lunes, 21 de diciembre de 2015

Dulce Navidad

Ayla no le quitaba la vista de encima al Belén. Había insistido a su padre para que a pesar de todo lo montase. Aunque su familia no era cristiana, el 25 de Diciembre era Fiesta Nacional y a ella le gustaba recrear aquel pesebre cuya miseria la hacía pensar que aún había esperanza. 

Su mente volaba dos mil años atrás imaginando el momento que según le habían contado sucediera tan cerca, más allá del río Jordán.

El haz de luz diluyó la noche, un estruendo retumbó entre las colinas... y las paredes se salpicaron de rojo. Una bomba fabricada en un país muy lejano apagó los pensamientos de Ayla para siempre.

Al menos murió con una sonrisa.


NOTA: Relato escrito para el concurso de Microrelatos Navideños "La cara oculta II" (El lado B de la Navidad) del Círculo de Escritores

lunes, 7 de diciembre de 2015

El águila y la esvástica


Cuando Itzak Weiss bajó del carruaje y puso el pie sobre los adoquines que empedraban la stadtplatz de aquel pequeño pueblo, llegó a pensar que la localidad pasaría por un lugar acogedor donde disfrutar de unos días de asueto de no ser porque, ni estaba de vacaciones, ni la tarea que debía llevar a cabo le permitía abandonarse a semejante tentación.

La niebla que llegaba desde el río comenzaba a levantar su manto blanquecino por encima de los picudos tejados de pizarra que coronaban las casas, adornadas de ventanales y edificadas en recios muros de piedra. Las callejuelas adoquinadas sobre las que golpeaban los cascos de los caballos, y el constante rodar de algunos carromatos, daban al lugar ese aspecto añejo con que el paso del tiempo parece pintarlo todo en su incesante tránsito. Al fondo, la torre de una iglesia escondía su campanario entre la bruma como si el pudor de mostrarse en toda su belleza le hubiera sido inculcado por los ministros del Altísimo que predicaban entre sus paredes.