todo (no entendemos nada, que es de lo que se trata, ja ja) Esos dos tipos de CiFi que comenté Manoli, los fusionas tu aquí en un ejercicio del más difícil todavía, con gran acierto. Me ha recordado esa peli (no tengo ahora mismo el nombre en la cabeza) de un grupo de jóvenes científicos que experimentaba con ese preciso momento del tránsito. Se trataba de parar el corazón y aguantar el máximo tiempo posible antes de la reanimación para tratar de captar lo que había más allá y volver a la vida a contarlo... Un juego peligroso.
    Mantienes el equilibrio adecuado, con una justa información técnica, creíble pero si resultar farragosa, y una fantasía que entra dentro de lo posible (o al menos lo que podemos creer como posible)
    Esa frase de bodevil con la que se presenta la segunda entidad, con la ironía tan propia de un demonio maligno, ja ja... no nos hace pensar en nada bueno.A ver por dónde van los tiros, porque nos has dejado un montón de interrogantes y te has metido en el escabroso terreno de la especulación a alto nivel (el alma, la vida más allá de la muerte...)
    Gran trabajo conjunto, con una secuenciación perfecta.
    Una curiosidad, lo de los rangos militares estadounidenses, ¿tiene su sentido? Quiero decir, en cuanto a rango/función y eso... Lo digo porque me llama la atención que hayas usado el término "brigadier"
    Bueno paisano, que te veo en el próximo, que has creado mucha expectativa
    Un fuerte abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Como siempre digo, si la lectura provoca sensaciones en el lector es que algo va bien. Respecto a lo que comentas de los rangos del ejército, supuse que alguien tarde o temprano lo mencionaría y me extraña que haya tenido que esperar hasta el tercer capítulo jaja, eres desde luego un lector observador Isidoro.
      El rango de brigadier se corresponde en realidad con el de general de brigada, que está justo por encima del de coronel pero por debajo del resto de generales. Antiguamente la denominación brigadier existía como tal en todos los ejércitos, siendo sustituida posteriormente por el de general de brigada. En los ejércitos de algunos países, sobre todo sudamericanos, se conserva todavía la denominación de brigadier. No así en el ejército de USA, donde el rango oficial es el de general de brigada. Sin embargo hasta donde yo sé la denominación brigadier se utiliza todavía a nivel coloquial.
      Para el relato preferí utilizar el rango de brigadier pues hablar de general de brigada se hacía farragoso y denominarlo como general podría dar lugar a confusión con el general Cooper. Así que esta la historia del término brigadier, que tan bien has sabido ver Isidoro.
      Como siempre agradecer tu minuciosa lectura y tus generosos comentarios. Un abrazo paisano.

      Eliminar
  9. Perdona las faltas de ortografía. No me gusta, pero es lo que tiene escribir con el móvil, ventajas e inconvenientes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno por esta vez no haré una crítica literaria al comentario jajaja. Sabes que no pasa nada.

      Eliminar
  10. Hola Jorge. Por fin pude venir a leerte, más vale tarde que nunca ;)
    Lo primero a resaltar es que creas un ambiente propicio con los preparativos para la muerte inminente del general mezclado con los hechos cotidianos (el cansancio de viaje, por ponerte un ejemplo), y la expectativa inicial de "la máquina del alma" (una, que es mal pensada, imagina que hay una trampa, alguien grabó la voz del general en vida, o la imita... pero no, que es un CIFI y hay que leer con la mienta abierta a... lo que sea)
    Lo que más inquietud me da es la reminiscencia judeo-cristiana del juicio final enfrentándonos a toooodos los momentos de nuestra vida, no puedo evitar un escalofrío de miedo de no saber que ocurre, qué, o quienes están en esa dimensión desconocida llamada muerte.
    La mezcla de realismo en la primera parte, con los tecnicismos contados de manera escueta y clara me han resultado verosímiles (desde mi ignorancia más supina, claro), y el contraste con la segunda parte ya metidos en la cuestión, con la creciente tensión, y el terror del pobre general, me han mantenido enganchada la atención hasta el final.
    A ver que pasa y como lo resuelves Jorge.
    Un abrazo de los grandes y nos vemos en IV

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Los temas relacionados con la muerte tienen la cualidad de producirnos temor e inquietud como tú dices, y seguramente por eso se hacen también tan atractivos y llenos de misterio. Esa es una de las pocas barreras que el ser humano no puede traspasar, y la curiosidad por lo desconocido ha sido siempre uno de los motores de la evolución humana. Me alegra que la historia te haya resultado verosímil, es un requisito indispensable en toda historia de ciencia ficción. Un abrazo Isabel y nos vemos en el IV (que por cierto acabo de publicar)

      Eliminar
  11. Los capítulos terminan en el punto álgido dosificando con mucho acierto el suspense. Me recordó este pasaje un relato de Poe "El caso Valdemar" que sin duda conoces. Sigo leyendo, antes de que se enfríe.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En un relato de suspense es importante eso que comentas de terminar los capítulos dejando siempre algo pendiente. Y sí, la escena inicial en la casa del general está en cierto modo inspirada en el relato de Poe, aunque luego derive por derroteros muy diferentes. Un saludo Paco.

      Eliminar
  12. Gua, ese final!!! chico como manejas la intriga, mare mía, al principio era todo muy a la ciencia ficción que conocemos por pelís, (por cierto, cada detalle entre ruidos, colores y potencias, por no decir interferencias, es genial) Pero ya lo acontecido al final, engancha, lo dejaré para otra ratito ¿qué emoción?¿quién será o qué será? Felicidades por ese manejo de la estructura, ritmo y gramática. Un beso (que seguiré)

    ResponderEliminar
  13. Un aspecto importante en la ciencia ficción es dar un soporte técnico creíble a lo que estas contando, sin ello este tipo de relatos hacen aguas. Ello debe hacerse sin hacer una lectura pesada que abrume a los lectores. Es un equilibrio difícil Eme, que nunca estoy cien por cien seguro de conseguir. respecto a la intriga es importante para mí conocer vuestras impresiones, porque para quien escribe, al conocer ya lo que viene a continuación ese efecto se pierde mucho. Me alegra que te esté gustando Eme, espero que siga así. Besos.

    ResponderEliminar