lunes, 25 de diciembre de 2017

Los compradores de sueños

Relato presentado a concurso en la comunidad "Escribiendo que es Gerundio". Normas: Máximo 350 palabras. Debe estar inspirada en la fotografía que acompaña la entrada.


Parecía un mundo irreal, un lugar de ensueño techado de luces multicolores. Ella no se acostumbraba al ruido de los coches cuando rodaban sobre el asfalto. Se lo habían contado, pero la imaginación no era más que un triste sucedáneo de la realidad.

Respiró el aire frío y volvió a maravillarse con los árboles que se enfilaban al borde de las aceras, mostrando sus ramas retorcidas recorridas por bombillas intermitentes. Nunca había visto un árbol, tampoco tanta gente caminando junta. Semejaba que tuvieran prisa. Entraban y salían de los comercios portando bolsas abarrotadas, compraban y volvían a comprar, pues todo allí tenía un precio, todo estaba a la distancia de un pase de tarjeta de crédito.

martes, 24 de octubre de 2017

La noche más negra

El día amanece nublado, cubierto su cielo de nubes plomizas que amenazan lluvia. Tras el cristal de la ventana todavía un velo gris pinta el horizonte. La mañana huele diferente, a tristeza y soledad a un mismo tiempo, a desesperanza. Sobre la mesa un diario abierto en páginas intermedias, un café frío y una tostada que hasta ahora ha esquivado su destino. En el reproductor suena una antigua rockera reconvertida en nostalgia que evoca con la voz rasgada los versos de una Rosalía cuyo espíritu a buen seguro volvería hoy a quebrarse de nuevo; Negra Sombra, paradójicamente la única Luz que ilumina este día aciago. De fondo el sonido agudo de una flauta travesera, que termina por inyectar la melodía directa en el alma.

De vez en cuando el grito de una sirena vuelve a quebrar la mañana, recuerdo de una noche en la que no han dado tregua con sus lamentos, mientras recorrían unas calles difuminadas a la vista. Ahora todo semeja un mal sueño, algo que de no haber sucedido parecería imposible haber vivido. Estiro los ojos todo lo que me permite la neblina y trato de llenarme de aire los pulmones, pero sólo respiro cenizas. Es lunes, 16 de Octubre en estas tierras del Fin del Mundo. El día después de la noche más negra.

sábado, 30 de septiembre de 2017

Muerte en tres colores

Retomo este antiguo relato para el concurso "Tintero de Oro" en su edición de Septiembre de 2017, convocado por el blog "Relatos en su tinta"

La mano trémula de la muchacha sostenía, con la dulzura de una princesa, la del moribundo que agonizaba en su lecho de sábanas de seda. Apenas alcanzaba los sesenta, pero su rostro envejecido era el de un anciano carcomido por las tribulaciones que no habían dejado de acosarlo en los últimos años de vida. En las sienes casi no le crecía ya un mechón de cabello y la barba que remarcaba su regia barbilla estaba completamente encanecida. Las arrugas zigzagueaban sobre la piel sudorosa y sus labios agrietados balbuceaban, entre las nebulosas del delirio, sílabas candentes como la fiebre que lo consumía.

— Descanse, Padre —sonaron serenas las palabras de la joven, mientras los ojos abiertos del moribundo no dejaban de escrutarla.

— El aliento se me escapa, mi princesa —dijo él con la voz rasgada —¡Qué más quisiera mi alma que encontrar en la otra vida el descanso que se me ha negado en esta!

jueves, 21 de septiembre de 2017

Pensé que me querías

Pensé que me querías. Mi vida cambió al poco de conocerte, no tardamos en compartir nuestro día a día. Recuerdo que cada mañana tu cabello despeinado se entrelazaba con el aroma del café recién hecho. Costaba arrancarte la primera sonrisa, pero después todo era mucho más sencillo. Esa baratija que ya no dejaba de brillar entre tus labios me compraba como si fuese oro puro. Todo eso quedó atrás, consumido por el tiempo.

Me gustaba retozar con los rizos de tu pelo. Aquella melena negra hacía juego con el color de tus ojos. Te desafiaba a mantenernos fija la mirada, siempre eras la primera en perder la compostura y tu risa me hacía sentir culpable. Por poco rato, era un regalo demasiado generoso como para enredarse en culpabilidades absurdas.

sábado, 5 de agosto de 2017

Un kilo de Culombios amarillos

Glosario: Culombio: Unidad de carga eléctrica en el Sistema Internacional; Amperio: Unidad de corriente eléctrica en el Sistema Internacional; F2, F3 y F5: Denominación en el Centro de las aulas de segundo, tercero y quinto curso de la Especialidad.

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La historia que voy a contaros sucedió allá por los últimos años de la década de los ochenta y tuve ocasión de vivirla en primera persona. Estudiaba por aquel entonces el tercer curso de una Especialidad Técnica en un colegio gestionado por una orden religiosa de ideas ultraconservadoras, cuyo nombre me abstendré de comentar. Una de las particularidades del Colegio eran los llamados Jefes de Día, alumnos que por una jornada dejaban la asistencia a clase para ejercer de recaderos por todo el Centro, sujetos al mandato del profesor de turno o de quien se terciase.

viernes, 23 de junio de 2017

El Monasterio

Relato para la final del torneo de escritores de TR 2017. Normas: Título: El Monasterio; Número de palabras: 2500 Máximo.

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Tomé los hábitos hacia finales de la década de los setenta, apenas recién entrado en la veintena. Fue la mía una vocación sincera y piadosa, no albergaba por aquel entonces duda alguna que pudiera empañar mi fervor religioso ni mi entrega al Altísimo.

Amante como era de la soledad y la contemplación del espíritu ingresé en la orden de los monjes Mendicantes, siendo mi primer destino el monasterio de las Alhajas, en plena meseta Manchega. Desfilé después por numerosos presbiterios hasta que el azar y tal vez la suerte, aún hoy en día no logro discernir a cuál de las dos achacar el extraño devenir de mi existencia, decidieron que fuese a parar al monasterio de San Martín Cuesco, una abadía escondida en lo más profundo de las montañas Asturianas, tan lejos de cualquier lugar que hasta se podría decir que lo estaba de sí misma.

lunes, 24 de abril de 2017

Instante eterno

Segundo relato para el torneo de Escritores de TR. Normas: Título: instante eterno. Número máximo de palabras: 2000


Caminamos bajo la luz de la luna hasta alcanzar la tapia. Los tres salvamos el muro adentrándonos en el recinto y haciendo crujir la hojarasca bajo los pies. Las tumbas desfilaban a nuestro alrededor elevando sus cruces como si quisieran alcanzarnos en un espeluznante abrazo. La noche Londinense era fría y el aliento se nos vaporizaba entre jadeos. Yo había estado en su entierro aquella misma mañana, pero orientarse en la oscuridad y con la premura de no ser descubiertos no era sencillo. 

Al fin tras unos minutos que se hicieron interminables dimos con la tumba. Sobre la lápida un nombre esculpido en la piedra, Victoria Henderson. Corrimos la losa y comenzamos a excavar. La tierra estaba suelta y en poco tiempo el ataúd asomó ante nuestros ojos. Salté a la fosa y empeñé mis esfuerzos en levantar la tapa. Al fin ella apareció como un espectro llegado desde las tinieblas. Alumbré el interior a la luz de un candil que le dibujó alargadas sombras sobre la cara, parecía tan viva como antaño. 

jueves, 9 de marzo de 2017

De lo real y lo imaginario en "Buscando a Lorca"

    Algunos de los que habéis seguido la serie de capítulos Buscando a Lorca, me habéis pedido que hiciera un resumen de lo que es real y lo que no en el relato.

    Sin ánimo de sentar cátedra sobre los hechos, pues no soy más que un aficionado a la historia que ha leído algo acerca del final de García Lorca, desgloso aquí los principales aspectos que puedan haber despertado vuestra curiosidad. Espero que el resumen sea de vuestro agrado.

    Breve resumen. Federico García Lorca murió en el año 1936, al poco tiempo del golpe de estado contra el gobierno legítimo de la República, fusilado en algún momento entre el 16 y el 19 de Agosto. Desde el primer instante el poeta estuvo en el punto de mira de los sublevados, pues aunque nunca se declaró a favor de ninguna formación política sí era un firme defensor de la República, para la que trabajó como vocal de la Junta Nacional de Música y Teatro y durante un breve periodo como secretario del ministro Fernando de los Ríos, lo cual le granjeó la enemistad de la derecha; su condición homosexual también lo colocaba en una posición incómoda. En un informe policial elaborado en 1965 a petición de la escritora francesa Marcelle Auclair, que nunca recibió, las propias autoridades franquistas reconocían que Federico fue ejecutado por “socialista y masón” y por "homosexual".

viernes, 24 de febrero de 2017

Mnemotecnia

Primer relato para la edición 2017 del Torneo de Escritores de TR. Reglas: Título: Mnemotecnia. Máximo de palabras: 1000.


Han pasado los años, toda una vida con sus alegrías y sinsabores. Ahora soy una anciana que contempla el paso del tiempo desde la distancia. Atrás quedaron los lustros de una brillante carrera como Magistrada en el Tribunal Supremo.

Conseguí hacerme respetar y lo más importante, que respetasen mis ideas. Siempre me destaqué por defender pensamientos avanzados para la época en que vivía y no me arrepiento. Cuando la opinión mayoritaria defendía la aplicación de la Pena de Muerte como elemento ejemplarizante y, por qué no decirlo, como una suerte de venganza, que no justicia, de la sociedad hacia individuos más o menos indeseables, yo sostuve siempre la postura contraria. Hacerlo siendo mujer y en aquellos tiempos era todavía más difícil. Al final la evolución natural de las sociedades terminó por darme la razón.

jueves, 16 de febrero de 2017

Buscando a Lorca. Capítulo XVI: El sueño y el tiempo

    Había sido una semana larga. Trabajar muchas horas, dormir pocas, ultimar preparativos y superar un problema para enseguida tener dos nuevos de los que preocuparme. En pocos días daríamos a conocer al mundo el paradero de Lorca y sin embargo no estaba nerviosa, más bien me embargaba el sentimiento del deber cumplido. Tal vez fuese aquel lugar, que desde el primer momento había conseguido llenarme de sosiego.

    El sol agonizaba con sus últimos estertores tiñendo de carmín el horizonte y yo degustaba una taza de té sentada frente a la tumba del poeta. El aroma de la infusión me traía recuerdos de mi primer día en la casa. Parecía que habían transcurrido años desde aquello. Mi vida había cambiado mucho y la Virginia que llegó a Granada para tratar de desenterrar un mito ya no era la misma. Me hallaba a medio camino entre un pasado cada vez más lejano y un futuro nebuloso. A mi espalda escuché el caminar tranquilo de unos pasos pero continué con la mirada engarzada en la lejanía.

jueves, 9 de febrero de 2017

Buscando a Lorca. Capítulo XV: Ana

    Siempre critiqué la conducción temeraria de Francisco Pujales, pero en aquel momento lo azuzaba para que fuese más deprisa. No veía el instante de llegar a su apartamento. La ansiedad me devoraba. Se saltó dos semáforos en rojo y a punto estuvimos de golpear a otro turismo en el tercero. Maldijo por lo bajo tanta prisa y levantó el pie, alargando mi sufrimiento. Al llegar me abalancé sobre la maleta. Mi instinto me había aconsejado traerme a Granada el cofre que Ana me confiara hacía unas semanas. Sospechaba que sería necesario y no me equivoqué.

    Nada más tenerlo ante mí y tras un par de intentos fallidos, introduje la llave en la cerradura. Me temblaban las manos. Comprobé aliviada que encajaba perfectamente. Por un instante había dudado. 

    ¿Por qué, por qué yo? La pregunta martilleaba en una letanía mi mente.

miércoles, 1 de febrero de 2017

Buscando a Lorca. Capítulo XIV: El adiós

    Ana falleció a mediados de septiembre. Padecía una enfermedad terminal que ocultó a allegados y extraños. Murió tal cual vivió, marchándose sin hacer ruido. La noticia me sorprendió impartiendo una conferencia en la Universidad de Salamanca. Me apenó su muerte, en el poco tiempo que compartimos había llegado a conocerla bastante bien y le había tomado cariño.

    Volví a Granada para su sepelio. Me alojé en el apartamento de Pujales, con quien había iniciado una intermitente relación marcada por la distancia y los altibajos. Recuerdo que llovía el día del entierro y hacía fresco.

    Sólo unos cuantos familiares y algún conocido estábamos presentes. Antes de que el ataúd desapareciese en las entrañas de la tierra se leyeron algunos versos de Lorca, mientras el cielo no dejaba de llorar. En la última imagen de Ana que tenía en mente permanecía en pie despidiéndose con la mano en alto, en aquel restaurante de Nerja. Se me antojó que repetía el gesto, esta vez confinada en su última morada, mientras descendía al foso y ascendía hacia la eternidad. 

miércoles, 25 de enero de 2017

Buscando a Lorca. Capítulo XIII: La última morada

    Viajaba en el asiento del copiloto de un Mercedes. El techo corredero estaba abierto y el viento me despeinaba. Dejamos atrás el pueblo y circulábamos por la carretera que bordea la costa; el mar se deshacía en espuma contra las rocas situadas al borde de las aguas. Ninguna de las dos pronunciaba palabra. Yo estaba segura de que nada de lo que pudiera escuchar sería tan revelador como lo que vería en unos minutos. Al fin nos desviamos por un camino y paramos frente a una casa solitaria suspendida al borde del acantilado. La puerta del garaje se abrió y nos adentramos en su interior.

    —Esta era la casa de veraneo de la familia. Por esas cosas de las herencias, ahora es de mi propiedad.

    Ana García Lorca bajó del auto, la seguí a través de una puerta por la que penetramos en la vivienda. Pareció que retrocedíamos varias décadas en el tiempo, la casa conservaba muebles y enseres propios de muchos años atrás. Atravesamos algunas estancias saboreando el olor a madera vieja. Salimos por una puerta acristalada a un jardín particular, el rumor del mar sonando desde la distancia nos dio la bienvenida. El recinto estaba bien cuidado, algunos rosales mecían sus ramas espinadas con el vaivén de la brisa y el césped se hallaba cortado, supuse que la propietaria debía de pagar a algún jardinero por el mantenimiento. Caminamos por entre las flores alejándonos de la casa, entonces una pequeña construcción esculpida en mármol apareció ante nosotros.

lunes, 16 de enero de 2017

Buscando a Lorca. Capítulo XII: Algunas respuestas

    No podía dar crédito a lo que oía. Los García Lorca llevaban años poniendo trabas a que el cuerpo de su difunto antepasado se desenterrase y Ana García Lorca me había dado una razón convincente, la prolongación por cinco años de los derechos de autor de su Obra. Sin embargo, la propia Ana a través del Instituto había puesto dinero para financiar la excavación, una excavación que estaba condenada al fracaso porque, según la mujer acababa de confesarme, Lorca ya no se encontraba enterrado en la ubicación original.

    Por si no hubiese suficiente misterio, Cárdenas me aseguraba que una condición indispensable para tener acceso a la financiación era que yo misma me hiciese cargo de la dirección de los trabajos. Lo mirase desde cualquier ángulo, aquel galimatías carecía de sentido.

martes, 3 de enero de 2017

Buscando a Lorca. Capítulo XI: El mar, una playa y un Bloody Mary

    Salí temprano y conduje durante toda la mañana. A mediodía llegué a la localidad malagueña de Nerja, un precioso enclave turístico en la costa mediterránea. La señora García Lorca me había citado en un pintoresco restaurante situado a pie de playa, con vistas al mar.

    Aparqué en un descampado habilitado para clientes, dirigiéndome luego hacia la entrada. Allí pregunté por mi anfitriona y un empleado vestido de smoking me condujo a una de las terrazas.

    En una mesa apartada, junto a una barandilla que se asomaba al arenal, la vi disfrutando del día soleado mientras se fumaba sin prisa un cigarrillo. Llevaba un vestido blanco de una pieza y una amplia pamela le cubría la cabeza. No pude adivinar si me había visto desde detrás de sus gafas de sol hasta que llegué a su altura. Entonces me dedicó una leve sonrisa y señaló hacia una silla invitándome a tomar asiento.